EL ESTADO POLICIAL

Un Estado policial es un Estado donde el Gobierno mantiene un estricto control sobre la sociedad, particularmente a través de la supresión de las libertades civiles y a menudo mediante una fuerza de policía secreta y un gran despliegue e inversión en mecanismos de vigilancia. Un Estado policial es inherentemente antidemocrático y es similar a la ley marcial. Es habitual que los Estados policiales cuenten con la propaganda y la manipulación informativa de los medios al servicio del régimen. ¿Les suena?

Ayer el director de It Magazine, Melchor Miralles, me remitió el vídeo de cabecera de este artículo junto con el audio de las manifestaciones que un policía demócrata le hizo llegar a él. Y me sugirió que, como editor del medio, debería denunciarlo duramente. No tuve ninguna duda.


El Estado Policial llamado por el Gobierno «la nueva normalidad»

Llevaban días soltándolo en público y en privado, pero ayer en “Aló Presidente”, Pedro Sánchez ya le dio carta de naturaleza a lo que este Gobierno ha llamado “la nueva normalidad”. Justo ayer, cuando el día estaba calentito en las redes sociales con la tortura en la vía pública de un ciudadano en Málaga.

“La nueva normalidad”. No. Me niego. Como ciudadano libre (por ahora), me niego a llamar nueva normalidad a un Estado policial, a una dictadura, a un régimen donde se violan las Leyes, donde los gobernantes no respetan el Ordenamiento Jurídico. No. Ni hablar. Y hoy lo han arreglado cuando en la comparecencia diaria de los ineptos que pilotan esta crisis que se lleva por delante a nuestros padres y abuelos en soledad, el General de la Guardia Civil y Jefe del Estado Mayor del cuerpo, José Manuel Santiago, dice que la Benemérita se está dedicando con su servicio de información a “minimizar el clima contra el Gobierno”.

¿Han perdido la cabeza? No. Saben muy bien lo que hacen. Y este General no ha sido destituido de modo fulminante, y mañana tendrán la desvergüenza suficiente de subirle de nuevo al estrado del Palacio de la Moncloa, que cada vez se parece más al Palacio de la Moneda de Chile cuando estaba Pinochet, a la Casa Rosada de la señora Kirstchner o al Palacio de Miraflores venezolano. Estado policial señor presidente del Gobierno, señor General Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. No le llamen “nueva normalidad”. ¿Cuál va a ser el siguiente paso? Bueno, vamos a lo que íbamos. Atentos al texto y al video.


La manipulación informativa

En el digital Málaga Hoy, la ¿periodista? Celina Clavijo, ayer 18 de abril a las 18:21 firmó la siguiente noticia: «La Policía reduce en Málaga a un hombre que amenazó con un cuchillo a una panadera y varios clientes»

La noticia la pueden ver completa en el enlace superior, donde se publica íntegra la secuencia de vídeo de lo ocurrido, de 2:38 minutos, grabada desde un balcón. En su crónica Celina Clavijo literalmente dice:

Dos de las agentes de la primera dotación policial que acudió hacen uso de su defensa reglamentaria, ante la negativa del individuo, según la versión policial, a arrojar al suelo el cuchillo de grandes dimensiones que portaba, como recogen las imágenes de una grabación difundida a través de las redes sociales. Las policías lograron controlar la situación hasta que llegaron numerosos efectivos como refuerzo.

Celina Clavijo – Málaga Hoy

Necesariamente me veo obligado a introducir entre interrogantes la condición de periodista de Celina Clavijo, a quien no conozco de nada, porque sencillamente el visionado del vídeo que ella misma incorpora a su noticia, desnuda de forma vergonzosa su total ausencia de análisis periodístico sobre lo que muestra a sus lectores. Y sólo caben tres posibilidades para escribir lo contrario de lo que muestra un documento videográfico: negligencia, cobardía o mala fe. Importa poco ante cual estemos. Celina Trevijo debería dedicarse a otra cosa.


La brutalidad policial

La realidad, tal y como las imágenes demuestran con una crudeza francamente sobrecogedora, es que no hubo negativa a nada, ni había cuchillo de grandes dimensiones, ni las policías estaban controlando la situación. La tozuda realidad es que las policías se turnaron para apalear y patear a un hombre arrodillado, que no oponía resistencia, que no portaba nada en sus manos y al que una de ellas termina pisando la cabeza… porque sí.

Y en cuanto a la versión policial, Celina Clavijo debió ocuparse de recabar alguna más cualificada que la de aquellos mismos que incurren en el delito de tortura tipificado en el art. 174 del Código Penal: «comete delito de tortura la autoridad o funcionario público que, abusando de su cargo, y con el fin de obtener una confesión o información de cualquier persona, o de castigarla por cualquier hecho que haya cometido o se sospeche que haya cometido, o por cualquier razón basada en algún tipo de discriminación, la sometiere a condiciones o procedimientos que, por su naturaleza, duración u otras circunstancias, le supongan sufrimientos físicos o mentales, la supresión o disminución de sus facultades de conocimiento, discernimiento o decisión o que, de cualquier otro modo, atenten contra su integridad moral

It Magazine sí tiene una versión policial objetiva, e indignada todo hay que decirlo, de alguien que entiende la responsabilidad que le impone el uniforme, la gravedad de lo ocurrido y el perjuicio irreparable de actuaciones como ésa para la imagen del cuerpo que representa.

¡Es que eso es un delito Melchor, es que eso es un delito de libro. Es que esos tíos tienen que llevarse una falta grave aparte de la condena penal!

Policía nacional al director de It Magazine

El encubrimiento gubernamental

Investigando cómo de habituales resultan estos comportamientos, fuentes internas de la propia policía nacional nos desvelan que las conductas contrarias a la Ley Orgánica 4/2010, de 20 de mayo, del Régimen disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía están provocando multitud de quejas ciudadanas que son remitidos a la Subdirección General de Inspección de Personal y Servicios de Seguridad donde todos los expedientes son falseados para salvaguardar la imagen del cuerpo.

Y el Ministro de Justicia Fernando Grande Marlaska, así como la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, tendrían extraordinariamente fácil desmentir esta información. Bastaría con que de oficio inicien las acciones legales que corresponden, como es su obligación, para que esas dos mujeres indignas del uniforme que visten, sean sancionadas disciplinariamente y paguen por el delito de tortura que está a la vista de cualquiera. Pero me temo que no lo harán. Porque todo indica que esta es la policía que el Ministro y la ex-Ministra quieren. Al tiempo.


El apoyo ciudadano a la tortura

Si dos policías, sin rubor alguno y a la vista de todo el mundo, apalean, patean y pisan la cabeza de un tipo que está arrodillado, con las manos vacías y sin oponer resistencia, ¿qué creen que no podrán hacerle en la intimidad de una comisaría, lejos de miradas indiscretas?

La secuencia del apaleamiento es espeluznante, pero es el aplauso cómplice de tantos y tantos desde los balcones lo que más me trastorna. Recuerdo que en la adolescencia, para mí uno de los mayores enigmas de la historia era cómo fue posible que el pueblo alemán mayoritariamente secundara la barbarie de un tipo como Hitler. Vuelvan a ver este vídeo. Tranquilamente podría tratarse de un judío en las calles del Berlín de los años 30. Es Málaga, 2020. Y es el pueblo español, infectado de un miedo similar al de aquella Alemania nazi (todos los miedos se parecen), el que aplaude la tortura. Reaccionen antes de que sea tarde.


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8 Comments

  1. says: MANUEL

    Ya no es q estemos en el más despiadado de los confinamientos planetarios , si no q encima lo aplauden a diario y buscan acabar con los “descontrolados” de pensamiento, palabra y obra.
    Y mandan, a una unidad central antiterrorista, de la guardia civil, a controlarnos, xq en la sociopatía de estos políticos los disidentes somos terroristas.
    Bienvenidos a 1984, versión española.

  2. says: Marión Luján

    No me hace ninguna gracia la actuación en este caso de la policía.Cuando por otra parte aplaudimos por su labor diaria,estos agentes dejan en muy mal estado la opinión que tenemos sobre las fuerzas del orden.Yo si fuera policía,me avergonzaría de la actuación de mis compañeras/os.

  3. says: Lin

    No sabes la alegría que me da que alguien denuncie esto públicamente, y cuente la verdad de lo que esta ocurriendo en este país.. Cuando vi este video en redes sociales sentí una impotencia terrible ante este brutal abuso, porque si! Eso es lo que un terrible abuso, por parte de las policías y para mi punto de vista también por parte de los ciudadanos al ver oo que están haciendo y no bajar a ayudarlo, nose como hemos llegado a este punto, en el que nos están privando de nuestra libertad manteniéndonos encerrados, y acabando con nuestra libertad de expresión. Siento vergüenza por todos esos medios de comunicación que se dejan comprar y espero que algún día cuando acabe todo esto paguen, tanto esos que se hacen llamar gobernantes como los que siguen y justifican su causa..
    Gracias infinitas por este artículo.

    1. says: Brujas

      Es una vergüenza ke encima mientan diciendo que llevaba un cuchillo mentirosos, sabe que pasa ke la gente tiene miedo se tendría que echar la gente alas calles a defender lo sullo

  4. says: Antonio t

    Me alegra saber que si existe prensa humana y sin colores, tal y como se ve es un abuso, brazos en jarra y empiezan los golpes, ni amenaza con arma ni se ve escupirlas en la cara ya que la porra llega antes que cualquier reaccion,cuello pisado y atrastrar las rodillas por el asfalto hasta el coche, viva el periodismo vivo y viva la España de la que si se puede estar orgulloso, gracias por demostrar que canal sur es un monigote mas subvencionado por la mordaza

  5. says: Santiago

    Os aconsejo que lean «Miedo a la libertad» de Erich Fromm. Muy al hilo de lo espeluznante que resulta cómo el pueblo alemán fue capaz de «aplaudir» al nazismo.

  6. says: Aitor Rodriguez

    Esto lleva pasando mucho tiempo, si no siempre. Lo que me parece es que la mayoría poco se ha quejado en los últimos años y a pocas manifestaciones ha asistido. Si no sabríais que esto no es exclusivo de confinamientos. Ni agua a los cuerpos de mantenimiento del status quo.

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