El audio de Flor me dejó clavado al asiento. Me agarré del volante como si fuera a abrirse un abismo en los bajos del coche y no sé cuanto tiempo permanecí así, inicialmente extraviado, en silencio. La llave en el contacto. A punto de devorar los 700 kilómetros que me separaban de ella. Repasando mentalmente la reciente última vez. Me pidió que le follara el culo. Y yo me sentí especial…
— Hola Unai, que tal… A ver, mira, te quería comentar… No quiero marearte. Te has portado muy bien conmigo… Pero la cosa es que estoy conociendo a otro chico y… la verdad es que me cuesta ahora mismo. Entonces no veo del todo lo de que vengas.
No sé por qué, pero me vino a la cabeza nuestro primer encuentro. Cuatro horas bajo la lluvia y el frío, remando en aquel río de alta montaña. Accidentado y competido. Como todo lo que le siguió. Como todo lo de ella y mío. Pero lejos de poder arruinarnos el momento cualquier acontecimiento inesperado, siempre nos regocijábamos de una feliz y desapegada perfección que en todo momento nos envolvía.
Del río se grabó en mi retina su pelo mojado, el vientre seco, los pezones duros y ateridos, y esa actitud suya de permanente guerrera que tan erótica me resultaba. Tras la aventura y una buena ducha caliente, no tardé en descubrirle un sexo feroz que de algún modo ella ya aguardaba.
Flor y la libertad
El amor es la decisión consciente de trabajar por la libertad de otra persona para que viva la vida que quiera vivir, aunque no me incluya. La definición de Jorge Bucay nos venía como anillo al dedo, hastiados de ataduras como estábamos, cada uno a su manera. Y así fue como alcanzamos lo sublime: la plena conexión sexual con el otro desde la libertad más absoluta.
Aquel día conduje igualmente 700 kilómetros. No para estar con Flor. El dolor es inevitable, pero el sufrimiento siempre es opcional. Y yo hace ya tiempo que opté por no sufrir. La imagino experimentando eso que ahora quiere vivir y que no me incluye, y sonrío consciente de haber conquistado una cima inalcanzable para la mayoría: mi vínculo está intacto. Ella es la misma que, abandonada a mí, teniéndome bien dentro, jadeante y gimiente, rendida y extasiada, me preguntaba… «¿Qué me haces, Unai?»
ELL@S
*La Colección de relatos “Ell@s” se compone de 52 relatos, ilustrados con fotografías del propio autor, que se publicarán semanalmente durante un año, referidos a 26 situaciones relacionadas con el amor, el desamor, la amistad, el sexo, la pérdida, el dolor, la vida… y que serán abordadas desde el punto de vista del hombre y desde el punto de vista de la mujer protagonistas del relato. Los nombres de ellas (26) irán de la “a” a la “z”, y los de ellos (26) de la “z” a la “a”. Próximo relato: “Víctor”