Sé que no corren buenos tiempos para los empresarios y el trabajo, pero me he decidido a tener una trabajadora. Ya sé que es un riesgo, pero es que he conocido a una que me parece una joya. Tiene muchísimas cualidades que me encantan y creo que responde exactamente a lo que necesito. Ya he tenido la ocasión de tenerla a prueba y la empresa con ella es perfecta, como siempre soñé que sería. Es sin duda la mejor trabajadora que he tenido en mi vida.
He decidido que, como su empresario que soy, voy a ponerle una serie de normas en honor a lo importante que es para mí:
- Le prohíbo conocer a cualquier otro potencial trabajador porque eso sólo serviría para distraerla y perjudicaría a nuestra empresa, que es lo más importante.
- Si quiere permanecer en la empresa, los potenciales trabajadores que ya conociera deberán ser eliminados de su agenda, de sus redes sociales y hasta cortar cualquier contacto con ellos.
- Obligaré a mi trabajadora a llevar un vestuario que pase desapercibido y que no pueda llamar la atención de otros posibles empresarios no sea que me la roben y se carguen mi empresa.
- En vacaciones o periodos de tiempo ajenos a la empresa, mi trabajadora deberá hacer una vida lo más ermitaña posible, restringiendo las salidas a lo estrictamente necesario. Así evitaré que pueda ser tentada por otras empresas.
En el trabajo como en el amor
¿Que soy un egoísta? ¿Qué soy un déspota y un tirano con mi trabajadora? ¿Que es una vergüenza decir que todas esas normas se las pongo porque la aprecio y la valoro? ¿Que jamás una trabajadora aceptará unas condiciones tan humillantes…?
Mmmmm… Yo no estaría tan seguro. Vuelve a leer el texto sustituyendo: “empresario/s” por “enamorado/s”; “trabajador/a/s” por “pareja/s”; “empresa” por “relación”.
¿Lo ves? Miles y miles de personas asumen esas denigrantes condiciones y otras mucho peores en nombre del amor. Y estoy seguro que en alguna ocasión tú, lector, has impuesto alguna de ellas… “Si tengo celos es porque te quiero mucho”. Te suena, ¿verdad?. Así que si pueden asumirlas en algo tan importante como es el amor, ¿por qué no lo van a hacer en el trabajo?
¡Qué contento estoy con mi trabajadora!