¿Por qué habrías de buscar tu media naranja si tú ya eres una naranja entera? “Te necesito.” “No puedo vivir sin ti.” “Si tú me faltas, me muero.” La mayoría se pasan la vida buscando a otra persona por la que sentir algo así. Y la última e incomprendida paradoja del amor es que esa persona eres únicamente tú. La única sin la que no puedes vivir eres tú. Y si tú te faltas, te mueres. Y sólo cuando comprendas eso, podrás amar plenamente.
Porque si te sabes completa, podrás amarme y no trasladarme tu dependencia. Porque si te sabes llena de amor por ti misma, podrás empaparme de ese amor y no utilizarme para cubrir tus necesidades. Porque si te sabes única y especial, podrás hacerme sentir único y especial contigo y no serlo tú gracias a mí.
Cuando escucho “No puedo vivir sin ti”, me pone los pelos de punta, porque pienso: “Pues que poco te amas a ti”. Y lo mismo pienso de aquéllos que se enorgullecen de que alguien les diga: “Si tú me faltas, me muero”, porque se aman a sí mismos tan poco como los que dicen morir sin ellos.
La paradoja del amor es que si te sabes completo, no necesitas que otro dependa de ti. Porque si te sabes lleno de amor por ti mismo, el amor de otro ya no es una necesidad sino una fiesta. Porque si te sabes único y especial, eres auténticamente libre en el amor y no un esclavo emocional.
Así que por favor, no te mueras por mí. Quiero que me ames, no que me necesites. Quiero que me ames, no que dependas de mí. Quiero que me ames, no que cubras tus carencias conmigo. Quiero que me ames, no que mendigues mi amor. Quiero que me ames, no que me manipules en nombre del amor.
Porque ninguno de esos otros comportamientos son amor, aunque tú te empeñes en decir que sí. De modo que si eres una media naranja, no gracias. Que te exprima otro. Prefiero una naranja entera, como yo.
