LA CASA DE PAPEL Y EL CORONAVIRUS

Prácticamente todo el planeta estaba en confinamiento forzoso por el coronavirus al momento de estrenarse la cuarta temporada de La Casa de Papel el pasado 3 de abril. Se dice que eso la convertirá en el estreno de una serie más masivamente seguido en toda la historia de las series…

¿Se imaginan que todo lo relativo al Covid-19 hubiera sido una gigantesca campaña de marketing mundial para el estreno de la ficción de Netflix? La paradoja de los gobiernos de todo el planeta vulnerando las más esenciales libertades ciudadanas y recluyendo a toda la población en sus casas… para asistir al estreno de los chicos del mono rojo y las caretas de Dalí, que desafían con todo al poder corrupto establecido, para delirio de los fans.

No me digan que no sería la hostia si superados los quinientos millones de espectadores desvelaran el súper montaje publicitario y todos los fallecidos volvieran a sus casas porque en realidad formaban parte de la performance. Y que a todos nos abonaran los gastos sufridos con cargo a la exitosa producción porque no era más que un reality-anuncio. Y todos nos quedaríamos con ese abracadabra final más boquiabiertos incluso que con las aventuras del Profesor y los suyos, capítulo tras capítulo. Desde luego sería una bonita forma de despertar de esta pesadilla, pero lamentablemente no será…


El éxito de La Casa de Papel

Muchas teorías circulan sobre dónde reside el secreto del éxito de la producción de Vancouver Media. Yo tengo clarísima mi apuesta: la serie de ficción de Alex Pina arrasa porque la mayor de todas las ficciones es la de la ciudadanía que nos muestra.

Y me explico. En la serie de La Casa de Papel, cuando el Estado traspasa todos los límites y se ensaña con un grupo de apenas una docena de atracadores que simbolizan la lucha contra la corrupción del sistema, toda la sociedad se echa a la calle pertrechados con máscaras de Dalí y al grito de «¡Somos la resistencia!».

En la vida real del coronavirus nuestro Estado secuestra niños. Nuestro Estado tiene en redes de prostitución a los menores que tutela. Nuestro Estado lo gobierna un partido que financió asesinatos con el dinero de los contribuyentes. El principal partido de la oposición funcionó como una organización criminal para robar. Los jueces son elegidos a dedo por los políticos. La Fiscal General del Estado, para qué hablar… Y cuando surgen personas que simbolizan la lucha contra la corrupción del sistema, la inmensa mayoría agacha la cabeza por cobardía y los abandona a su suerte. Y lo mismo aquí que en el resto del mundo.

La Casa de Papel arrasa en todo el planeta porque nos muestra, frente a un sistema podrido hasta la médula, la sociedad que querríamos ser y no tenemos cojones de ser. ¡Con razón nos engancha!


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2 Comments

  1. says: Javier

    Enhorabuena por la revista Mario. Y gracias por tu maravilloso trabajo en relación al caso Kote Cabezudo y la división de infancia. A mis 39 años eres mi «último héroe de la infancia». Pero más allá de felicitarte por tu acertada y metafórica percepción sobre nuestra sociedad y la citada serie, y leyendo entre líneas:

    «Nuestro Estado lo gobierna un partido que financió asesinatos con el dinero de los contribuyentes»

    Me gustaría preguntarte si no comentas el denominado expediente Royuela por razones estratégicas y de falta de recursos o por no haber profundizado en el tema.

    Gracias por tu trabajo. Sinceramente eres un gran ejemplo a seguir en lo moral y en lo motivacional.

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