Cuando estés leyendo este artículo, hará aproximadamente diez horas que me he subido a una autocaravana con mi perro para perdernos los dos donde la carretera nos lleve hasta la noche de Reyes. El objetivo es desconectar de todo y de todos, aislarnos del ruido, respirar hondo, salir de la rutina diaria que a todos nos arrastra un poco como a zombis del sistema y afrontar un ejercicio de suprema importancia: hacer balance de 2019 y planificar 2020.
El 26 de diciembre siempre ha tenido para mí una significación especial. Acaba de pasar la Navidad con todo lo que significa y el calendario aún me reserva tres días para hacer balance del año que termina y otros tres días para planificar qué nuevo yo voy a querer ser los próximos doces meses.
Balance = Gratitud
Para mí hacer balance del año tiene mucho de ejercicio de gratitud. Mirar atrás y rememorar con emoción todas las bendiciones que me ha proporcionado 2019 es el mejor punto de partida para crear un 2020 aún mejor.
Y siempre digo que lo mejor de la vida son la personas. Bajo ese prisma, 2019 probablemente ha sido el año más increíble de cuantos recuerdo. Un año prolífico en personas extraordinarias en mi vida. Rico como ningún otro en la consolidación de relaciones personales valiosas. Por ellas y por todo lo demás que me ha traído 2019, pasaré tres días de gracias, gracias, gracias.
Planificar = Crear
Nunca he entendido a la gente que vive su día a día sin un plan. Sin un plan de verdad con todo lo que conlleva: los grandes objetivos, las metas intermedias, los plazos, las acciones correctoras, los mapas de seguimiento, los hitos…
Quien fracasa en su planificación, planifica su fracaso
Hay un simil que me gusta mucho: nadie se sube a un coche, lo arranca y comienza a conducir sin saber exactamente a dónde va. Y sin embargo muchísima gente vive exactamente así, subida al coche que es la vida sin pararse a planificar en serio a dónde quiere que le lleve. Mis tres últimos días del año serán planificar, planificar, planificar.
Hacer balance de 2019 y planificar 2020. Os propongo que hagáis el ejercicio en los próximos días. Y os emplazo de nuevo después de Reyes aquí. El 7 de enero, que es cuando de verdad empieza la aventura del nuevo año. Ese día os hago partícipes de mi balance de 2019 y mi planificación de 2020.
