Una nueva condena se suma a las muchas que ya acumula Kote Cabezudo. En esta ocasión, una más, por delito de desobediencia grave a la autoridad judicial. Y es especialmente sangrante esta última porque se trata de la víctima más dañada de cuantas sufrieron al depredador donostiarra.
Kote Cabezudo traficó con su sexualidad durante toda su adolescencia. Desde los catorce años produjo ingente material pornográfico de carácter infantil con ella. Hizo que posara ante él con otras niñas. Con otros adultos. Sexualmente. Después lo difundió. Todo cuanto pudo. Hay condena firme por ello.
Recién cumplidos los dieciocho la violó. Grabado en vídeo. Ella intentó resistirse hasta en 3 ocasiones. Resultó inútil. No pudo evitarlo… Hay condena en firme por ello. Tras aquello Kote Cabezudo la penetró muchísimas veces más. Grabado en vídeo. Ella nunca más volvió a oponer resistencia. Para qué. Se quedaba rígida y ausente. Y se dejaba hacer. Los Magistrados dijeron que todas aquellas otras penetraciones posteriores de su violador no podía probarse que no fueran consentidas. Ahí descubrió que aquel tipo del centro y las dos tipas de sus lados, con aquellos trajes de puñetas blancas, a cinco metros de ella, sin siquiera tocarle un pelo… también podían violarla.
La condena por torturar
La Sentencia 306/2023 del Juzgado de lo Penal 3 de San Sebastián, de 9 de septiembre, condena a Kote Cabezudo por exhibir a su víctima teniendo un mandamiento judicial que le obligaba a no hacerlo. La Jueza se aproxima en su razonamiento al dolor provocado en ella para finalmente otorgarle una indemnización de 3.000 euros. Y se muestra especialmente atinada con la siniestra y miserable intención que perseguía Kote Cabezudo con su delito: un recordatorio perpetuo. Es decir, que ella nunca olvide…
«…no resulta difícil de imaginar lo que el mantenimiento a lo largo de un gran periodo de tiempo de una imagen en ropa interior ha podido generar en la Sra. xxxxxxxxxxxx, máxime teniendo en consideración que dado el carácter público del perfil en el que se ubica, se halla expuesta a la fiscalización de terceros siendo que cualquier usuario puede seguir visualizando su fotografía y verter cuantos comentarios de toda índole considere, resultando lógica la afectación a la esfera de su ámbito más privado a modo de recordatorio perpetuo de los hechos denunciados menoscabando gravemente su intimidad personal… «
Magistrada Carmen Zubimendi Alcorta
Cada Sentencia viene con un reproche a la conducta de Kote Cabezudo. Pero también con un puñal frío y terrible al corazón de las víctimas. Se declaran probados los hechos y por exhibirla durante años contraviniendo un mandamiento judicial el castigo que merece aquél que primero la sometió a pornografía infantil y después la violó, es una simple multa de 540 euros. Y ya…
Estoy completamente de acuerdo con tus palabras: Cada sentencia viene……»con un puñal frio y terrible al corazón de las víctimas». Y añado: así como al corazón de todas las personas sensibles que conocemos el caso. Somos muchas, y seguimos creciendo. No estáis solas.