EL ABUSO SEXUAL COTIDIANO E IMPUNE

Abuso sexual

Su madre regenta la portería de la comunidad de vecinos de su edificio. Por acuerdo de la Junta, cuando tiene vacaciones, es ella quien la sustituye. Conoce a todos los vecinos de toda la vida. El del cuarto, un ecuatoriano jubilado, aquel día cuando sale de casa, como siempre, le ofrece traerle algo del supermercado. Un Aquarius, le dice finalmente ella ante su insistencia. Sin saberlo, le acaba de proporcionar el pretexto para más tarde acometer el abuso sexual que seguramente lleva días rumiando… De regreso, con el Aquarius como llave de entrada, se introduce en la garita de la portería.

-Pero qué maja eres, dame un abrazo.

Cómo negárselo a un vecino de años y años, amigo de sus padres, con mujer y una hija aproximadamente de su edad… Una vez obtenido el consentimiento al abrazo, todo ocurre muy deprisa. La agarra de las nalgas y aprieta su entrepierna contra ella con una ostensible erección.

-Mira que cachondo me pones. ¿Lo notas…?


El abuso cotidiano que se deja pasar

La escena que te acabo de describir seguramente te provoque distintas reacciones en función de si eres varón o mujer. Muchas mujeres seguro que se han sentido identificadas en situaciones parecidas vividas en primera persona. Muchos varones pensarán que el tío es un gilipollas y que eso no se debe hacer y ya. La visión común: un abuso cotidiano de los que se dejan pasar.

Ocurrió en Zaragoza. Y cuando escuché el relato por boca de su víctima supe que era importante perseguirlo. La Asociación Justicia Poética ya financia la acusación particular por estos hechos: Diligencias Previas 1888/2021 Juzgado de Instrucción 11 de Zaragoza. Por la sencilla razón de que se trata de un delito. Art. 181 del Código Penal: «El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses».

Un abuso sexual de los que ocurren cada día, estoy seguro. De los que casi siempre quedan impunes. Porque a la mayoría de ellos les parece una cosa fea sin mayor importancia. Porque la mayoría de ellas sienten que el coste económico, de tiempo y emocional para tratar de hacer justicia, de ninguna manera les compensará. Y algo de razón no les falta… Esta vez el criminal será condenado.


¿Has sido víctima de algún abuso sexual que quedara impune porque ni siquiera te plantearas denunciarlo?

Si has vivido alguna situación similar a la relatada en este artículo, háznoslo saber. Hay comportamientos que deben ser erradicados y el primer paso para conseguirlo es visibilizarlos, no restarles importancia y denunciarlos como lo que son: actos delictivos. Si la participación es la suficiente, haré un artículo continuación de este dando cuenta de los testimonios recibidos, su calificación jurídica y la pena a la que se habría enfrentado el culpable caso de haberse denunciado y obtenido una condena.


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