LA INMORTALIDAD A LOS 5 AÑOS – III GUERRA MUNDIAL (III)

La inmortalidad aparente de los niños menores de 6 años supone un constante desafío a la racionalidad de aquellos, pocos ya, que todavía conservamos la razón. El planeta en guerra, mientras asistimos a diario a la escenificación del absurdo. A la vista de todo el mundo. Quizás sea lo más triste de todo, que ni siquiera precisan esconderlo. Una realidad invisible para todos los infectados de miedo, que son legión ya…

Pero antes de profundizar sobre eso quiero narrarles el kafkiano episodio de sinrazón que he vivido este mediodía. Estaba comiendo con toda normalidad en la terraza de un restaurante de Oviedo cuando de pronto ha llegado un coche de la policía local, se han subido a la acera frente al local y del vehículo han descendido dos agentes pertrechados con todo el equipo: radio sobre el hombro, chaleco antibalas, defensa, arma reglamentaria, mascarilla… Y sin decir nada han comenzado a merodear entre las mesas como si siguieran la pista al mayor delincuente del país. Al instante todas las conversaciones se han detenido. Y en apenas medio minuto la tensión y la intranquilidad se habían apoderado del lugar.

Finalmente uno de los agentes se dirigió a una mesa en la que cuatro jóvenes comían y les preguntó si «venían juntos». Tras obtener una respuesta afirmativa, de malos modos el funcionario le dijo a uno de los chicos que podía denunciarle por el cigarrillo que portaba sin respetar la distancia…


El imperio de la necedad

En aquel instante y en aquel lugar, todos pudimos asistir al despliegue del imperio de la necedad. La necedad impuesta coercitivamente y bajo amenaza de sanción. Cuatro personas sentadas a la misma mesa, al aire libre, sin mascarilla, compartiendo platos, conversando y riendo animadamente, a veinte centímetros los unos de los otros (como permite la normativa), hasta que la policía irrumpe para obligar a uno de ellos que se había encendido un cigarrillo a la espera del postre y con el permiso de los otros tres, a que se vaya a metro y medio de sus amigos para darle las últimas caladas. Perdonándole la vida, todo sea dicho de paso, porque pudiendo denunciarle, esta vez el agente, todo generosidad, no lo haría.

Consumada la imbecilidad impuesta de irse tres pasos más allá para terminar de fumar, el joven ha regresado a su mesa. Sin mascarilla. Al aire libre. A comerse el postre que llegó para compartir los cuatro. A veinte centímetros de sus amigos… Pero la inquietud de ese episodio propio de un Estado policial totalitario ya nos acompañó a todos en aquella terraza durante toda la comida.


La inmortalidad infantil

Volviendo a los niños menores de 6 años… Pasea uno por la calle y resulta chocante observar a ese ejército de zombis enmascarillados, llevando de su mano a niños libres. Niños que todo lo tocan, que todo se lo llevan a la boca y que desconocen eso de distanciarse metro y medio por lo menos. Todos sin mascarilla. ¿No les parece ciertamente incongruente que un adulto, capaz de entender los riesgos que asume, con conocimiento de los protocolos para prevenir contagiar y con plena capacidad legal y jurídica, no pueda asumir libremente la decisión de no portar mascarilla aun a riesgo de contagiarse, mientras que a un niño de cinco años, incapaz de comprender que está en riesgo, sin entendimiento de protocolos de prevención y sin capacidad legal y jurídica se le saque sin mascarilla a este mundo plagado de bichos que supuestamente nos matan?

¿Se conoce alguna razón científica contrastada que avale la inmortalidad de los niños menores de 6 años o que les convierta en totalmente inmunes al CoVid-19? ¿Verdad que no? Y partiendo de que no existe razón científica alguna, les pregunto: ¿creen que si el Covid-19 fuera una amenaza real que pudiera matar indiscriminadamente niños de menos de 6 años, algún gobierno se permitiría el lujo de eximirles de ir con mascarilla?

¿Que por qué entonces a los niños de menos de 6 años se les permite ir sin mascarilla? Yo se lo digo y la respuesta es extraordinariamente simple: porque un niño de menos de 6 años ES INGOBERNABLE. Un niño de 5 años no hará como usted, ver la tele, morirse de miedo implantado y ponerse una mascarilla porque sí. Y antes que imponer una medida y que unos mocosos de 5 años se la pasen por el forro y demuestren al mundo que no pasa nada, casi mejor les eximimos. Total, sus adultos ya están idiotizados y no se harán preguntas. Sus niños tienen el don de la inmortalidad. Y punto.


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3 Comments

  1. says: Cristina

    En los menores, la incidencia de enfermedad covid es muy baja, y la de contagio también. Los menores, niños, entiendo de 6 años, tienen menos proteína ACE2. Que impide la entrada del virus.
    Están protegidos naturalmente y se han pasado dos meses en casa encerrados! Sin sol, vit. D y sin movimiento. Ahora se les hace PCRs y se les manda a casa a los menores.
    Una auténtica locura.
    Con una tasa de mortalidad del 1%.
    Derechos de la infancia debemos pedir. En una vuelta al colegio que parece la mili … O el establo, con los rebaños.
    Pobres niños/as que lo único que pueden hacer es aumentar la inmunidad de la población. Los menores de 20 años no mueren. Y si se contagian, se inmunizan y aumentan la inmunidad grupal que nos protege.
    Esto sí que es solidaridad.
    Viva la infancia.

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