Cuando me propuso pasar cuatro días con él, la verdad es que ni me lo pensé. El mierda de Ernesto acababa de dejarme sin la más mínima explicación y la desconexión que me ofrecía el cambiar de aires junto a un tipo tan interesante como Víctor era una tentación irresistible.
En nuestra primera noche le pedí que me descontracturara la espalda y lo que ocurrió me resultó sumamente desconcertante. Sus manos parecían conocer cada resorte de mi piel y a la espalda, como sin querer, le siguió el resto del cuerpo. Y así, en poco más de media hora me sentí como una amazona vulnerable, cabalgando a lomos de una salvaje contradicción, clandestina e incómoda: la de no querer nada con Victor y a la vez tenerme él completamente cachonda.
Si sus dedos se aproximaban a la periferia de mis pezones no podía evitar que el torso entero se me estremeciera. Y si sus manos transitaban por la cara interna de mis muslos, una inesperada sacudida agitaba mi pelvis al tiempo que escuchaba algo a medio camino entre un jadeo y un gemido brotando, avergonzado e incontrolable, de mis labios…
Víctor y lo perfecto
Aquella noche la batalla fue ganada por la contención. El resto de días descubrí a un tío audaz, seguro de sí mismo, exitoso en lo importante y entregado a cuidarme como no recordaba que lo hubiera hecho nadie jamás. Y el último día, en uno de esos recorridos de nuestras conversaciones sin final, Víctor se apareció ante mí como el milagro imposible de ese alguien compatible con mi descabellada forma de entender la felicidad: formando una familia con el amor de mi vida sin que ello suponga el punto final a acostarme con quien me atraiga sexualmente por el camino. ¡También era su forma de entender una relación!
Del final recuerdo la lluvia golpeando el parabrisas y nuestro primer silencio. Nos despedimos en el aeropuerto, tras cuatro días maravillosos huérfanos de sexo. Fue con un abrazo más largo de lo políticamente correcto, pero no tanto como para significar nada. Ya. Ya sé lo que vais a decirme. Por qué… ¡¡¡¿¿POR QUÉ, JODER??!!! Muy simple. Soy una consumada especialista en enamorarme de quien no es bueno para mí y en no follarme a quien me conviene.
ELL@S
*La Colección de relatos “Ell@s” se compone de 52 relatos, ilustrados con fotografías del propio autor, que se publicarán semanalmente durante un año, referidos a 26 situaciones relacionadas con el amor, el desamor, la amistad, el sexo, la pérdida, el dolor, la vida… y que serán abordadas desde el punto de vista del hombre y desde el punto de vista de la mujer protagonistas del relato. Los nombres de ellas (26) irán de la “a” a la “z”, y los de ellos (26) de la “z” a la “a”. Próximo relato: “Flor”.