Dice el Evangelio de Mateo 7: 7-11 “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama se le abrirá”. Hay quienes transitan por la vida temerosos de pedir aquello que desean, incapaces de llamar a ninguna puerta por temor a que sencillamente no ocurra nada, sepultados bajo el peso del: “Seguro que no me hacen caso”, el “¿Por qué iban a ayudarme?” o el “No me lo darán, no lo merezco”.
Se equivocan. Se equivocan profundamente. Pocas cosas proporcionan una satisfacción tan honda como la de poder ser de ayuda a otro en algo grande. Y la gran mayoría eso no lo sabe. O quizás sea que ellos no estarían dispuestos a ayudar a otro. En consecuencia se lo pierden porque ni siquiera se atreven a dar el paso de pedir.
Quien entiende el funcionamiento del Universo siempre está dispuesto a ayudar a otro porque de un modo u otro sabe que todo lo que hace por los demás lo está haciendo por sí mismo. Y jamás olvides esto: cuando alguien te ayuda en la vida, no adquieres una deuda con esa persona, sino con aquella otra que acuda a ti más adelante en busca de tu ayuda.
La experiencia de la vida me ha demostrado que aquellos que no son capaces de pedir por lo general tampoco son capaces de ayudar. De igual modo que aquellos que no pueden pedir perdón, rara vez pueden perdonar. Es lógico su planteamiento. ¿Por qué otra persona iba a estar dispuesta a aquello que ellos no lo están? Siempre nuestro comportamiento es la vara de medir sobre la que estimamos el comportamiento de los demás.
Así que, ¿te gustaría estar en disposición de pedir y pedir y que siempre se te diera? Entonces colócate en disposición de ayudar y ayudar siempre que se te pida. Sencillo, ¿no te parece? Pues casi nadie está dispuesto a ello. La vida siempre te devuelve aquello que le das…
Te copio el final del párrafo de Mateo 7:7-11 “Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley”.
Pedid y se os dará. Qué fácil, ¿no? Y ahora piensa… ¿Qué necesitas?