«En el nombre de ellas», el documental de la productora Sr. Mono, debió estrenarse en la plataforma Disney+ el pasado 23 de noviembre. Que Simon Amselem y Vincent Sourdeau vendieron a las víctimas de Kote Cabezudo es una evidencia. Sólo resta descubrir a quién y a cambio de qué. Simon Amselem es el consejero delegado de Walt Disney en España y Portugal, quien toma la decisión final. Vincent Sourdeau es vicepresidente y Manager General de los Canales Disney en España, quien dio el visto bueno a cada minuto de cada capítulo del documental, siendo además el responsable de lanzar un trailer, fijar una fecha de estreno, enviar el documental íntegro a decenas de periodistas e influencers y pagar contenidos patrocinados en prensa para la promoción del lanzamiento.
Disney+ traslada a la opinión pública una escueta nota para informar de la la cancelación del documental «En el nombre de ellas»:
«El documental no se emitirá. Por parte de Disney, estamos del lado de las víctimas de Kote Cabezudo, cuya historia merece ser contada. Compramos los derechos de emisión de esta serie durante una ventana limitada; sin embargo, tras discrepancias con la productora, llegamos a un acuerdo para devolver los derechos a los productores»
DISNEY+
Manifestar que estás del lado de las víctimas de Kote Cabezudo y que su historia merece ser contada al tiempo que eres tú quien, pudiéndola contar, decides silenciarla, además de un insulto a la inteligencia de cualquiera que lo lea, es de una inmundicia moral francamente insuperable. Me recuerda mucho cuando Kote Cabezudo en su juicio oral no dejaba de decir que trasladaba toda su empatía a las víctimas. ¿Empatía el violador? Pues estos de Disney, suenan bastante parecido al violador. Algo en plan así como: «Estoy con vosotras, vuestra historia tiene que contarse, pero nosotros casi mejor que tiramos esto a la mierda aunque lo hayamos anunciado y promocionado y remitido ya a mucha gente íntegro, no sea que alguien con cierto poder se moleste con las pesadas estas y su matraca».
En el nombre de ellas, ¿quién?
Simon Amselem sabrá a quién pertenecía la voz al otro lado del teléfono que le puso de rodillas y le dobló el brazo. Alguien muy poderoso debió ser para que Disney, con lo que la marca representa, decida actuar de forma más acorde a los intereses de quienes violan y producen pornografía infantil que a los intereses de quienes sufren tales delitos siendo niñas.
Pero Simon Amselem no es una excepción. Simon Amselem es el último de una larguísima lista de miserables, todos y todas con nombres y apellidos, que durante una década pudieron, de un modo u otro, dar la cara en el nombre de ellas y sin embargo optaron por agacharla. Qué vivan con eso.
Disney+ no es la única plataforma audiovisual del mercado. Hay muchas más y todos las tenemos en la cabeza. La oportunidad de dar un paso al frente en el nombre de ellas ahí está. ¿Hay alguien? ¿Quién? Pronto se deshojará la margarita y para la historia quedará si la cobardía mediática fue total o no. Poco importa, porque ellas se van a bastar para derribar cuantos silencios haya que derribar en su propio nombre. Y sus voces, hoy fuertes e inquebrantables, arrasarán con todo. Para vergüenza de quienes, teniendo voz cuando ellas no, callaron.