Las niñas y adolescentes que buscan ser modelos como profesión a veces han de pasar por un calvario que muy poca gente conoce. A lo largo de varios artículos se tratará de poner el foco en la parte trasera de una agencia de modelos. En ese cuarto oscuro del que nadie quiere hablar. El #MeToo en Twitter dio la vuelta al mundo pero ¿ha servido para algo? Y es que el mundo del modelaje había y hay aún demasiadas sombras.
Ahora que ya ha comenzado el juicio contra Kote Cabezudo por la inmensidad de actos delictivos cometidos durante varias décadas, surgen multitud de sentimientos. Multitud de sensaciones, de nervios y de mucha ansiedad tras los nueve años de espera. Absolutamente nadie que haya pasado por este tipo de situaciones, puede hacerse a la idea de lo que han tenido y aún tienen que soportar las víctimas de abusos, violaciones y demás delitos contra la indemnidad sexual.
Cuantas niñas han visto con verdadera admiración a las llamadas “top models”. Dicho término fue acuñado por la agencia Elite para elevar a la máxima potencia la profesión de maniquí. Quien no ha fantaseado con pisar la pasarela de Milán o París y ser modelo, o con vestir el último diseño del modisto de turno. A qué mujer no le atraen esas joyas, esos trajes e incluso el viajar de un lado para otro para lucirlos.
Muchas de esas niñas llegan con ilusión para aprender a caminar sobre tacones de 10 centímetros mientras sonríen. Adoptar esas poses casi imposibles para que el artista retrate su mejor perfil. Hay academias que enseñan a desfilar, que preparan a las niñas para ser auténticas diosas con mucho glamour. Todo son brillos, focos y flashes. Todas parecen felices sabiendo que solo tienen unos pocos años para sacar el máximo provecho a su belleza y a su juventud.
Una condición sine qua non es hacerse un book. Este es un “libro con fotos” a modo de carta de presentación de la futura modelo. Y para realizarlo cada agencia cuenta con un fotógrafo conocedor de las técnicas para sacar lo mejor de cada una. La niña que comienza ese recorrido ha de confiar en las manos expertas de todas estas personas que solo quieren verla crecer y llegar a la cumbre.
Ahora bien, si las personas que trabajan en ese mundo fueran todas honestas, no habría nada qué objetar. Pero tenemos el ejemplo mas diáfano en la agencia First Models de San Sebastián, regentada por Iñigo García Monedero -alias Iñigo Olasagasti-. Este hombre enviaba a las muchachas al estudio de José Juan Cabezudo Zabala, un dentista aficionado a la fotografía.
A principios de los años 70 John Casablancas hijo de un industrial catalán que se fue del país cuando estalló la guerra civil, fundó la agencia con mas renombre en el panorama de la moda: Elite Models Management. Por ella han pasado verdaderas estrellas de las pasarelas como Claudia Schiffer, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Cindy Crawford o Karen Mulder. La madre de Casablancas fue modelo para Cristobal Balenciaga.
Elite se convirtió en una multinacional abriendo delegaciones por todo el mundo. Famosos eran los concursos como “Elite look of the year” o como se denomina en la actualidad “Elite Model Look” (la mirada de la modelo de Elite). Quizás ahí surgió la idea de crear en San Sebastián el concurso veraniego “Ojos Bonitos” donde ejercían de jurado entre otros: Iñigo Olasagasti, el periodista Ignacio Muñoz, alguna celebridad local y cómo no, Kote Cabezudo.