UNA VACUNA CONTRA EL SOCIALISMO

El otro día Melchor Miralles glosaba la victoria de Javier Milei en las presidenciales de Argentina (ver «Con Milei Argentina recupera la esperanza«) haciendo hincapié en que está “decidido a sacar a su país de la miseria a la que le han llevado décadas de peronismo. Léase, socialismo, aunque no lo tendrá nada fácil por cuanto está en franca minoría en ambas Cámaras y porque, además, ni siquiera dispone de mucho tiempo para maniobrar ante el colapso económico que vive la Argentina.

Quiero ir más lejos y precisar que para lograrlo tendrá que reformar el Estado de arriba abajo (mucho más allá de la reducción de ministerios) y recortar el gasto público de manera que le quede margen para rebajar, a su vez, los impuestos, porque solo así podrá alcanzar equilibrio y crecimiento.


La economía argentina está muy intervenida por el Estado

Tendrá que privatizar mucho para enfrentar el cóctel de déficit fiscal y elevada deuda pública, de inflación disparada y de reservas inexistentes. Y, sobre todo, tendrá que surfear un volumen de subsidios de tal envergadura que afecta a uno de cada dos argentinos, con el riesgo de incendiar las calles. Tendrá que hacer todo eso en tiempo récord, por eso habla de «bomba de tiempo«, para superar el pronóstico de Moody’s: Argentina se enfrenta a «desafíos extremos con resultados altamente inciertos«.

El problema fundamental, heredado de tantos años de peronismo, es que la economía argentina está muy intervenida por el Estado, imperando la fijación de precios que distorsiona los mercados y los hace ineficaces, que provoca escasez y desabastecimiento en numerosos bienes y servicios, impidiendo el crecimiento. Esto no es nuevo en Hispanoamérica –pongan a Cuba y a Venezuela como ejemplos- y, sin embargo, todos los gobiernos dizque progresistas siguen interviniendo y siguen obteniendo los mismos y desoladores resultados.

La inflación es un problema ocasionado por la cantidad excesiva de dinero en circulación, pero el peronismo siempre le ha dado a la máquina de imprimir billetes con una mano -para poder gastar a su gusto- mientras con la otra imponía controles de precios y repartía subsidios -para alimentos, combustible, energía, agua y transporte- con los que mitigar los efectos de la inflación que ellos mismos provocaban. ¡La pescadilla que se muerde la cola!


Milei tendrá que hacer malabarismos

Sin esas ayudas, por ejemplo, el precio de la electricidad tendría que duplicarse y algo muy parecido sucedería con el resto de los productos básicos para la vida, lo que nos da una idea del problemón que tiene Milei encima de la mesa y de adónde conducen siempre las políticas socialistas de intervención en los mercados (ojito con lo que puede pasar aquí en España con la «Frankenstein 2.0«).

Milei tendrá que hacer malabarismos para frenar la máquina de hacer billetes y para poder, a un tiempo, abrir el «cepo cambiario» dando acceso a las divisas a familias y empresas. Y todo ello mientras el PIB sigue cayendo un año más, confirmando la continua recesión que sitúa el PIB per cápita de la Argentina un 15% por debajo del alcanzado en 2011, con más del 40% de la población por debajo del umbral de la pobreza, frente al 7% de hace menos de una década. ¡Éxitos del Socialismo!

Argentina tenía un acuerdo de 2022 con el FMI para la de refinanciación de una deuda de 46.000M$ (42.000M€) con compromisos trimestrales de déficit, reservas y emisión monetaria que, por supuesto, el peronismo no cumplió, cerrándole la puerta de los mercados internacionales de crédito. Así las cosas, a Milei no le queda otra que reducir un Estado omnipresente que dilapida recursos mientras sube impuestos y que está presente e interviene en todos los aspectos de la vida social desde hace 40 años (exactamente igual que ocurre aquí, en España, ¡con los políticos tomando la capilla ardiente de Concha Velasco!).


España con los mismos problemas de crecimiento que Argentina

Desde el 83, cuando Argentina regresó a la democracia, el peronismo apostó por «Papá Estado» y eso y no otra cosa es lo que ha matado al país. España se argentiniza a pasos agigantados y por eso resulta imprescindible seguir los efectos de la vacuna contra el socialismo que va a pincharle Milei a la Argentina. España presenta los mismos problemas:

  • Administraciones sobredimensionadas.
  • Clientelismo para todo.
  • Presión fiscal desmadrada para financiar un gasto publico desmedido.
  • Rigidez en todos los mercados.
  • Excesiva deuda pública.

A estos debemos añadir el problemón de las pensiones. Ambos países tienen, en el fondo, un problema de crecimiento y ahí es dónde está la clave para salir del atolladero. Vamos a ver si Milei consigue crear las condiciones adecuadas para crecer, para copiarle inmediatamente. Al socialismo lo conocemos de sobra, ahora toca saber si Milei puede demostrar, en la práctica, que otra política económica es posible para todos. 


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