Llevar una vida saludable, cuidarse o por lo menos intentarlo, no tiene edad, como el amor, dirían algunos. Lo cierto es que siempre se está a tiempo de marcarse unos objetivos saludables y unos buenos hábitos que nos permitan llegar a los 60, 70, 80 o más allá, de una manera ágil. Sin problemas que hayan ido empeorando con el tiempo por mera dejadez y poder seguir funcionando de manera autónoma el mayor tiempo posible. Así aquellas recomendaciones de hacer ejercicio X veces a la semana, comer frutas y verduras a diario, mantener a raya el estrés siempre que se pueda, descansar las horas que necesita el cuerpo y tener una buena higiene de sueño en general, pueden (y deben) aplicarse desde edades tempranas.
Pero ¿qué es lo que ocurre en realidad? Que no es hasta más allá de los 25 años cuando por lo general empezamos a interesarnos por cuidar nuestra salud y llevar una vida saludable. A veces coincide con la emancipación. Otra simplemente con el sentido común y se viva donde se viva o se pueda vivir, queda patente en nuestra rutina que por encima de todo, nuestro objetivo debe ser sentirnos bien con nosotros mismos y cuidarnos.
Hay otras veces que son los laboratorios que fabrican cremas y lociones corporales los que empiezan a marcar la edad. Aseguran que existen cremas para el cuidado de la piel de aquellos que tienen 20 años. Otras distintas para los que ya han pasado la treintena y otras tantas para las pieles más maduras. Generalmente utilizan esos claim dirigiéndose a las mujeres ya que se sabe que, en el sector de la dermocosmética, son ellas las que primero comienzan a preocuparse por los cuidados de su pelo y su piel. Cada vez más los hombres también optan por cuidarse, pero sospechosamente la publicidad aún no tiene tan marcada la separación por franjas de edad para determinados tipos de productos para ellos. Si los hombres quieren cuidarse a los 25 está tan bien visto como que quieran hacerlo a los 60. Sin más.
Algunos afirman que para llegar saludables a los 90 años habría que empezar a cuidarse a los 30. Pero… ¿eso significa que a los 20 vale todo y podemos llevar toda la mala vida que nos dé la gana? Está claro que no, que todo sumará para bien o para mal y que el recorrido que hagamos en torno a la vida saludable (o nada saludable, según), influirá en los años venideros. Al fin y al cabo vida y cuerpo solo tenemos uno. ¿Por qué no empezar a cuidarlo desde que tengamos conciencia de hacerlo? Nadie lo va a poder hacer por nosotros.
Consejos saludables a cualquier edad
Algunos consejos que nos pueden ayudar tengamos la edad que sea:
1. Descansa todo lo que tu cuerpo creas que necesita. Lo suficiente para no sentirte agotado aunque creas que lo estás haciendo correctamente. Esa será la clave.
2. Desecha todos los hábitos que puedan ser tóxicos en tu día a día. Ni qué decir tiene que forman parte de esos hábitos tóxicos el tabaco y el alcohol, que efectivamente no favorecen en nada a tu objetivo de vida saludables.
3. Cuida tu alimentación. Come sano y variado. Tanto si eres vegano como carnívoro o lo que te apetezca ser o consideres que tienes que ser. Pero aliméntate bien, evitando en la medida de lo posible todos los procesados y ultraprocesados que a la larga, no favorecen en nada a tu organismo.
4. Trata de gestionar tu estrés. Mantenlo a raya, te diríamos. Pero si no te es posible, al menos intenta mantenerlo lo más lejos posible de ti o que cuando aparezca, no limite tus acciones o pensamientos y emociones. El estrés afecta directamente a tu cuerpo y a tu mente y como las malas vibraciones, cuanto más lejos, mejor.
5. Muévete. Haz ejercicio. Mantente activo. Y esto es válido tanto para los niños, los adolescentes, los jóvenes y los no tan jóvenes. Porque la actividad favorece el funcionamiento de nuestro corazón, el bombeo de la sangre, nos enseña cada vez a respirar mejor y adaptado a nuestro ejercicio diario. Mantenernos activos nos ayudará a luchar contra la vida sedentaria, que tanto malo puede traernos.