AUGE DE LA ULTRADERECHA EN LAS ELECCIONES EUROPEAS

A falta de conocer los últimos sondeos de las Elecciones europeas que nos acercan a los comicios este fin de semana, todo apunta a que la ultraderecha está en auge en nuestro continente. Las encuestas vaticinan la victoria del Partido Popular Europeo. Los partidos de ultraderecha crecen. Puede que tras estas elecciones cambien un poco el rumbo de la política de la Unión. Hasta ahora ha sido gobernada por democristianos, socialdemócratas y liberales. De hecho, desde 1979, en el Parlamento Europeo ha habido básicamente la alternancia en el bipartidismo entre el Partido Popular Europeo, de centroderecha y la socialdemocracia, de centroizquierda.


Mucha fuerza de los partidos de la ultraderecha

Ahora, el panorama va a cambiar. O por lo menos, se va a desestabilizar un poco más. Según el agregador de encuestas Europe Elects, los partidos de extrema derecha podrían alcanzar cerca del 22% de los votos en estas elecciones europeas. No serán determinantes pero tendrán un peso importante. Lo cual afectará directamente sobre todas las políticas que a partir de estos comicios se discutan por y para la Unión Europea. Según algunos analistas, la ultraderecha en Europa está a punto de conseguir el mejor resultado de la historia. 

Marine Le Pen (liderando Identidad y Democracia, formado a su vez por partidos como Reagrupamiento Nacional y La Liga de Italia) y Giorgia Meloni (a la cabeza del partido Conservadores y Reformistas, ECR, conformado, por ejemplo, por otros partidos como Vox o Fratelli d’TItalia) al parecer ya han estado en conversaciones. Y Ursula von der Leyen ya ha afirmado en alguna ocasión que no descarta que su partido, el PPE, pueda llegar a pactar con el ECR, liderado por Meloni.

Los partidos ultraderechistas se han movilizado mucho y con mucha fuerza y las consecuencias inmediatas será la desestabilización. Más allá de muchos de sus objetivos electorales, que pasan por revisar las leyes de migración y asilo de la Unión Europea y, más en la radicalidad, acabar con el euro o acabar con lo que han llamado la “eco-locura”. 

Y el debate tradicional entre un modelo más integrador o más soberanista, tendrá que añadir a partir de ahora las reclamas de los partidos de ultraderecha, que entrarán a debatir otros aspectos como las políticas medioambientales, el apoyo que se presta y se seguirá prestando a Ucrania, la ampliación de la UE. Y, cómo no, las posturas de los veintisiete ante la inmigración. 


La sociedad clama por un cambio

Analizar cómo han podido llegar a este punto debe hacernos plantear cómo hemos percibido su llegada al panorama político de cada una de nuestras naciones y, ahora, en la Unión Europea. Indican muchos analistas que su estrategia ha sido planteada apareciendo de una manera bastante somera, suave, sutil. De hecho, en algunos medios se recoge que “se han vuelto menos radicales al ampliar su atractivo popular”. Y es que, en países como Francia, Italia, Países Bajos o Austria, un grueso importante del electorado se inclina hacia la ultraderecha. Uno de cada cinco europeos votó por la extrema derecha en los parlamentos de sus respectivos países en las últimas elecciones. 

Dicen los expertos que saben de esto que el auge de la ultraderecha, no sólo a nivel europeo, sino de todo el mundo, está estrechamente relacionado con un mayor riesgo de pobreza. Un estudio realizado por el Instituto IFO, la Investigación  Económica alemana, titulado “¿Prosperidad en peligro? Causas y consecuencias del populismo”,  expone que el voto a partidos de ultraderecha aumenta siempre en regiones o zonas donde el riesgo de exclusión es más alto o donde existe mayor índice de pobreza. De modo que, si existe pobreza, es ahí donde las fuerzas de ultraderecha se movilizan de una manera más intensa. 

Las elecciones europeas del 9 de junio elegirán a los 720 diputados que van a componer el Parlamento Europeo. Cada uno de los países miembros tendrá tantos eurodiputados como volumen de población ostente. Y mostrará, una vez más, que si algo está en auge, es porque las circunstancias han cambiado, la sociedad está cambiando también. Y lo que es tendencia lo es, básicamente porque la población demanda cada vez más cosas y los políticos lo desoyen. No es que Europa esté en juego. Es que es la propia sociedad la que está clamando por un cambio. Y en nuestras manos está el que ese cambio no repita los mismos pasos que ya la historia no se va a cansar nunca de repetirnos. Votemos. 


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