En España hay más de 2,5 millones de empleados públicos, funcionarios que ejercen sus funciones en diversos ámbitos de la Sanidad, la Administración, la Educación. Han sido objeto indirecto de algunas propuestas lanzadas justo antes de la convocatoria de elecciones. Más de 1.600 plazas fueron convocadas, de las que cerca de 800 correspondían a la promoción interna y el resto, a otras de libre acceso. Plazas que se reparten entre un total de 13 ministerios: Defensa, Cultura y Deporte, Política Territorial o Trabajo y Economía Social.
A principios del mes de julio se anunció a través de una Orden Ministerial la convocatoria de becas de hasta 7.000 euros para aspirantes a funcionarios. El objetivo, según aseguran desde La Moncloa, es “impulsar la igualdad de condiciones eliminando barreras socioeconómicas”. Las ayudas, “alcanzarán los 7.000 euros por aspirante. Están destinadas a quienes preparen oposiciones de Cuerpos y Escalas de la Administración General del Estado adscritos al Ministerio de Hacienda y Función Pública”. Tres días más tarde se dio a conocer que la oferta de empleo público superaría cifras históricas con nada menos que 39.500 nuevas plazas.
El Gobierno es consciente de que el voto de los empleados públicos y sus familias es determinante. Por esto no ha dudado en elevar hasta un 35% las dietas de los funcionarios por el empleo de su vehículo particular para acudir a su puesto de trabajo. Han asegurado que tanto la puesta en marcha de estas nuevas becas, como el incremento de las dietas o la convocatoria de empleo público en cifras tan elevadas era necesario. Los tiempos cambian y exactamente en este momento hay que cambiar con ellos.
Soluciones en el día a día de los funcionarios públicos
El voto de los indecisos ha sido tradicionalmente el que partidos y candidatos se han esforzado más por conseguir. Los indecisos, siempre han asegurado los expertos, son los que pueden decidir quién gana las elecciones. Ahora se estima que lo que voten los más de 2,5 millones de funcionarios en España puede decidir mucho también.
El sindicato CESIF ha aprovechado para desarrollar una ronda de contactos con todos los partidos políticos para que todos tengan en cuenta las demandas de este sector de la población. Piden soluciones para que puedan terminar los conflictos existentes en estos momentos en Justicia, Prisiones, Sanidad o la Administración del Estado.
Han elaborado un documento con 12 medidas que incluyen “la revisión del acuerdo salarial, la implantación de la jornada laboral de 35 horas semanales, el desarrollo efectivo del teletrabajo en la Administración General del Estado, la regulación de la jubilación parcial anticipada en personal funcionario, estatutario y en aquellos colectivos cuya actividad profesional así lo recomienda”. En el documento elaborado expresan que “desde nuestra independencia y el respecto a las opciones políticas que concurren a las elecciones, esperamos que de las urnas surja un Gobierno estable que permita impulsar una nueva agenda de mejoras en nuestras administraciones. También un pacto que nos permita desarrollar estos 12 ejes fundamentales”.
Demandas que, a ciencia cierta, cubrirán muchas de las necesidades que plantea el día a día de los funcionarios de nuestro país. Pero, ¿qué ocurre con el resto de los trabajadores? Mientras CSIF trata de alcanzar medidas y acuerdos para los empleados públicos, los sindicatos españoles, pidieron a comienzos del verano, que los partidos políticos deberían contemplar en sus programas electorales y en sus comparecencias públicas, qué es lo que van a hacer con las reformas alcanzadas a lo largo de esta legislatura.
Hablamos de la reforma laboral, reforma de las pensiones o el salario mínimo interprofesional. Echan la vista atrás y se sitúan en una posición conservadora que, al parecer, no les permite mirar hacia un futuro de mejoras. Éstas ya irán surgiendo, habrán pensado… El lunes ya habrá pasado todo. Se perfilará un futuro continuista o todo lo contrario. Y unos y otros deberán seguir trabajando por quienes defienden y representan. Aunque a algunos guste más y a otros, les dé igual absolutamente todo.
