El pasado 20 de enero ha tenido lugar en Madrid el examen MIR al que se presentaban más de 30.000 personas. El objetivo de todas ellas era acceder a una de las 11.607 plazas de formación sanitaria especializada. Al finalizar la prueba salían prácticamente todos los meses de duro estudio que habían vivido o los nervios a la hora de enfrentarse al cuestionario. Muchos no dudaron en comentar que una de las preguntas, la 84, incitaba a la polémica y al malestar.
Malestar con una pregunta del examen del MIR
La pregunta en cuestión hacía referencia al diagnóstico de un médico de Atención Primaria que trabaja un exceso de horas. «Trastorno esquizoide de la personalidad, trastorno narcisista de la personalidad, trastorno obsesivo-compulsivo o trastorno de la personalidad no especificado» eran las cuatro respuestas a elegir. Sólo una, la correcta: este facultativo podría sufrir un “trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad”.
Han sido muchas las quejas a esta pregunta. Y desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) se ha lanzado también un comunicado en el que se expresa el profundo malestar con la pregunta del examen. La Sociedad, además, en su texto, resalta “el fuerte síndrome de burnout” que sufre el colectivo “por la situación de precariedad que está instaurada desde hace años”. Y remarca que esta situación viene derivada, en parte.
También por la “elevada presión asistencial por la falta de recursos”, que como apuntan desde el Foro de Médicos de Atención Primaria no es ni “el mejor contexto ni escenario para ser utilizado como caso práctico en esos términos para las futuras generaciones de médicos”.
También desde SEMERGEN, su presidente José Polo lamenta la existencia de esta pregunta en el cuestionario del examen MIR. Apunta que habría sido más acertado hablar del “síndrome de burnout” que sufren efectivamente muchos profesionales de la Atención Primaria en España. En un comunicado expresan que “esta situación es muy desafortunada y es intolerable responsabilizar al médico de la gran carga que sufre tanto a nivel burocrático como en la consulta”.
Problemática en la Sanidad española
El Ministerio de Sanidad ya ha propuesto su retirada. Pero, como viene siendo habitual, tras la realización del examen y la aparición de la polémica, hay pocas responsabilidades asumidas. Nadie tiene la culpa del poco tacto a la hora de redactar el cuestionario del examen MIR del pasado 20 de enero. Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, se apresuró a declarar a través de su cuenta en X que “es lamentable” esta situación. Aclara también que las preguntas del polémico examen no se realizan desde el Ministerio. Y es que son desarrolladas por un “Comité de Expertos”.
Los problemas de nuestros médicos, y en general de nuestra Sanidad, no vienen únicamente por haber colocado una pregunta polémica o que cause malestar en un examen de Médicos de especialización. Existe un problema de mayor calado que lleva años arrastrándose y sobre el que no existen sobre la mesa soluciones factibles o que vayan a aplicarse a corto o medio plazo.
Tal y como exponen muchos expertos y como se detalla en numerosos artículos de opinión en el sector, todo se reduce a básicamente cuatro problemas de calado. El primero es la emigración de profesionales que se marchan de nuestro país en busca de condiciones laborales y salariales mucho mejores. El segundo es la limitada capacidad de formación de especialistas, ya que cada vez es mayor la necesidad de especialización. El tercero la falta de incentivos para la atención primaria. Por ultimo, el exceso de carga laboral, razón principal por la que desde muchas sociedades médicas insisten en destacar que se hable del “síndrome de burnout” de nuestros sanitarios.
La solución es la puesta en marcha de medidas. Pero sobre todo, la implicación no sólo de los profesionales, sino también de las autoridades sanitarias, las instituciones universitarias y la sociedad en general.