Joseba Asiron, de EH Bildu, fue nombrado este 28 de diciembre alcalde de Pamplona, tras una moción de censura a Cristina Ibarrola, de UPN, elegida hace tan solo siete meses, en las elecciones del pasado 28 de mayo. Asiron, recupera la alcaldía del consistorio pamplonés, que ya ostentó de 2015 a 2019. Esta vez lo hace con el apoyo de 15 votos de su formación, los de cuatro concejales de PSN-PSOE, dos de Geroa Bai y uno de Contigo Zurekin (Podemos, IU y Batzarre). Sin ellos no alcanza la mayoría para gobernar.
El nombramiento de Asiron como nuevo alcalde de Pamplona no ha estado exento de polémica. El pleno ya se desarrolló bajo un clima de alta tensión y reproches mutuos. Ha sido un pleno tenso que ha estado cargado de alusiones a ETA e insinuaciones de pago del PSOE por el apoyo de Bildu a su investidura.
Tensión y polémica con la moción de censura
Una tensión que también se podía respirar afuera, en la plaza del ayuntamiento, donde se agolpaban cientos de manifestantes convocados en dos protestas. Por un lado los partidarios de la moción de censura, promovida por la izquierda abertzale, a quienes se les escuchaban proclamas en pos de la “independentzia”. También mensajes como “agur, UPN agur”. Y por otro lado los que estaban en contra de la misma, promovida por UPN. Pese al fuerte dispositivo de seguridad desplegado en la calle, no se ha producido ningún enfrentamiento entre los partidarios y los detractores de lo que estaba ocurriendo dentro del consistorio. Las protestas de la calle se disolvieron sin incidentes.
Asiron, en declaraciones a los medios de comunicación, ha resaltado que para él la independencia “es una aspiración perfectamente lógica, pero dentro de las prioridades, hay que ser mucho más realista y posibilista”. Tal como ha explicado, el nuevo alcalde ha indicado que serán tres los pilares en los que se asentará su política en el consistorio: “búsqueda de consenso, que lleve a Pamplona al lugar que se merece, el respeto al que piensa de manera diferente y la convivencia”.
En medio de la polémica moción de censura, Cristina Ibarrolla, ya exalcaldesa, ha afirmado que “nos han quitado la voz”. Además, “escuchar a Joseba Asiron hablar de tolerancia me pone la piel de gallina. Escuchar los gritos que le jalean recuerda a los peores tiempos”. Además, ha acusado a Pedro Sánchez de haber vendido Pamplona “por seis votos” y ha afirmado que ella nunca “sería alcaldesa con los votos de Bildu, antes prefiero fregar escaleras”. Sin embargo ha afirmado que deja la alcaldía de Pamplona “con la cabeza muy alta” y “orgullosa de lo conseguido”.
Se abre una legislatura crispada y bronca
Pilar Alegría, portavoz del Gobierno en el Congreso ha pedido que tanto PP como UPN abandonen la “política del señalamiento” y del “insulto”. Y ha reiterado que la moción de censura “es un instrumento democrático” y, en este caso, se ha tratado de una decisión “de ámbito local”. Alegría ha mantenido en su discurso que “el inmovilismo de la pasada legislatura ha permanecido durante estos meses” en Pamplona y “la incapacidad de la alcaldesa para llegar a acuerdos con todas las fuerzas políticas y especialmente con el PSOE, ha sido nulo”.
Se abre ahora una legislatura que se espera crispada y bronca. Tanto en Pamplona, como en el resto del país, pues ya en sus declaraciones, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, la ha tachado de “pacto encapuchado”. Ha afirmado que “España pierde un partido de Estado”. En un acto celebrado en Madrid, gran parte de su discurso estuvo centrado en la moción de censura acontecida en Pamplona, que ha descrito como un acto “fuera del constitucionalismo, del sentido común y la dignidad”.
Quedan pocos días para que finalice 2023 y parece que la bronca, la crispación y en ensañamiento entre partidos, no vaya a terminar ni a descansar. Al menos hasta 2024, que está a la vuelta de la esquina.
