Se ha anunciado que Jordi Évole le ha hecho una entrevista al etarra José Antonio Urruticoechea, conocido como Josu Ternera, fugado de la Justicia española, que se estrenará en el Festival de San Sebastián. Después se emitirá en la plataforma Netflix. Muchas víctimas de ETA y muchos comentaristas políticos han criticado la entrevista “porque se trata de un fugado y no se puede tratar de blanquear o humanizar a un terrorista sanguinario”.
Nuestros lectores saben que no soy un entusiasta del trabajo de Jordi Évole. Pero criticar una entrevista antes de haberla visto me parece un dislate. Yo, si pudiera entrevistar a Josu Ternera lo haría sin dudarlo. Y seguro que mi entrevista sería muy diferente a la que la haya hecho Évole. He entrevistado a más de un fugado y a más de un asesino. Y defiendo el derecho de cualquier periodista a entrevistar a un fugitivo, o a un asesino. El problema es cuando una entrevista, como tantas que vemos cada día a políticos, empresarios, banqueros o actores se convierte en un masaje. Sea quien sea el entrevistado. Y entrevistar a alguien no supone, sí o sí, blanquearlo. Ya habrá tiempo de opinar sobre si Évole blanquea o no a Josu Ternera cuando veamos la entrevista. De entrada se han marcado una promoción importante con la polémica.
Una vez que vea la entrevista de Évole a Ternera diré si me gusta o no me gusta. Que otras entrevistas de Évole no me hayan gustado no me permite criticar una que no he visto. Se que preguntas le haría yo a Josu Ternera. Es probable que no sean las que le haya hecho Évole. Pero pretender que no se emita sería una censura previa que no es legal ni admisible. Estoy con la libertad de información y la libertad de expresión siempre. Y eso supone a veces defender a quienes no piensan como tu.
Évole entrevista al etarra fugado y se estrenará en el Festival de San Sebastián
No se por qué el Festival de San Sebastián estrena una entrevista. Si me ha sorprendido que la haya anunciado diciendo que antes del estreno la verá el comité de selección del Festival. Suponía que el Comité de selección ve las películas antes de seleccionarlas. Pero parece que no. Infumable. Cuando la veamos opinaré sobre si me parece acertado o no. Y no me sumaré al boicot a Netflix que reclaman algunos. Cuando vea la entrevista emitiré mi opinión libre. No me costará elogiarla si me gusta o criticarla si me disgusta.
Josu Ternera está acusado de ser el responsable de la masacre de Hipercor en Barcelona y del asesinato de 11 personas, incluidos seis niños, en la casa cuartel de Zaragoza. Sabiendo quién es y de qué es responsable, y conociendo algunos detalles de su siniestra actividad terrorista, me encantaría que me concediera una entrevista. Una de las muchas preguntas que le haría es por qué siendo él jefe de la banda terrorista ETA ordenó a dos comandos que intentaran asesinarme. A mí no me concedería una entrevista, pero sí se la ha concedido a Évole.
Enhorabuena al colega por conseguirla y ganas de verla para emitir mi opinión. Si solo admitimos el trabajo o las opiniones de quienes nos reafirman en nuestra forma de pensar o entender la vida o el periodismo estamos acabados. Comparto aquello de que no estoy de acuerdo contigo pero daría mi vida porque puedas defender libremente tu opinión. Defiendo mi forma de entender y practicar el periodismo con el mismo entusiasmo que defiendo el derecho a hacerlo de quienes lo afrontan de otro modo. Y después practico mi libertad de opinar libremente y, sin prejuicios, decir lo que pienso.
No conozco a Évole más que de ver sus trabajos, que por lo general me parecen muy bien hechos en la forma y de los que discrepo en su contenido. En una ocasión trató de madrugarme, con ayuda del Ministerio de Interior, una entrevista a un condenado en prisión y no lo consiguieron. Cada uno a lo suyo. Pero no critiquemos ninguna entrevista antes de verla, por favor. Y nunca apoyaré la censura previa. Ya habrá tiempo de opinar sobre si la entrevista es correcta y sobre el acierto o el error del Festival de San Sebastián en programarla. De entrada ya dejo dicho que programarla sin haberla visto, como han hecho, me parece lamentable.
Da usted una lección de libertad, por más que, personalmente, me sea imposible brindar la más minima oportunidad a un asesino de esta catadura. Me quito el sombrero y aprovecho para enviarle un cordial saludo.