Las principales arterias de ciudades como Madrid o Valencia se llenaron de manifestantes la pasada semana en torno a un mismo tema: la vivienda no es un negocio. Las pancartas rezaban leyendas en torno a que se debe garantizar el derecho a una vivienda digna y es necesario que bajen o se regulen de alguna manera los precios del alquiler.
Según datos de la Delegación del Gobierno, 22.000 personas salieron a la calle en Madrid, 150.000 según los organizadores de la marcha. En Madrid, sindicatos como CC.OO. O UGT, organizaciones convocantes de la manifestación coreaban enseñas dirigidas al Gobierno de la Comunidad de Madrid, al que acusaban de “dejación de funciones”. También criticaban su posición “de rebeldía” en torno a todo lo que concierne a la Ley de Vivienda.
Protestas y manifestaciones por la situación de la vivienda
“Fondos buitre, asesinos”, “Se acabó”, “Bajemos los alquileres” o “No a los pisos turísticos”, fueron otras de las llamadas de atención de los manifestantes. Algunos protestaban explicando que aunque trabajan, dados los precios que han tomado los alquileres, no pueden asumir el pago de los mismos. En general, la demanda de aquellos que se echaron a las calles el pasado 13 de octubre es la misma. Y es que piden a las administraciones que tomen cartas en el asunto de la vivienda, porque la mayoría de los jóvenes ven retrasarse su edad de emancipación por precariedad laboral, falta de ingresos suficientes para pago de alquileres o hipotecas, pero también porque la situación llega a ser crítica para otros no tan jóvenes y con empleos estables.
En Valencia, las protestas se enmarcan bajo la frase “Valencia se ahoga”. Y en el manifiesto dado a conocer a los medios se explica que “La subida de precios de la vivienda, la inundación de apartamentos turísticos, y la destrucción del territorio, necesitan medidas excepcionales en toda la Comunidad Valenciana como las que se requirieron para afrontar ese desastre». Se critica la falta de regulación del mercado inmobiliario y proliferación de los apartamentos turísticos. Además, piden que se declare Valencia como zona tensionada, la prohibición de estos apartamentos y que se regule de una manera estricta el negocio hotelero. Lo cierto es que a niveles generales, el precio del alquiler en España se ha incrementado en los últimos años.
Subida de los precios de los alquileres
Pese a que el 2024 arrancó con la entrada en vigor con un nuevo tope a la subida de los alquileres, que podía ser como del 3%, se espera que el 2025 arroje un poco de luz sobre inquilinos de todo el país, pues según se anunció con la actual Ley de Vivienda, el Gobierno deberá elaborar un nuevo índice del que aún no se sabe nada. Los alquileres han subido, de media, un 30% respecto a años anteriores. Al igual que las hipotecas, referenciadas a Euribor o IRPH, también han experimentado subidas. Y ya ni los anuncios del BCE ni las previsiones de que estos bajen, alivian el bolsillo de propietarios que cada vez ven más ajustado su presupuesto mensual para llegar a todo.
Según muchos expertos la actual crisis en torno a la vivienda se asienta sobre puntos como los altos precios de compra de los pisos, los salarios, que se sitúan por debajo de la inflación. Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, cerca del 37% de las personas menores de 30 años que viven solos “destinan más de un 30% de sus ingresos a pagar el alquiler. Un 16% de los adultos entre 30 y 64 años destinan más de un tercio de sus ingresos al arrendamiento”. Urge un plan nacional, medidas al respecto y se echa en falta más voz desde la calle. Las manifestaciones de Madrid y Valencia probablemente sean sólo los primeros pasos.