La soledad es uno de los mayores retos a los que se enfrenta nuestra sociedad en el siglo XXI. Algo que acecha de manera virulenta sobre nuestros mayores. Conviene recordarlo ahora que se acaba de celebrar su Día Internacional, el 1 de octubre. Una fecha que sobre todo sirve para que no olvidemos que nuestra sociedad está conformada por mucha gente y que nada menos que 9 millones de personas son mayores.
Gran parte de ellos viven solos, pero no por decisión propia, sino porque los avatares de la vida les ha llevado a encontrarse así. Sufren lo que se llama “Soledad no deseada”. Algo que afecta a aproximadamente el 20% de nuestros mayores, sobre todo a mujeres mayores de 75 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Una soledad que duele
Según el Observatorio Social de Fundación La Caixa, la experiencia de esa soledad no deseada es distinta en hombres que en mujeres mayores. Ellas “experimentan más emociones vinculadas al abandono y vacío que ellos”. En una muestra de más de 14.000 personas mayores. Una de sus encuestas sobre este colectivo determinó que al menos el “64% experimentaban en alguna medida sentimientos de soledad no deseada”.
El aumento de la esperanza de vida hace que cada vez seamos más mayores y que el número de mayores sea también más que hace algunos años atrás. Se trata de un colectivo que, según la OMS, necesita cada vez más atenciones. Se prevé, de hecho, que para el año 2050, una de cada seis personas tenga más de 65 años. Y se dará un incremento significativo en la población mayor de 80 años.
Organizaciones como Cruz Roja trabajan también para que a nuestros mayores no les falte atención y programas como el llamado Proyecto CRECE tiene como objetivo transformar “los modelos de apoyo y cuidado para promover una mayor autonomía e integración social de las personas, especialmente a aquellas en riesgo de institucionalización”. Está dirigido a colectivos vulnerables entre los que se encuentran las personas mayores. Otras organizaciones dedicadas a la atención a nuestros mayores alertan de que cada vez somos más mayores, cada vez hay más mayores y son más objeto de maltrato. Sobre todo en entornos comunitarios. Con datos de la OMS, en 2023 una de cada tres personas mayores fue objeto de maltrato.
Proyectos e iniciativas para ayudar a nuestros mayores
José Luis Fernández Santillana, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) explica que es tan sencillo como que seamos conscientes cada vez más de que “la sociedad avanza hacia un envejecimiento generalizado, pero que permanece ajena al paso rápido de los años”. Quizá nos hemos preocupado tanto por lo externo que nos olvidamos de que el tiempo no es eterno y pasa sin que nos demos cuenta de ello. En palabras de esta organización y de muchas otras que tienen por objetivo ocuparse de nuestros mayores y de esa soledad no deseada, es necesario la puesta en marcha de proyectos e iniciativas que ayuden a nuestros mayores a no sentirse tan solos.
Solicitan “mayor implicación social y tratar de combatir los estereotipos”. Que se producen en torno a este colectivo. Recomiendan aplicar actividades de convivencia vecinal así como programas de voluntariado que, como se dice en otros entornos como la maternidad, “hagan tribu” y se coseche la colaboración alrededor de nuestros mayores.
Consistorios como el de Tres Cantos en la Comunidad de Madrid, en colaboración con Cruz Roja, han presentado iniciativas relacionadas con el cuidado de nuestros mayores. Tal es el caso del proyecto “Hagamos comunidad” o “Banco para compartir”, englobados en el proyecto CRECE de Cruz Roja. Cuentacuentos, actividades de movimiento corporal, tejido a crochet, etc., forman parte de una iniciativa que recorrerá varias calles de la localidad con un único objetivo y es hacer a nuestros mayores sentirse activos de nuevo. Que no se sientan solos. Y que se sientan bien. Porque al contrario de lo que muchos puedan llegar a pensar, aún tienen mucho que ofrecer y el resto, muchísimo que aprender de ellos.