LA METAMORFOSIS

Uno se queda de piedra al ver al rey Felipe reaparecer para dar el discurso de apertura de la XV Legislatura donde le exige al gobierno de la «frankenstein 2.0» y a las Cortes Generales honrar y profundizar en el legado de la Constitución del 78 para legar a los jóvenes –pásmense- una España «sólida, unida, sin divisiones y sin enfrentamientos«, recordando que la Corona que él representa «simboliza la unidad de España y su permanencia«, mientras solicita a los representantes electos que no traicionen la confianza que en ellos deposita el Pueblo español. Tarde piache.

Desde la pandemia vengo experimentando una metamorfosis inversa a la apuntada por Kafka. Me estoy volviendo cada vez más persona y, por lo tanto, más consciente de los derechos y obligaciones necesarios para vivir en democracia. Me estoy volviendo más ciudadano a fuerza de ser menos súbdito. Así compruebo -con espanto- que en España no podemos encontrar ya prácticamente ninguna de las características de una auténtica democracia, a excepción del voto.


El discurso del Rey Felipe repasado y autorizado por Sánchez

Si al Gregorio Samsa de Kafka su transformación en insecto le dificultaba la vida social hasta el punto de hacerle pasar por intolerante, a mí me pasa algo parecido con estas reflexiones en voz alta que, por el momento, pueden publicarse. Me hacen parecer un bicho raro frente a la mayoría de compatriotas que han sucumbido bien al adoctrinamiento bien al miedo que cada día, inmisericordemente, nos inocula la PPSOE a través de los grandes medios de desinformación y del equipo de opinión sincronizada.

A pesar de todo lo que viene ocurriendo en España en los últimos 40 años, el rey no ha tenido empacho en defender a la Constitución como «alma de la democracia y la libertad» y del proyecto común de todos los españoles porque nos hacer ser un «estado democrático y de derecho«. Tres dimensiones «esenciales, inseparables e indisociables«. Sin embargo, a renglón seguido, se marca «un maría guardiola» y no hace ningún contraste entre el precio político pagado por Sánchez para ser presidente del gobierno (a la amnistía, al lawfare, y todas las concesiones conocidas y por conocer) a sabiendas de que el mismo va directamente contra la línea de flotación de la Constitución que dice defender que, por cierto, ya ha sido magreada por la PPSOE desde el 85, sin ninguna consideración, sin que nadie haya dicho o hecho nada al respecto.

Es lo que tiene que tú discurso sea repasado y autorizado por Sánchez. ¿De qué libertad nos habla, majestad? ¿ Qué unidad? ¿De qué estado de derecho nos habla, majestad? ¿ Qué proyecto común? ¿De qué igualdad y de qué democracia nos habla, majestad? ¡A otro perro con esos huesos!


Una España sin democracia viviendo una metamorfosis

España nunca ha sido democrática. No lo es desde el momento en que las personas que se sientan en las Cortes no representan a los ciudadanos, sino a los partidos políticos. Desde el momento en que se vota a unos partidos que, previamente, confeccionan unas listas cerradas que les representan solo a ellos. El Pueblo, tras depositar su voto en las urnas, queda fuera del juego político. El Pueblo no es soberano, lo son los partidos.

Y lo único que respetan es aquello que pueda hacerles no repetir mandato. Un mandato les proporciona la llave del BOE y de los PGE, que es lo único que les interesa. No se vota un programa y por lo tanto no existe un mandato electoral que cumplir. El voto es un cheque en blanco al partido para que haga lo que más le convenga. Este es el sistema que el rey califica de democrático.

En realidad, es un tiovivo usufructuado por la PPSOE gracias a la LOREG en el que todo gira a su alrededor. Todo. Mantienen una apariencia de separación y enfrentamiento. Mantienen también unas instituciones que aparentan un contrapeso. Pero nada de eso existe. Su gasolina es la polarización y así cada cierto tiempo, cuando les conviene llamarnos a votar, la PPSOE logra recoger el voto «de los suyos» para afirmar su poder. Después, podrán hacer lo que quieran tras comprar a los partidos regionalistas. Les pagan con nuestro dinero y ¡vualá! habemus presidente del gobierno. ¡Toma democracia! 

Estamos viviendo la metamorfosis del sistemita que alumbró la oscura Transición en una «dictablanda loreal» –porque yo lo valgo- mucho más cómoda para una PPSOE harta ya del incordio de la Ley y la Constitución. Cumplir con la Ley y la Constitución ha resultado ser un auténtico coñazo. España es un tiovivo en el que solo montan los imperantes y el séquito de la PPSOE. El resto bastante tenemos con pagar lo que nos digan y votar cuando nos digan… Si quieres seguir así de guay, no lo dudes, ¡sigue votando PPSOE! Te lo regalo de Reyes.


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