Internet y más concretamente las redes sociales han revolucionado las fantasías y los sentimientos humanos. El uso de ciertas aplicaciones para socializar y/o buscar al compañero o compañera de vida -o para un rato-, de personas supuestamente cultivadas que por alguna razón muy peregrina no quieren hacerlo en lugares tan habituales para ello como un bar, una discoteca o donde quieran que se reúna la gente para eso. Y es que la mayoría de incautos e incautas tienen la certeza de que estos perfiles son verídicos y cien por cien creíbles… Hasta que algunas mujeres han dado a conocer a Jontxu de Gernika.
Jontxu aprovechó la fractura que vio en Matrix y entró a saco. Hizo realidad todas sus fantasías. Con su perfil en las aplicaciones de citas, elaboró todo un mundo de mentiras e inventos que le llevó a conocer y engatusar a decenas de mujeres a través de la geografía española. Este joven de 32 años ya ha vivido guerras, ha realizado operaciones en quirófanos a vida o muerte, ha dirigido un proyecto para conseguir la cura contra el cáncer, ha colaborado con los servicios secretos de Cuba, ha peleado en Afganistán, dice ser vegano y feminista e incluso con alguna ha “presumido” ser el jefe de un comando de ETA.
El ego de Jontxu
No dudaba en sacarse selfies en la casa de la novia de turno que ocupaba. Inmerso en su papel de espía, enviaba las fotos a todas sus conquistas y les hacía llegar el mensaje de que estaba refugiado en un piso franco de algún país remoto. Las mujeres elegidas son licenciadas y han creído desde el minuto uno a este inventor de historias. Ellas suponían que sus relaciones eran monógamas pero el ego de Jontxu hizo que todo saltara por los aires.
El personal es muy libre de compartir en redes sociales su casa, su familia, sus hijos, su cuerpo, sus viajes… su vida en definitiva. Pero habría que tener en cuenta ciertos límites y, sobre todo, asumir ciertas consecuencias. Desvalijamientos en casa, pederastas pretendiendo a tus hijos, acosos, estafas… Estas mujeres están rabiosas y muy enfadadas consigo mismas por creer a semejante mentiroso y ahora buscan que la policía lo detenga. ¿Cuál es su delito? Mentir, inventar historias para conquistarlas.
Estafadores en internet
Puede que en algún caso exista el delito de estafa. Quizás Jontxu haya necesitado dinero y alguna se lo ha dado. Hay otras que se sienten abusadas sexualmente porque él “insistía en no ponerse condón”. Simplemente recordar que el ‘stealthing’ consiste en retirar el preservativo sin el consentimiento de la otra persona durante una relación sexual o fingir haberlo puesto cuando no es así, sí es un delito ratificado por el Tribunal Supremo. Parece ser que estas relaciones han sido consentidas y por tanto, no hay agresión.
El equipo de estafadores del príncipe nigeriano, la oferta de trabajo falsa, los premios de lotería en países imaginarios, las reparaciones que no necesitas en tu ordenador, el problema del repartidor de paquetes, del falso Brad Pritt enamoradizo y del correo de Jennifer Lopez pidiendo dinero porque está secuestrada. Ahora tenemos a Jontxu, un treintañero de Gernika que ha conseguido enamorar a decenas de mujeres casi al mismo tiempo y su ego le ha jugado una mala pasada. ¿Acaso es delito amar?
La Asociación Justicia Poética realizó un cambio en sus estatutos recientemente. Si alguien se considera víctima de una denuncia falsa o simulación de delito flagrante con la finalidad de obtener beneficios asociados a víctimas de delitos de naturaleza sexual, puede relatar su caso en el correo info@justiciapoetica.org.