Tenerife ha vivido esta semana su peor incendio en 30 años. Más de 14.800 hectáreas han sido devastadas por el fuego. Casi la mitad de su corona forestal y cerca del 7,3% de la superficie de toda la isla. Además, ha afectado a zonas como La Victoria, Los Realejos, El Rosario, El Sauzal, La Matanza, Santa Úrsula o La Orotava. Municipio más afectado, con el 33% de su superficie calcinada.
Más de 11.000 vecinos han tenido que ser estos días evacuados de sus casas porque las llamas amenazaban su seguridad y su vida. Y hasta el día de hoy, cerca de 8.500 ya han podido regresar. Otros 3.000 siguen esperando la buena nueva que les permita regresar a sus hogares o a lo que pueda quedar de ellos. Aún quedan llamas activas en la parte norte. Pero se prevé que en los próximos días el fuego pueda quedar totalmente controlado. La magnitud del incendio es tal que es considerado el peor de todo este 2023.
Las llamas del incendio hacen temer vidas y hogares
Corren asimismo varios bulos entre la población, que está alarmada y temerosa de perder sus cosechas. Y quizá haya sido ésa la razón por la que un hombre de unos 80 años se ha armado a pedradas contra uno de los helicópteros de la Brigada Forestal del Cabildo de Tenerife, encargado de la extinción del fuego, mientras recogía agua. Las pedradas lo han dejado inoperativo y el hombre ha sido detenido. Como él habrá muchos más que no sólo estén temiendo por sus vidas o sus hogares, sino que creen que se van a quedar sin nada. ¿La razón? O por el fuego por las labores de extinción.
Las últimas investigaciones arrojan que el incendio parece haber sido provocado. Fernando Clavijo, presidente de Canarias ha afirmado a los medios de comunicación que es “doloroso” saber que la isla está ardiendo por la mano humana pero “no hay que lamentar víctimas mortales”.
Asimismo, uno de los grandes efectos del fuego es el empeoramiento de la calidad del aire. Por esta razón las autoridades canarias están recomendando a la población el uso de mascarillas FFP2. Se les pide que limpien sus casas en un perímetro de 15 metros de distancia para tratar de limpiar el material combustible que pueda quedar alrededor de las viviendas. Se recomienda “responsabilidad, colaboración y cautela” pues en muchas zonas el fuego aún sigue estando activo.
España es, a día de hoy, uno de los países más afectados por los incendios este 2023. Más de 86.000 hectáreas se han quemado en todo el país, según el Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales. Que estima que Italia y Grecia, nos siguen de cerca (con 59.000 hectáreas y 51.000 hectáreas), pero no se nos acercan.
Incendio que se presume provocado
Nuestro país acumula nada menos que el 54% de la superficie quemada en la Unión Europea en lo que llevamos de año. Además, triplicamos la media de los considerados “megaincendios” de la última década. Los megaincendios son aquellos que son más grandes, más destructivos, los peores y más difíciles de apagar. Algo que podría hacer que este 2023 sea, con creces, mucho peor que años anteriores. Puede que el cambio climático, las altas temperaturas o el calor extremo que estamos sufriendo tenga mucho que ver, aunque también lo tienen las cerillas y las barbacoas cuando y donde no se debe. O los mecheros, los cristales abandonados en el bosque y, en definitiva, la intención humana. Se estima que más de la mitad de los incendios en nuestro país son provocados. Muchos de ellos se producen por negligencias (como actividades agroganaderas en las que se complica el control u otras).
Y tan solo el 5,5% de ellos es fruto de la actividad de los pirómanos. El campo tampoco se cuida como debería. Muchas zonas se llenan innecesariamente de pasto que sólo actúa como propagador de las llamas cuando una pequeña chispa queda encendida. El calor y el viento pueden hacer todo lo demás.
El pasado año, Zaragoza, Castellón, Zamora o Navarra fueron algunas de las zonas más afectadas por el fuego en nuestro país. Este año ha sido el Principado de Asturias y, ahora, la isla de Tenerife. No se puede prever cómo acabaremos el 2023, pero sí estamos seguros es que todavía nos queda mucho campo que lamentar por las llamas. En nuestras manos está cuidarlo o prevenir que no tengamos seguir restando hectáreas.
¡¡NO, EL SUPUESTO CAMBIO CLIMÁTICO NO TIENE NADA QUE VER!! Dejen de engañarnos con esa estafa y con otras muchas inventadas para someter a la población.