GENOCIDIO EN PLENO SIGLO XXI

Matar está mal, pero hasta en la práctica de matar existen formas y denominaciones propias. Está el homicidio, el magnicidio, el infanticidio… Y cualquiera de estos tipos revuelve al mismo nivel el estómago de cualquiera. Porque hablamos de matar y de dar muerte. Todos ellos además, son tipos de muerte que están contemplados en el Código Penal.

Denominaciones raras o fuera de lo común también las hay. El aporocidio por ejemplo, es la muerte que se aplica al pobre, a la persona sin recursos, al mendigo. El filicidio es la muerte causada a un hijo por parte de ambos progenitores. Y en épocas de guerras, de conflictos entre naciones, de enfrentamientos entre grandes grupos de población se habla también de genocidio. Viene a referirse a la eliminación o exterminio de un grupo social por motivos varios: de raza, de política, de nacionalidad.

Se trata éste último de un término que no llega a los cien años de vida lingüísticamente hablando porque en la práctica sí se tiene constancia de su existencia. En sus definiciones sostenía que los opresores cuando aplican el genocidio, se suelen sostener como autoridad política durante un largo periodo de tiempo. Jurídicamente el genocidio también se aplica cuando se producen acciones como la esterilización forzada. También abusos que infligen daños graves o sufrimiento mental o el secuestro de menores por parte de un grupo específico, con la intención de que estos sean criados por otras personas. 

Y es triste pero en nuestra historia más reciente, hemos tenido conocimiento de genocidios que como poco, nos han erizado la piel. Ocurrió en 1994 con el enfrentamiento entre Hutus y Tutsis. En él se produjo la friolera de 800.000 muertos y dos millones de refugiados. También en la guerra de los Balcanes tras la que un numeroso grupo de dirigentes políticos fueron juzgados por la conocida «masacre de Srebrenica». Ocurrió en julio de 1995 en dicha ciudad y en la que se dio muerte a más de 8.000 hombres y mujeres bosnios de religión musulmana a manos del ejército serbobosnio. 

Los habitantes de Sudán del Sur desde 2013 viven inmersos en una cruel guerra civil. Dos años antes este país se convirtió en el más nuevo del mundo. Pero pasará a la historia por la campaña de genocidio y limpieza étnica que la tribu de los Dinka (a la que pertenece el presidente Salva Kiir) está emprendiendo a través del ejército contra su principal tribu rival: los Nuer. Otros muchos grupos étnicos del país también viven envueltos en crueles ataques que no parecen cesar a pesar del paso de los años. 

Podríamos pasarnos el artículo completo enumerando los cientos de casos de genocidios reconocidos que hay a día de hoy en el mundo. África es cuna de muchos de ellos pero también los encontramos en otros lugares como Myanmar, Irak o Siria.


¿Es genocidio lo que está ocurriendo en Ucrania?

Hoy en día Volodymir Zelensky habla de que en su país se están dando crímenes de guerra que serán reconocidos por el mundo como genocidio. Y aunque para que sea considerado como tal, deben darse determinadas pruebas de que existe una violencia sistemática contra un grupo específico. Y hay además, una intención de exterminarlo por completo. Se oyen otras voces como la de Macron que discrepa y cree que en Ucrania aún no se puede hablar de genocidio. 

Como en otras muchas cuestiones que afectan a la política internacional, que algo sea genocidio o no, vemos que se negocia detrás de una mesa. El artículo 2 de la Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre el genocidio lo describe como aquella “realización de actos que tienen como fin destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”.  La declaración de genocidio suele producirse años después del hecho, como ocurrió con Turquía o como en el caso que hemos citado anteriormente de la guerra de los Balcanes. 

Y en Ucrania ¿qué está ocurriendo? Como ha afirmado recientemente Bohdan Vitvitsky, exfiscal federal de Estados Unidos y exasesor especial del fiscal general de Ucrania, “todo es cuestión de intención”. De hecho en declaraciones a medios como Los Ángeles Times asegura que “cualquier intento de determinar si los crímenes cometidos por los soldados rusos en Ucrania están motivados por una intención genocida, debe centrarse necesariamente en las declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin”, escribió Vitvisky para el centro de investigación Atlantic Council esta semana.

Lo dicho, detrás de una mesa se decidirá. Y dentro de un tiempo sabremos si interesa que sea genocidio o solo crímenes de guerra. Depende de la intención. Aunque mueran miles de personas y se nos siga encogiendo el estómago cada día sabiendo que a día de hoy se libran guerras que pueden frenarse si se firma un papel a miles de kilómetros de nuestro propio entendimiento. 


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