DESABASTECIMIENTO DE MEDICAMENTOS EN EUROPA

Cuando una mariposa aletea sus alas en Nueva Zelanda, puede que provoque, sin saberlo, un terremoto en Alaska. Ésta es la base del llamado Efecto mariposa. Y aunque con variaciones en el dicho popular, quizá sea la razón que explique lo que está ocurriendo en torno al desabastecimiento de medicamentos en Europa.

Las causas del desabastecimiento de medicamentos pueden ser varias. Desde un aumento de demanda a otro tipo de problemas en la fabricación. Incluso la falta de suministro de los principios activos que intervienen en su producción. Así que, ¿cuál es el origen de lo que está ocurriendo en estos momentos? En gran medida, parte del problema viene de China, donde el aumento de contagios por COVID y la alerta sanitaria que ha vuelto salir escopeteada hacia Europa, está haciendo peligrar el suministro en países del viejo continente como Francia, donde algunas farmacias se han lanzado a crear hasta sus propios antibióticos de la misma manera que si se tratara de la fabricación de fórmulas magistrales y otros remedios. 

Medicamentos como el paracetamol tienen que ser adquiridos por algunos franceses cruzando la frontera a Italia, porque en su país, no es posible. Y se prevé que esta situación se prolongue durante semanas o incluso meses. La razón: la deslocalización para la producción de ciertos medicamentos, que se fabrican en China o incluso La India, hace que cuando en Asia las mariposas aletean… se desabastece el stock en Europa y más allá. 

En España ocurre lo mismo. Con datos de diciembre, las farmacias en nuestro país se encontraban sin suministro de más de 600 medicamentos y para cerca de 90 no tienen alternativa a día de hoy. Se han encontrado con falta de medicamentos de uso común como el Aero-red o el Gaviscon u otros como la Azitromicina, la Amoxicilina o el Plasimine, de uso antibiótico para infecciones bacterianas. De todo ello da cuenta la página de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), donde se puede encontrar un amplio listado con los medicamentos que están desabastecidos en las oficinas de farmacia de nuestro país.

Algunos médicos optan por recomendar o recetar los llamados tratamientos «off label». Es decir, fármacos que se encuentran fuera de las indicaciones para los que fueron aprobados o su uso se presenta en una forma diferente. También hay casos en los que se opta por recurrir a medicamentos no comercializados en España. Con el consabido problema de que el desabastecimiento no es una cuestión patria, sino que está afectada toda Europa y más allá. Ante la desesperada, siempre queda la tentación de comprar medicamentos por Internet. Eso sí, con el riesgo de caer en la compra de alguno que se venda de forma ilegal o no cuente con todas las garantías de seguridad que requiere en realidad. 

El desabastecimiento afecta a la salud de la ciudadanía

Desde instituciones como Cofares, se apresuraron hace semanas en aclarar que en nuestro país no vivimos ningún desabastecimiento. Consideran que se trata de un problema coyuntural porque la demanda excede de forma puntual a todo lo que se puede ofertar. Y, como muchos otros problemas coyunturales, acabará pasando… 

Sin embargo, a pie de calle, usuarios y farmacéuticos no opinan lo mismo. Los primeros, porque no entienden cómo medicamentos que antes compraban con total facilidad, ahora es difícil encontrarlos en su farmacia habitual. Por ello, han de esperar o bien buscar en otras farmacias si tienen alguno en stock que puedan venderles. 

Marisa Portas, farmacéutica y propietaria de una farmacia en el municipio madrileño de Arganda del Rey, comenta que “el desabastecimiento se lleva notando desde hace un año, pero con más intensidad hace seis meses. Además, con la guerra de Ucrania se vio agravado. Ocurre sobre todo con medicamentos como los antibióticos del tipo amoxicilina y amoxicilina clavulánico. Sobre todo jarabes o la azitromicina. Echamos también en falta antiinflamatorios y analgésicos como el Efferalgan, ibuprofeno y paracetamol, antitusivos como el Fluimucil, la cloperastina, el dextrometorfano, el ambroxol. Y luego en otro tipo de medicamentos como los psicótropos (Orfidal), insulinas (Ozempic, Tresiba) o losantihipertensivos (Valsartan, Lisinopril/Hidroclorotiazida)”.

Y el paciente, mientras tanto, desconcertado porque no puede adquirir en la farmacia a la que acude habitualmente, los medicamentos que necesita y a pesar de que desde las farmacias se les indica que el desabastecimiento no depende de ellas y que los almacenes tampoco lo tienen, finalmente deben acabar yéndose a otra farmacia en busca de que su medicamento se encuentre en stock o bien a la consulta del doctor para que se le recete algo que sustituya su medicación.

Portas añade que en ocasiones, “el médico es desconocedor de los medicamentos que están en falta. De hecho, en las farmacias nos enteramos al transmitir el pedido, porque tampoco nos informan vía email ni el Colegio de farmacéuticos ni los propios laboratorios. Vamos, que te llevas la sorpresa al transmitir el pedido. Incluso hemos llegado a tener en un día 90 líneas de faltas. Solo informan de las alertas sanitarias y los lotes defectuosos”, apunta.

Las consecuencias del desabastecimiento de medicamentos inciden directamente sobre la eficiencia del sistema sanitario. También sobre la salud de la población ya que afecciones generalmente comunes pueden encontrar dificultad de curación debido a la falta de medicamentos concretos para remediarlos. 

En palabras de la AEMPS, “los problemas de suministro y desabastecimiento tienen un relevante impacto sobre la eficiencia del sistema y la salud de la ciudadanía”. Por ello, se trabaja para tomar medidas y mantener una estrecha colaboración con otras instituciones europeas e internacionales. Todo ello con el objetivo de prevenir, realizar una identificación precoz y el seguimiento y comunicación de todos los problemas de suministro de medicamentos. 

¿Cuánto durará? Nadie sabe. Marisa Portas apunta que desde las farmacias notan que no son informados en su totalidad. Nos dice: «Yo hablo a diario con los laboratorios y hay varias razones por lo que no es previsible cuánto durará…. Algunos nos dicen que tres meses otros llevan 1 año… En resumen, que no nos informan correctamente”. Y dado que las razones del desabastecimiento en estos momentos son variadas, nos encontramos en un bucle del que no se sabe cuándo saldremos. Como explica Portas, “no hay principio activo disponible que normalmente se fabrica en la India o China. Tampoco hay materias primas con la que se fabrican los envases y el envoltorio de los medicamentos como vidrio, aluminio, cartón.

Por otro lado no llegan a España porque los medicamentos sufren bajadas de precio ya que se negocian los mismos con el Gobierno del país, no con la Comunidad, y se negocia a la baja. Con lo cual un mismo medicamento en España puede valer 1€ y en Francia 50€, a un laboratorio farmacéutico que es una multinacional y vende a muchos países le interesa vender a los que les pagan más y dejan al país que paga menos con los restos. Además, se suma a todo esto que los transportes después de la guerra de Ucrania han subido mucho y les compensa a los laboratorios enviar a países donde el medicamento lo venden a mayor precio que a los que venden a precio inferior porque les sale más rentable. Y para rematar, hay laboratorios que tienen productos en falta porque los han llevado a la zona en guerra”.

Estaremos atentos a cómo transcurre el año. Porque no es un problema que haya surgido con el cambio de cifra, sino que lleva arrastrándose varios meses. Sin solución ni remedio. Son las consecuencias que tiene vivir en un mundo global. En el que los aleteos afectan a unos y otros, se produzcan dónde se produzcan. Con el problema añadido de que la salud acaba siendo la afectada, independientemente del camino que tome la mariposa.


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