CARTAS DESDE EL OLIGOPOLIO: EL GAS

Como tantas otras cosas, la estructura del mercado del gas en España sigue siendo la misma del General. Tras la Crisis del Petróleo del 73, cuando el Sha de Persia anunció que los productores del Golfo Pérsico doblarían el precio del crudo, los países de la OCDE tomaron medidas de ahorro, eficiencia y diversificación mientras el gobierno español, conmocionado tras el asesinato de Carrero Blanco, optó por blindar el precio de los carburantes con subvenciones. Esto, lógicamente, bloqueó las alternativas y disparó el consumo. Incluso multinacionales extranjeras vinieron a España ¡a comprar petróleo! Así, cuando llegó la segunda crisis del petróleo, la del 79, España tuvo que realizar un doble ajuste que desembocó en la famosa «reconversión industrial» que hundió nuestra economía hasta la segunda mitad de los 80.


El mercado del gas: otro oligopolio con un «sistema marginalista»

A resultas de pifiarla con el petróleo, España llegó tarde al gas y se quedó en la bombona de butano. Un negocio que se repartieron, a partes iguales, la CAMPSA y el INI. Estas empresas públicas decidieron que las infraestructuras que necesitaba el gas (gaseoductos, canalizaciones, regasificadoras…) eran muy caras. Y prefirieron apostar por las tres bes: bombona, bonita y barata. Y crearon un oligopolio parecido al de la electricidad o los carburantes. Crearon ENAGAS (Empresa Nacional del Gas) como gestor técnico del sistema gasista, encargado del desarrollo, operación y mantenimiento de las infraestructuras. Le añadieron unas «distribuidoras» que se ocupan de su producción, aprovisionamiento y transporte (solo hay seis: NEDGIA, NORTEGAS, REDEXIS GAS, GAS EXTREMADURA Y MADRILEÑA RED DE GAS, cada una con su territorio).

Después, llegaron las «comercializadoras» que son las que lo venden al cliente final, bien en el «mercado regulado» donde solo las autorizadas que pueden ofrecer la TUR (la tarifa de último recurso que es un precio político controlado por el gobierno), bien en el «mercado libre» donde aparecen nuestros viejos conocidos: GAS NATURAL FENOSA, REPSOL, CEPSA, IBERDROLA, NATURGY.

El mercado del gas es, por tanto, otro oligopolio con un «sistema marginalista» de fijación de precio donde los productores/importadores de ese gas fijan los precios, los reparten y toman las decisiones que más les convienen a ellos, por lo que resulta cuando menos chistoso hablar de un mercado libre o competitivo.

En el fondo, el mercado del gas está controlado por las mismas empresas que controlan el resto de mercados regulados, como la electricidad o los hidrocarburos. Así, los mismos que fijan el precio de la electricidad pueden también fijar el precio del gas. Lo controlan todo. Es por esto que muchos embalses se vaciaron cuando se disparó el precio de la electricidad. Y es porque esas empresas vendieron el agua a precio de electricidad o de gas, que tanto monta, y no la sequía que aprovechan después para meterte miedo y venderte toda su propaganda política.  


España tiene un grave problema energético

En definitiva, España tiene un grave problema energético derivado de la nefasta gestión de la energía realizada por la PPSOE. Exteriormente nos han vendido a la UE y a los USA. Interiormente, nos brindan este oligopolio general –ya vemos como operan los mismos en todos los mercados regulados- que, lejos de mirar por España y por sus ciudadanos con visión estratégica, se limita a explotar este cortijo político en su exclusivo beneficio. Un oligopolio que, por supuesto, está con la PPSOE y viceversa. Y así les vemos continuamente apoyar las ocurrencias políticas de turno para seguir disfrutando, todos juntos, de esta bicoca. Este es el porqué de las puertas giratorias.

En España tenemos pendientes muchas cosas, casi siempre llegamos tarde a los sitios. Una de las más importantes es la transición energética hacia un mix energético completamente nuevo donde podamos combinar independencia, limpieza y precios ajustados. Y esa combinación solo tiene un premio. Sí, la energía nuclear combinada con energías renovables competitivas (sin subvenciones). Todo lo que se aleje de ese modelo será otro timo político y un gran hándicap para nuestro desarrollo. Un cambio que no se puede lograr de la noche a la mañana y para el que muchos países, como en los 70, ya están tomando medidas.

Un viaje que aquí nunca podremos emprender sin sustituir previamente el oligopolio político de la PPSOE, santo y seña de nuestras desgracias. Una PPSOE auténtica responsable de estos 45 años de inmovilismo y que siempre se negará a cualquier cambio que perjudique a los imperantes y su séquito. Tú tienes el voto para poder cambiar las cosas, así que de ti depende encontrar alternativas políticas que pongan fin a todo esto.


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