AYUDAR A LOS DEMÁS: LA CLAVE DE LA FELICIDAD

Dicen que somos solidarios por naturaleza. Que en nuestro ADN de ser humano la ayuda a los demás nos humaniza más, si cabe. También que todos llevamos un “ayudador” dentro. Solo que a veces cuesta que salga… por pereza, por desconfianza. O porque simplemente creemos que siendo un poquito egoístas creceremos para adentro y eso es lo que necesitamos. Sin embargo ser solidario, ayudar a los demás, colaborar, es mucho más porque no se limita a esas pequeñas acciones puntuales que ponemos en marcha cuando organizaciones humanitarias dan la voz de alarma en los medios. Antes fue Siria y ahora lo está siendo el pueblo ucraniano. Ayudamos más de lo que creemos. 

Y esto es así porque la acción de ayudar está asociada muchas veces a lo desinteresado. Porque se puede ayudar de muchas maneras, pero la verdadera ayuda y la que es realmente solidaria, es la que se ofrece sin esperar una recompensa. Sirve por ejemplo una breve conversación con un abuelito que esté sentado solo en un parque. Pero también un «Hola, buenos días» a ese vecino que sabemos que vive solo y que puede que no hable con nadie en casi todo el día. Existen muchas maneras de aportar nuestro granito de arena para hacer que el mundo tenga más luz que la que tiene. ¿Y una simple sonrisa? Puede que le alegre la mañana al viajero que está sentado delante nuestro en el metro camino del trabajo, y sea como un guiño cómplice a cualquier escena observada por ambos. 

Ayudar puede ser también un ejercicio interior para sentirnos bien. Según los expertos ayudar despierta ciertos neurotransmisores como la oxitocina, la dopamina o la serotonina en nuestro cerebro. Hace que nos ayuden a contrarrestar por ejemplo el estrés o el miedo. Nos hará sentir más felices, tranquilos y hasta relajados. Por eso ayudar es bueno para la salud. 


¡Ayudar a los demás te hace vivir más!

Además si ayudamos nos sentiremos útiles. Reforzará nuestra autoestima y la confianza que tenemos en nosotros mismos. Tanto es así que en personas propensas a sentirse deprimidas o a padecer depresión, ayudar puede proporcionarles bienestar. Y contribuirá a que sobrelleven su estado anímico de una manera más satisfactoria y plena.  Además como nunca sabemos lo que nos espera, es bueno que tengamos en cuenta que aquello que damos nos va a ser devuelto de un modo u otro. Algunos lo llaman ‘karma’ y otros sin ponerle nombre, creen que “lo que se siembra, se recoge”. Por tanto ayudar es sembrar buenas acciones que seguro tendrán cierta recompensa en nuestra vida. 

Nunca sabremos el efecto que tienen nuestras acciones sobre los demás. Porque entre otras cosas, no estamos en la cabeza del resto de la gente. Pero seguro que si ponemos por delante los múltiples beneficios que puede tener nuestra ayuda, aunque sea pequeña, tanto a nivel general y personal, nos daremos cuenta de que ayudar no es un verbo desinteresado. Ayudar es bueno y merece la pena. Así se corroboró en un estudio realizado en la Universidad de Cornell (Nueva York) a más de 30 mujeres que realizaban voluntariado. Se las estudió durante más de 30 años y se vio que pasadas esas tres décadas, mantenían una forma física y psíquica mejor que las que no habían realizado ninguna actividad solidaria. 

Otro estudio de la Universidad de Michigan determinó que las personas mayores que mantienen en el tiempo comportamientos altruistas, albergan un 60% más de posibilidades de prolongar su vida. En comparación con aquellas otras que tienen una actitud más egoísta y que hace que no se den a los demás o al cuidado del mundo en el que viven, los que ayudan, viven más. Así que la ecuación es sencilla: si ayudar nos permite vivir más y mejor ¿por qué no empezar ya mismo?


Tags from the story
, ,
More from Susana Cabrita Palomar
ÚLTIMAS NOVEDADES EN EL CASO «RUBIALES»
Como si se tratase del tiempo de descuento tras un partido, llevamos...
Read More
Join the Conversation

4 Comments

Leave a comment
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.