ACOSO DE LOS EDUCADORES POR LAS REDES

Muchas veces hemos hablado del ciberacoso, ciberbullying y de todas las prácticas de persecución y abuso que se ejercen con una pantalla de por medio. Sin embargo ¿qué ocurre cuando ese acoso no se ejerce entre alumnos sino que es más bien piramidal? Son aquellas situaciones en las que es el propio profesor el que acosa a sus alumnas a través de Internet valiéndose de las redes sociales. Ha ocurrido recientemente en un colegio de Alcobendas (Madrid). Un profesor de un centro escolar acosaba a sus alumnas de entre 11 y 15 años a través de las redes sociales con proposiciones sexuales. El docente fue despedido del centro escolar hace tres años. Ahora se enfrenta a 40 años de cárcel. El juicio ha sido aplazado recientemente. 

En declaraciones las menores han relatado que las contactaba a través de Instagram. Les mostraba vídeos de contenido sexual con otra mujer. Incluso las llegó a invitar a formar parte de un grupo en dicha red llamado «Las chupadoras». A través de WhatsApp también enviaba a las menores fotografías suyas desnudo. En resumen, llevó a cabo acciones de pervertido de manual…o de 1º de perversión como se diría con menores de edad. Se escudaba bajo el paraguas de la red social del momento.

La red social más gráfica, la más visual de todas y a la que cada día acceden miles de menores creyendo que las relaciones y los contactos que inician a través de ella son de verdad. Tan de verdad, que la virtualidad sobre la que se escudan, a veces acaba convirtiéndose en realidad y en una pesadilla de la que ahora es difícil que acaben escapando. Porque se les ha quedado marcada como un trauma vivido antes de cumplir siquiera los 18 años.


¡Alerta! Crece el acoso a menores en las redes sociales

Quizá la pandemia y los confinamientos no hayan ayudado a erradicar una práctica que se veía en aumento hasta 2019. El acoso a través de las redes sociales y mas concretamente a través de Instagram, ha ido in crescendo en los últimos dos años. Según el informe «(In)seguras online» presentado el pasado año por el Plan Internacional en 2020: “el 58% de de las menores españolas declararon haber sufrido acoso sexual en primera persona” a través de la redes sociales; es una práctica que se denomina groomingSe trata de un delito que según aclaran desde la Asociación Española de Pediatría está “englobado dentro del denominado exhibicionismo, la difusión de contenidos pornográficos y la corrupción de menores”. 

Instagram ha presentado en los últimos tiempos una serie de nuevas funcionalidades que incorporan mejoras como la carga de vídeos, la posibilidad de mantenerlos en el tiempo más allá de los directos o la publicación de los llamados «reels». Pero también otros en torno a la verificación de la edad cuando un usuario abre un perfil en la red. O la imposibilidad de que los usuarios de Instagram que la red tenga identificados como adultos no puedan enviar mensajes directos a menores de 18 años que no les hayan seguido previamente. 

A priori se trata de una medida que ayudaría a evitar casos de grooming. Pero la realidad es que se puede engañar al algoritmo de la red afirmando ser adulto y haciéndose pasar por otra persona que no es. Así es el anonimato de las redes. Tan pronto sirve para acosar, insultar, menospreciar y soltar improperios sin dar la cara realmente, como también para simular una mayoría de edad que no se tiene. A esto es a lo que están expuestos nuestros menores. 

Desde la Policía Nacional se esfuerzan por impartir charlas en colegios e institutos pero también en Escuelas de Padres. Alertan del peligro que pueden suponer las redes sociales si se manejan sin saber. Pero también sin atender que quien está detrás de la pantalla son auténticos desconocidos. Sin darle la importancia que tiene. 

Existe el temor de que un menor abra perfil en una red social, entre en contacto con un acosador y viva una experiencia que le será traumática de por vida. Cuanto más cuando el que acosa es un profesor de tu colegio o instituto. Al que se le conoce, se le ve a diario y supone una verdadera amenaza cada vez que se cruce por cualquiera de los pasillos del centro escolar. Las redes han llegado para quedarse. Solo falta que pongamos medidas para que se usen bien porque acosadores ha habido siempre y los seguirá habiendo. Esta es la realidad. 


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