La inflación durante el mes de marzo se ha situado en torno al 3,8% interanual, tal y como han informado desde l Instituto Nacional de Estadíctica. Y más o menos como pronosticaban entidades como la CEOE, que prevé que se ubicara en el 3% en este 2024. De no haberse producido un incremento en el precio de los productos energéticos, nuestra inflación, esta que toman para medir cómo va o va a ir nuestra economía, se habría situado por debajo del 3%.
Como indica el INE el precio de la electricidad subió en marzo un 7,2% comparándola con la del mes anterior. Funcas explica que “el incremento de la tasa de inflación general de marzo fue mayor de lo esperado, debido a la mayor desviación con respecto a lo previsto en los productos energéticos y, en menor medida, en los alimentos sin elaborar”.
La vida: es más cara que ayer pero menos que mañana
Es decir, lo que ha ocurrido es que los productos de alimentación, lo que todos conocemos como la cesta de la compra, sigue teniendo precios elevados. En concreto, marzo registró que la alimentación fue un 4,3% más cara de lo que era en marzo de 2023. El aceite de oliva es hoy un 70% más caro que hace un año. La fruta fue en marzo un 4,9% más caro que el mes anterior. Y lo mismo sucede con carnes como la de cordero (8% más cara que en febrero) o el pescado (un 6,4%). En contrapartida, legumbres, frutos secos y la leche habrían moderado algo más su precio.
El IVA de la electricidad y del gas subió en marzo, con lo que estos productos, llamados energéticos, también han contribuido a que los precios se incrementen y tengamos la sensación de que todo está más caro que ayer. En concreto, el IVA de la luz se pagó en marzo al 21%, tras haber estado dos meses al 10% y hace un año y medio al 5%.
¿Qué ha pasado también en marzo? Que la Semana Santa ha hecho mella… o los productos vacaciones han hecho mella en el consumidor, que quizá sería lo más acertado. Los paquetes turísticos nacionales se incrementaron este pasado mes en más del 9,5%. Los internacionales lo hicieron de manera similar, en torno al 9,3%. Además, los hoteles, hostales y otro tipo de alojamientos incrementaron sus precios en más del 7,3%. Y volar, si se hacía a destinos internacionales, nos salió nada menos que más de un 6,5% más caro que el mes anterior y, lógicamente, que como nos habría salido hace un año por estas mismas fechas.
El monedero y el bolsillo no engañan
Los carburantes también continúan su tendencia alcista, como dicen los expertos. Siguen subiendo de precio. Y tal y como apunta Funcas, “el encarecimiento reciente del petróleo, junto a la persistencia de las presiones inflacionistas en los servicios, constituyen ahora los principales factores de preocupación”.
Alerta Funcas de que “el precio del petróleo se ha elevado hasta el entorno de los 90 dólares, por encima del contemplado en el escenario central bajo el que se realizaron las anteriores previsiones. Se ha revisado, por tanto, al alza, el precio de partida en dicho escenario hasta los 85 dólares, lo que unido a la resistencia de la inflación en los servicios ha conducido a una pequeña revisión al alza de las previsiones para 2024. Se espera una tasa media anual del 3,2% –una décima más que en las previsiones de marzo–“. La previsión, por tanto, es situarnos en el 3%.
Que todo más o menos se mantenga, o que se mida con la vara de que debamos contemplar cómo se mantiene. Porque si hacemos comparativas y nos retrotraemos al año pasado, o a hace dos años o incluso al mes anterior, veremos cómo las tasas varían, cómo los porcentajes cambian y cómo lo que antes desembolsábamos para movernos con el coche o para tomar el aperitivo es hoy más caro que ayer. Y aunque las estadísticas cambien, el monedero y el bolsillo no engañan.
