EL PODER DE LAS BUENAS NOTICIAS

Imagina un espacio interior donde la esperanza crece, la creatividad y la inspiración se multiplican y las emociones positivas se convierten en la luz que alumbra y limpia tu camino. Tristemente nos encontramos en un mundo marcado por impactos negativos constantes, guerras, enfrentamientos políticos, violencia a menores, asesinatos a mujeres. El impacto emocional y psicológico de las noticias negativas en prensa, radio y televisión es abrumador. Puede ser traumático y afecta a nuestra visión del presente. También a nuestro enfoque del futuro y por lo tanto perturbará nuestra capacidad para afrontar lo que ocurra.

La psicología positiva busca contrarrestar la visión patológica del ser humano, enfocándose en resaltar los aspectos saludables de la existencia. Su objetivo es explorar y destacar lo mejor de cada persona o de cada sociedad, poniendo énfasis en las competencias y fortalezas que pueden suavizar los impactos de los sucesos negativos que irremediablemente ocurren.

Las buenas noticias ayudan a encontrar el equilibrio emocional

En este contexto, la resiliencia es considerada una valiosa cualidad humana. Se define como la capacidad del ser humano o de las sociedades para afrontar y recuperarse de situaciones traumáticas o de intenso dolor emocional. Para entender mejor este concepto, es vital considerar los factores de vulnerabilidad, los que afectan negativamente a nuestro bienestar emocional. También los factores de protección, aquellos elementos que actúan como amortiguadores ante los eventos traumáticos, facilitando la adaptación y la recuperación.

El factor de vulnerabilidad considerado primordial es la exposición constante a contenidos traumáticos. Escuchar, leer o ver imágenes perturbadoras a diario influye en nuestro estado de ánimo y se convierte en un factor de riesgo significativo para el desarrollo de depresiones, ansiedad y malestar general. En contrapartida, un factor de protección esencial para preservar nuestra salud mental y emocional es encontrar un equilibrio en la información que consumimos. Debemos esforzarnos por cultivar los factores de protección y las fortalezas psicológicas que nos protejan y nos ayuden en el crecimiento de la resiliencia. 

¿Cómo desarrollar, por ejemplo, fortalezas tales como la inteligencia emocional, la ilusión, la creatividad, la integridad, la honestidad, el respeto y la prudencia en nuestra sociedad? En este sentido voy a destacar dos protagonistas sociales que pueden colaborar en el fortalecimiento de nuestra salud mental: la clase política y los profesionales de la información. Es esencial que la clase política reflexione sobre el deber de conocer que el trato adverso entre ellos perjudica psicológicamente a la sociedad y crea un ambiente dañino, de división. Su objetivo debe ser estar al servicio de la sociedad y buscar el equilibrio y el bienestar. 

Un consejo para mejorar tu bienestar emocional

Sería también interesante que los periodistas se comprometan con la sociedad en informarnos sobre la realidad completa. Destacando también los aspectos positivos de lo que acontece en el mundo. En estos momentos, hay numerosas personas colaborando solidariamente para ayudar a otros. Además se producen situaciones amables, ingeniosas y esperanzadoras. En definitiva, emociones positivas, que merecen ser conocidas y divulgadas para mantenernos informados y, a su vez, inspirarnos.

Ser capaces de enfocarnos en las fortalezas y en las buenas noticias es una herramienta poderosa para desarrollar nuestra resiliencia o capacidad de afrontamiento. Ofrecería una visión más optimista del futuro y fortaleceríamos nuestra mente y la de nuestros menores con emociones que inspiren tranquilidad y sosiego. Sería un gran reto para la salud mental.

Querido lector y lectora, mientras conseguimos una sociedad centrada en la psicología positiva en la que los políticos valoren lo favorable que pueda tener el adversario y la prensa nos instruya también con buenas noticias, me permito hacerte una sugerencia que está al alcance de cada uno de nosotros. Comienza un diario personal en el que cada día anotes algo positivo o agradable que hayas experimentado o presenciado. Esta simple práctica te ayudará a irte enfocando en lo bueno, cultivando un estado psicológico más positivo y mejorando progresivamente tu bienestar emocional.