Mónica Oltra celebró el sábado su imputación como encubridora de su marido (cuando ocurrieron los hechos no era ex) en un caso de abusos sexuales a una menor. Y lo hizo bailando en los Jardines del Turia junto a sus colegas progresistas Joan Baldoví -el de los mítines regeneracionistas en el Congreso de los Diputados, Juan Ponce, Águeda Micó y el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Fue en un acto de Compromís en el que recibieron a la imputada con abrazos. Bailaron descojonados de risa con ridículos gorritos naranjas.
Oltra tuvo los ovarios de insistir en que es víctima de una conspiración de la extrema derecha y que ellos tienen que defender la democracia frente al fascismo. Solo faltaba en la fiesta, por supuesto con la bandera LGTBI, nuestro amigo Odón Elorza. Escuchando a Oltra me malicio si no ha sido la asesora de imagen de Kote Cabezudo porque el discurso del violador donostiarra durante nueve años ha sido gemelo del que esté empleando Oltra.
Recuerdo que esta señora infame, cuyo comportamiento es repugnante, tiene derecho a la presunción de inocencia. Por supuesto. Pero es importante saber que está citada el día 6 de julio para declarar como imputada por encubrir a su marido en un caso de abusos sexuales a una niña acogida, de 14 años. A la que visitaba su marido en su cama para masturbarse con la mano de la pequeña. Quizá sean Oltra y su señor los inspiradores de la teoría de que hay que enseñar a los niños en las escuelas a masturbarse.
Y ahí sigue la vicepresidenta del Gobierno valenciano en su puesto. Ahí la mantiene Chimo Puig. El PSOE gobierna con Compromís. Ambos dan lecciones de moral y democracia cada día al personal, valenciano o no. Y se ponen camisetas molonas con propaganda nauseabunda. Oltra era la que acosaba sin cesar a cualquier señalado (sí, escribo señalado, no imputado) por corrupción en el PP, en la puerta de sus casas, en presencia de sus familiares, en el trabajo, acudieran donde acudieran. Uno de ellos que le imploró que le dejara vivir en paz, tuvo que escuchar de esta pájara, literalmente: “No es nada personal, es que en nada hay elecciones y ya sabes”.
Maite: una niña abusada de la que nadie habla y Oltra a lo suyo…
La víctima de este caso se llama Maite T.M. Nadie habla de ella. Yo quiero saber quién se está ocupando de ayudarla. Porque sepan que Maite tuvo mucho miedo de hablar porque sabía quiénes eran su abusador y la mujer de su abusador. Pero al final tuvo arrestos para denunciar. Y la llevaron esposada a presencia judicial y tanto a ella como a su novio les arrebataron sus puestos de trabajo. El entonces marido de Mónica Oltra, Luis Ramírez Icardi, fue condenado a 5 años de prisión. Oltra está acusada de encubrirle. La fiscalía y el instructor sospechan de “la posible existencia de un concierto ”entre Oltra “y diversos funcionarios para proteger a su entonces pareja. O bien para proteger la carrera política de la aforada”.
Oltra no dimite. Puig no la cesa porque aforada tiene más capacidad para presionar a jueces y fiscales. Y ojo que la fiscal que le acusa es Teresa Gisbert, nada relacionada con el fascismo rampante en España, al contrario. Acreditada fiscal progresista y nieta del último alcalde republicano de Valencia. Una progresista con pedigrí, impulsora en su día de las investigaciones que acabaron con cargos del PP como Ricardo Blasco y Rita Barberá. O sea, una progresista que es además experta en materia de delitos sexuales y especialista en la responsabilidad de la Administración respecto a los niños tutelados y el funcionamiento de los centros en los que residen.
Es la señora Gisbert no yo, quien acusa a Oltra de encubrir a su marido. Quien dice que “el hecho de no denunciar los abusos ante la Policía o Fiscalía de Menores supuso un incumplimiento flagrante, arbitrario, sin justificación legal alguna y muy grave de los deberes de un tutor con su pupilo, que ha puesto en grave peligro la formación de la menor”. ¿Quién se está ocupando ahora de verdad de ayudar a la menor?
Y la prensa, otra vez la prensa española, en general infame también. El País, que dedicó 169 portadas al asunto de los trajes de Camps, no a su absolución por el Tribunal Supremo, sino a acusarle, despachó la imputación de Oltra con un pequeño recuadro en su portada. El siguiente paso de este atajo de malvados podría ser acusar a la menor de haber provocado al marido de Oltra. No piensen que estoy loco. Ya hemos visto y escuchado a Cabezudo acusar a sus víctimas reiteradamente. Y esta banda de progresistas defensores de la democracia frente al fascismo ya sabemos cómo se comportan.
Por cierto, el Gobierno valenciano es muy improbable que se vaya romper. ¿Saben por qué? Porque decenas y decenas de personas viven de un salario público por ser de Compromís y por estar Oltra donde está. Y a todos esos se la suda si abusan de menores, excepto que las menores sean sus hijas supongo. E insisto ¿por qué nadie habla y se preocupa de Maite, la niña abusada por el marido de Oltra, que debía ser protegida por la Consejería de la encubridora?
Pues porque están muy ocupados llevándoselo crudo y defendiendo la democracia frente al fascismo. Manda huevos. Los del baile del sábado se han convertido en cómplices morales y políticos del encubrimiento. “Si tocan a una nos tocan a todas”, gritaban. No se referían a Maite. Para esta banda de miserables a Maite la podía tocar el marido de Oltra para pajearse. Solo imaginar a Maite viendo el baile de la banda se me ponen los pelos de punta. Ya solo falta que la escupan, o que la maten y bailen sobre su tumba.
Y además…
- Vuelvo con mi amigo Manu, Imanol Arias. Ya me leyeron la semana pasada mi crítica severa. Al día siguiente de mi artículo, los sindicalistas de UGT en RTVE hicieron pública su indignación con Arias. Contaron a los cuatro vientos que cobra 47.000 euros por capítulo. Después reclamaron que jamás vuelva a trabajar en RTVE. Me parece inadmisible y repugnante el comportamiento de estos chicos de UGT de RTVE, a los que he padecido hace años con una campaña severa de acoso y escrache tildándome de ladrón y fascista por acudir, entonces, una vez a la semana al programa 59 segundos y una vez a la semana también a una tertulia de RNE que presentaba Pedro Piqueras. Llenaban las sedes de las teles públicas con un cartel con mi cara, lo que cobraba (poco para lo que merecía) y me llamaban fascista. Hablé con el entonces jefe de UGT, Cándido Méndez, a quien exigí que cesaran los escraches e insultos. Méndez me dijo, literalmente: “Lo siento Melchor. Me parece intolerable, pero esta gente nuestra de RTVE va a lo suyo y son incontrolables”. Bueno, compañeros incontrolables de UGT, varias cositas. No sois los dueños del ente público, y todos los que trabajamos en la industria audiovisual tenemos derecho a trabajar en RTVE. Mi amigo Imanol Arias cobraría mucho más haciendo el papel de Alcántara en cualquier cadena privada, o sea que se ganaba honradamente el pan bordando además el papel protagonista del mejor producto de RTVE, que jamás habríais podido hacer vosotros. Y ya que vais de transparentes, informadnos de vuestros salarios, sobre todo los de los liberados. Y contad qué porcentaje de vuestro tiempo dedicáis a sabotear a las productoras que trabajan para RTVE. Y para rematar, sacad la lista de los que siendo funcionarios de RTVE trabajan a oscuras para productoras a las que facilitan ser contratadas por el ente público. Venga, valientes. Transparencia. Aunque me temo que quizá estén organizando algo para apoyar a Oltra, algún bailecito festivo para luchar contra el fascismo. Espero que sin abusos a menores de por medio.
- Y seguimos con actores. Alvaro Morte, el excelente protagonista de La Casa de Papel, El profesor, está que se sale. Ahora ha pillado papel protagonista en “Sin límites” de Movistar. En la promoción de la serie, Morte ha hecho unas declaraciones, y a la pregunta de si le preocupaba que se politizara el personaje que hace de Juan Sebastián Elcano, respondió con un par: “Podía pasar. Por eso, para evitar esa apropiación, lo que he hecho con el personaje es un tipo que busca siempre el consenso entre hombres y persigue el bien común. Mi Elcano es muy de izquierdas, cero totalitario”. Es evidente que es compatible ser un buen actor y comportarse como un gilipollas. Juan Sebastián Elcano es un héroe español, un marino que salió junto al portugués Magallanes a un viaje que gracias a él se convirtió en la primera vuelta al mundo. Corría el año 1519 creo recordar. Tres siglos antes de que aparecieran los conceptos izquierda y derecha con la Revolución Francesa, que se denominaron así por la ubicación de los diputados en la Asamblea Nacional, y quedó para siempre para referirse a las diferentes ideologías. Aún no había nacido el progresismo español. Con esta gilipollez Álvaro Morte ha conseguido que se me quiten las ganas de ver la serie. El guión es de Patxi Amezcua, y Movistar y las productoras, Mono Films y Kilimi Media, que son muy progresistas y de izquierdas por supuesto, se han traído para dirigirla a un estadounidense que se llama Simon West. No encontrarían en España a ningún progresista antifascista para dirigirla. Ardo en deseos de saber si Morte se ha pasado el guión por los huevos y se ha construido su Elcano de izquierdas por su cuenta, si se lo han permitido y si le han asesorado. A mí Morte me ha quitado las ganas de ver la serie. Yo también creía que la obligación de un actor era meterse en el personaje, no a la inversa. Y me parto al escuchar a Morte decir que le inquieta que el personaje se politice. He producido más de diez películas y si un actor manipula un personaje o el trabajo de un guionista, le despido de modo fulminante. No me ha sucedido jamás. Y he trabajado con muchos de los grandes. Morte en la Casa de Papel de 10, hablando de Elcano solo ha dicho sandeces. Veo ya a Morte de monologuista en El Intermedio. O de asesor de Oltra para los bailecitos sobre la tumba de la menor víctima de los abusos de su marido.
