VIOLACIÓN GRUPAL A UNA MENOR EN BADALONA

El pasado 19 de noviembre, una niña de 11 años fue violada en los baños del centro comercial Màgic de Badalona. La pequeña acudió al centro comercial ese sábado por la mañana con intención de comprar algo de ropa y fue rodeada por un grupo de adolescentes. Al principio se sintió sólo observada, pero después fue abordada por varios de ellos, que, bajo amenaza, la condujeron hasta los aseos más alejados del pasillo del centro comercial. 

Allí fue violada. La obligaron a no gritar y a guardar silencio, bajo amenaza de muerte. Pero sobre todo, bajo la amenaza que impone el miedo en todos estos casos. Cuando todo terminó, la pequeña salió asustada y contó parte de lo que le había ocurrido a un hombre que, al parecer, formaba parte del personal de seguridad del centro comercial y del que todavía se está buscando la identidad porque puede que sea parte del personal de alguna de las tiendas, no del propio centro.

Un mes después de los hechos, un hermano de la víctima alertó en su casa de la existencia de un vídeo en el que se veía a su hermana manteniendo relaciones sexuales con varios menores más. Siendo violada, para ser exactos. La niña, sólo entonces, confesó. La familia denunció el 15 de diciembre y también desde el centro escolar donde estudia la menor se expuso el caso ante el Departament d’Ensenyament para que pudieran activarse los protocolos pertinentes. 


Una nueva violación con 6 menores implicados

La niña se encuentra en tratamiento psiquiátrico y pediátrico en un hospital de Badalona. De hecho, la familia relata que desde entonces, se encierra habitualmente en su habitación y pasa largas temporadas sin hablar. ¿Qué se espera cuando una niña que aún ve dibujos animados y probablemente siga jugando con muñecas ha sido violada por un grupo de adolescentes? Dicen que el final de la infancia aparece cuando deja de haber inocencia y a esta pequeña se la han robado a la fuerza. 

De los menores infractores, poco que añadir. En total fueron 6 los agresores de la pequeña. Dos de ellos tienen entre 16 y 17 años y los otros tres son menores de 14. Los primeros han sido ya detenidos por la Fiscalía y uno de ellos ha ingresado en un centro juvenil de régimen cerrado. El otro ha quedado en libertad vigilada. Los menores de 14 han salido impunes. Según nuestra Ley del Menor no se les puede imputar ningún delito y, por lo tanto, siguen en libertad. Todos, salvo uno, han sido identificados por la Policía. 

Expertos apuntan que algo falla en los menores. Quizá su entorno, tal vez su educación. Su conducta no es la propia de un menor de edad. Y no, claro que no lo es. Siendo menores de 14 años varios de ellos han sido parte de una violación grupal a una pequeña de 11 años. No cabe en cabeza alguna que su conducta pueda se propia de nada ni con 12, 13, 14, 17 ni si quiera 17. Tampoco lo es cuando una violación la comete alguien mayor de 18, porque en su caso sí puede ser imputado por la vía penal. Pero esto ya es otro tema. 

En varios de los agresores, al no poder ser perseguidos penalmente por tener menos de 14, su actuación será valorada desde la protección de menores. El caso se llevará a cabo desde la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA). Un organismo que trabajará a partir de ahora con los menores y sus familias para analizar qué es lo que ocurrió en ese centro comercial en noviembre del año pasado y ver qué es lo que falla en su entorno familiar. Se ha abierto también lo que se conoce como expediente de riesgo. En él se busca un objetivo: reeducar a los menores. Aunque, según han comunicado desde el Departamento de Servicios Sociales, en los casos más graves se puede incluso plantear la retirada de la tutela a los padres. 


Necesidad de reformar la Ley del Menor

Los menores agresores serán tratados por terapeutas. Se verá qué ocurre en su entorno para que su comportamiento haya sido el que ha arruinado la infancia a una pequeña de 11 años y a su familia. Y se les hará seguimiento. Y quizá, aunque esperemos que no, cuando cumplan 14 años vuelvan a delinquir ya con más cuidado porque no saldrán impunes. Total, hasta los 18 nadie les puede llevar directos a prisión. 

Desde el centro escolar en el que estudia uno de los implicados en la violación de la niña, que además comparte aula con el hermano de la víctima, se ha determinado dejarlo aislado en una de las aulas. Por su parte, el hermano de la víctima ha recibido ya varias amenazas de muerte por WhatsApp. La familia se está planteando abandonar tanto el centro escolar como la propia ciudad en la que residen. No es plato de buen gusto vivir rodeados de asco, miedo. Y sobre todo, ese recuerdo traumático que con total seguridad acompañará de por vida tanto a la niña como a su familia.

El resultado es que una víctima de una violación cuando es menor de edad lleva una herida encima de por vida que deberá tratar con psiquiatras y que le hará vivir con miedo. Lo recordará siempre. Cuando se es agresor, la herida no es herida. Es como una grieta que se tapona y se intenta tratar para que no se vuelva a abrir. Es, tal vez, lo que permite que muchos sigan delinquiendo. Y hasta que no se haga algo para cambiar la Ley del Menor esta situación continuará exactamente igual.


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