UN MES DESDE LA VUELTA A LAS AULAS

Se cumple un mes desde la vuelta a las aulas en España y solo cabe hacer balance. Esta es la realidad para los mas de 8 millones de alumnos matriculados en nuestro país. Dista mucho de ser la misma que se encontraron en el mes de septiembre u octubre del pasado año. Entre otras cosas porque el curso anterior se saldó con un cierre total de los centros escolares en el mes de marzo, unos días antes de la declaración del estado de alarma. Y porque éste se inició entre muchas dudas y con la combinación de semipresencialidad para los cursos más avanzados, es decir, un sistema mixto.

Así, tras un mes desde la vuelta a las aulas, hay algo que sigue sin cambiar en las conversaciones de los padres. En los corrillos se escucha la frase: “a ver lo que van a durar» porque continúa la incertidumbre de no saber a ciencia cierta si el curso, tal como ha empezado, va a terminar. Sin cierre total o parcial, incluso sin confinamiento de las aulas.

De hecho a fecha 24 de septiembre y según los datos que maneja el Ministerio de Educación, el número total de aulas confinadas desde el inicio de curso se alza en 2.852, de los 386.214 que existen en total. Y según nota emitida por el propio Ministerio, esto supone que “el 99,3% de los grupos está funcionando con normalidad”. Se trata sin más, de darle la vuelta al dato y destacar lo positivo de él. Si es que hay dato positivo.


Vuelta a las aulas: una situación ¿controlada?

Sin embargo la situación ni es tan utópica ni tan clara para la vuelta a las aulas. En muchos centros escolares, pasado este primer mes del inicio del curso escolar, se siguen planteándo si es mejor continuar con la jornada partida o lanzarse a la piscina con una continua, dada la situación excepcional en la que nos encontramos.

También hay que tener en cuenta los protocolos elaborados con información del Ministerio y de las respectivas consejerías de Educación. En ellos se han indicado cuáles son las pautas a seguir y las recomendaciones y obligaciones a las que hay que atender.

No obstante, aunque sobre el papel puede quedar claro, otra cuestión es en la práctica. Desde los centros educativos opinan que ni ha sido fácil, ni el futuro más inmediato se pinta meridianamente transparente.


«Las medidas no han sido claras»

Así lo explica Maribel C.P. profesora en la etapa de infantil en un colegio concertado de la capital. En su opinión, “las medidas no han sido claras”. En el caso de la Comunidad de Madrid “las primeras que se dieron fueron en el verano, cuando todavía no sabíamos nada. Las leímos e intentamos aplicarlas como pudimos a nuestros protocolos«.

«Las siguientes medidas se dieron a conocer con el inminente comienzo del curso y ha sido difícil asentar esas medidas en la realidad de cada uno de los centros”, explica. “Una cosa es lo que marca la ley y otra la realidad a la que nos enfrentamos cada uno en cuanto a número de alumnos, tamaño de aula, número de ventanas, etc. No es lo mismo dar clase en un colegio que da a la Casa de Campo, que en uno que da a la autopista”, aclara.

Además indica que “todavía a día de hoy, hay una incertidumbre que en cada colegio es difícil de sobrellevar y cada equipo directivo debe poner en marcha las medidas pensando en el bienestar de sus alumnos y familias y en su propio centro, sin incumplir ninguna norma”.


Y los escolares, ¿qué opinan?

Los escolares, ni siquiera en las edades más tempranas, son ajenos a la marabunta de información, medidas y protocolos que desde sus centros han tenido que implantar casi a marchas forzadas. De hecho, ellos parecen estar ajenos a todo. O no, porque lo cierto es que incluso siendo de corta edad, ya identifican bien por qué hay que llevar mascarilla, por qué en el patio se juega separado de otros cursos o cómo ha cambiado, por ejemplo, la situación de las mesas dentro de las aulas, sin tocarse, sin compartir y sin estar cerca porque hay coronavirus. Como afirman algunos expertos, llevan la realidad a otra dimensión: la de ver las cosas por primera vez y asumir que, si hay que hacer las cosas de una manera, se hacen y se regalan sonrisas, por si acaso. El curso acaba de comenzar, como quien dice ha sido un mes que da para hacer balance, pero apenas nada más porque sobre el horizonte aún se observan algo nublados los próximos meses de este curso 2020/2021.


La incertidumbre continua en las aulas

Se continúa con incertidumbre. Empezamos pensando que en dos días nos iban a volver a confinar y un mes después, parece que todo va para adelante y no habrá mayor problema, pero nunca se sabe”, explica Maribel C.P. Es más, “hoy en las aulas notamos una descompensación enorme entre los alumnos: algunos pudieron hacer mucho durante el confinamiento y otros no tanto y debemos ir viendo cómo apoyar a todos”, explica.

Desde toda la comunidad educativa solo queda esperar que esas frases que se escuchan cada día en la puerta de entrada de todos los centros escolares, ese “mucho están durando”, no prospere. Eso habrá significado que en realidad, algo ha mejorado la situación. Y la esperanza es lo último que se pierde.


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