¿EL MEJOR VERANO DE NUESTRA VIDA?

No nos cansamos de escuchar (o a decir verdad, sí que lo hacemos) que este es el mejor verano de nuestra vida. El más esperado y también el más valorado. Quizá porque desde la publicidad que consumimos se nos quiere vender que este último año y medio, la pandemia nos ha privado del placer de disfrutar de esta estación, que suele ser la más esperada del año. La DGT también nos recuerda que aunque este sea el verano más esperado, el más ansiado y el más querido, debemos tener cuidado. Y las empresas de cerveza que recuerdan que como es el verano que estábamos esperando, qué mejor manera de celebrarlo con un poco de jugo de cebada. Este verano es el de los Juegos Olímpicos. Los que se pospusieron por la Covid-19 y están llenando la parrilla de saltos, distancias y medallas. Es el de los refritos en TV y de las lecturas que siempre dejamos para la época estival. 

Y por aquí, que no sabemos si será o no el mejor verano de nuestras vidas, sentimos ser aguafiestas. Pero creemos que este es el verano de 2021. El que estamos viviendo este año, el que es hoy: con sus cambios de estación dentro de la propia estación. Un verano que parece de mentira porque más que rayos de sol, nos está trayendo lluvias, aires y granizos del tamaño de una nuez. Seguimos llevando mascarilla por la calle pero solo si no se guardan las distancias, que dicen de seguridad. 


Un verano único, pero como cualquier verano

El verano de 2021 es aquél en el que desde La Moncloa afirman que el paro baja en 197.841 personas en julio y supera las caídas récord de los dos meses anteriores. Es el verano en el que muchos empleados de agencias de viajes han regresado a sus puestos de trabajo rescatados del ERTE. Y en el que el turismo nacional parece querer reflotar los negocios que tradicionalmente sobreviven gracias a las visitas que hacen en España ingleses o alemanes. Es el verano de las vacunas, de la disputa entre haber sido inoculado por Pfizer o Moderna. Y en el que se intuye que el llamado pasaporte COVID va a dar mucho más que hablar de lo que ya lo está haciendo ahora.

Es una oportunidad para explorar sitios antes desconocidos. Para poder hacer rutas nuevas. En el que valorar que una sonrisa desde cerca vale más que mil y un estímulos que puedan llegar a través de una pantalla. O en el que disfrutar del trabajo para aquellos que aún lo conservan. Para emprender, idear, dibujar mandalas o salir cuando ya se ha sosegado un poco el calor del día. Porque este verano ya no va a volver nunca más. Es único porque cada día que pasa ya no se va a repetir. El verano de 2021 lo recordaremos o pasará desapercibido entre todos los veranos de nuestra vida. Pero lo habremos vivido, disfrutado, saboreado a ratos, o penado. Y en nuestra mano está hacerlo en toda su plenitud o quedarnos a medias. Esa decisión deberemos tomarla cada uno. Si vivir del todo o vivir solo un poquito para luego arrepentirnos de no haberlo hecho plenamente. 

El verano de 2021 solo pasa una vez, como la vida misma. 


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