Los grandes y pequeños éxitos deportivos de España provocan siempre una vuelta a lo que realmente somos y sentimos: somos españoles, por encima de todo y de todos. Esta es la gran contribución del deporte a la nación. Cuando juegan las distintas selecciones la victoria y la derrota son nuestras, de todos. Y en esos momentos somos inmunes al miedo y a la polarización que siembran, todos los días, tanto desde la PPSOE como desde los partidos tribales. En ese momento solo somos españoles unidos bajo el mismo color: el rojigualda de la bandera española.
Orgullo y sentimiento libre español
Las recientes victorias contra la pérfida Albión, tanto en tenis como en futbol, así como las medallas que vamos cosechando poco a poco en París 2024 así lo ponen de manifiesto. Sin embargo, ese sentimiento libre, común y espontáneo del Pueblo no lo vemos en ciertos políticos. Hemos visto la incomodidad del PSOE vigilado por el engendro Frankenstein. Y, por supuesto, la oposición frontal del propio engendro. España les viene muy grande.
El manoseo político de los deportistas se le ha atragantado al PSOE mientras a los xenófobos que viven concentrados en ciertas provincias españolas el boicot les ha salido rana. La celebración sigue siendo tan abrumadora que vemos como lo dejan correr como si de una tormenta pasajera se tratara. Nada más incierto porque ese sentimiento español es algo que casi todos llevamos en nuestro ADN.
El deporte, en definitiva, nos recuerda que somos españoles y que juntos podemos con cualquier cosa. Lo que nos falla es la dirección política. Todos somos compatriotas y lo tenemos que ser por encima de nuestras diferencias y de cualquier otra cosa. Esta es la reflexión que hizo Biden a propósito del atentado sufrido por Trump: “Podemos no estar de acuerdo, pero, aunque no estemos de acuerdo, no somos enemigos. Somos vecinos, amigos, compañeros, ciudadanos y, sobre todo, lo más importante, somos compatriotas americanos. Debemos unirnos como un país, y demostrar quiénes somos«.
Sin embargo y pudiendo apostar por la grandeza, Sánchez está empeñado en la división de España concediendo, sin ninguna razón, todo tipo de privilegios a los partidos tribales a costa del resto de España. La solución a casi todos nuestros problemas está en hacer todo lo contrario: en la unión de todos para procurarnos un nuevo sistema que sea realmente democrático y en el que todos seamos libres e iguales en derechos y oportunidades. Esto es lo que debes perseguir. Se trata de una unión egoísta porque en esa unión está también tú fuerza y la garantía de tú libertad. Solo estás vendido. Allá donde los políticos se imponen al Pueblo –sobran los ejemplos- no puedes ser libre.
Momentos de liberación: un ADN español y ganador
Ni siquiera puedes opinar, allí solo hay sitio para el aplauso. Cualquier otra cosa te conducirá a la muerte civil, aunque a veces van incluso más allá. Una muerte civil que muchos temen ya más que a la muerte de verdad. El miedo, si no te plantas enseguida, te corrompe. Al final te paraliza y de esta forma dejas de ser ciudadano, luego súbdito y al final te conviertes en esclavo. Por eso estos momentos de alegría desbordante que nos brindan los deportistas no gustan políticamente porque son momentos de liberación donde no vives ni sientes como ellos te dicen.
Insisto, España necesita un partido nuevo y transversal que active ese ADN español que tenemos todos. Un ADN ganador. Un partido ajeno por completo a todos esos individuos pertenecientes al sistema actual. Sí, un partido que no nos enfrente, sino que nos una en busca del progreso y del mejor desarrollo de todos nosotros. Un partido que no se sirva del miedo, sino que propugne la fortaleza colectiva e individual. Un partido que lo único que explote sea ese orgullo de pertenencia que tenemos dentro y que liberan nuestros deportistas.
Además un partido que apueste por la democracia, por la representación, por el voto directo y por la estricta separación de poderes. Un partido, en definitiva, para la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad de todos los españoles que nunca hemos tenido la ocasión de probar a lo largo de nuestra milenaria Historia. Un partido que nos haga sentir orgullosos de nuestra pertenencia a España del mismo modo en que lo hacen nuestros deportistas. Si encuentras algo así, no lo dudes, vótalo. Mientras tanto, deshazte como puedas de la PPSOE y de los partidos tribales.
