«ME APARTAN A ESTA SEÑORA»

El protocolo tiene más importancia de la que se piensa y es esencial respetarlo, más aún en la vida pública. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, venía organizándose un incidente desde días antes a la celebración de los actos de conmemoración del 2 de mayo en Madrid.

Bolaños se autoinvitó al acto. Se presentó donde nadie le había invitado y buscó un incidente. El Gobierno que preside Isabel Díaz Ayuso invitó a los actos a la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Y a petición propia también a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Aunque solo el Rey y el presidente del Gobierno pueden delegar una invitación y designar a un sustituto, Bolaños dijo que la ministra Rodríguez delegaba en él, lo cual no cabe reglamentariamente, y se presentó, gallito, en la Puerta del Sol. Para que lo entiendan bien, es como si a usted no le invitan a una boda pero se presenta y además dice que quiere ser testigo. Bolaños, pese a no estar invitado, fue colocado en primera fila por el departamento de protocolo de Isabel Díaz Ayuso.

El lío vino cuando se iba a celebrar el desfile cívico militar y Bolaños quiso subir a la tribuna de autoridades. La jefa de protocolo se lo impidió. Mientras los escoltas del ministro acosaban a la jefa de protocolo tratando de que autorizara la subida a la tribuna de su jefe, esta se negó y tuvo que llegar a placar por la cintura al ministro, que insistía en que él subía.


Ayuso impide al ministro Bolaños acceder a la tribuna en el desfile del 2 de mayo

Creo que hubiera sido más inteligente por parte de la presidenta madrileña ceder y autorizar la presencia de Bolaños, pero Díaz Ayuso no lo hizo. Bolaños, grosero, ya se había ausentado de su sitio unos minutos durante el discurso de Díaz Ayuso y después organizó el lío que buscaba. Me sorprende haber leído numerosos artículos en los que se habla de que tanto Bolaños como Díaz Ayuso van a obtener rédito electoral del numerito. No me cabe en la cabeza que nadie pueda decidir su voto por un episodio tan chusco.

Pero la guinda llegó hoy, cuando Pablo Iglesias se marcó un mitin en TV3 diciendo que Bolaños, cuando la jefa de protocolo le impidió el acceso a la tribuna, debió decirles a sus escoltas “me apartan ustedes a esta señora. Tenía que haber hecho valer su autoridad con una actitud distinta” y ordenarle a sus escoltas que le apartaran a esa señora.

Lo de “me aparten a esta señora” va mucho con el carácter dictatorial y autócrata de Pablo Iglesias, el asesor de Maduro, el de “exprópiese”. Pero Iglesias debiera saber que un escolta no es un mandado o un recadero del escoltado. Desgraciadamente he vivido once años con escolta gracias a los socios de Gobierno de Pedro Sánchez e Iglesias. Y es de primero de seguridad que un escoltado no manda ni decide sobre aspectos de seguridad, son los escoltas los que pueden y deben decirle al escoltado lo que debe hacer. Pero claro, Iglesias estará acostumbrado a utilizar a sus escoltas como siervos, a que le lleven el equipaje y cosas similares. Pero no, los escoltas están para ocuparse de la seguridad del escoltado, no para obedecerle en sus caprichos.

En fin, que el incidente me pareció chusco, impropio. La responsabilidad es de Bolaños, que lo provocó a conciencia, pero creo que Díaz Ayuso cayó en la trampa pudiendo haberlo evitado. Solo espero que los ciudadanos españoles, democráticamente, nos aparten a este gobierno del que forma parte Bolaños cuanto antes. El daño que están haciendo a las instituciones es severo.


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