Tras las denuncias de abusos sexuales en el centro católico privado Notre-Dame de Bétharram y la posterior apertura de una investigación judicial, antiguos alumnos de otros institutos se han unido para denunciar los actos violentos que sufrieron en la etapa escolar.
El portavoz que inicialmente abrió una página en Facebook para recabar testimonios ha asegurado que hay muchos más alumnos y alumnas de otros colegios que han sigo objeto de violaciones, agresiones sexuales y castigos corporales.
Así los alumnos del instituto Cendrillon de Dax situado en las Landas francesas, han denunciado en redes sociales haber sido víctimas del personal adulto que se suponía iban a cuidar de ellos. Acudieron al juzgado en 2020 pero éste archivó las querellas por prescripción.
Sacerdotes golpeando y violando menores
Uno de esos alumnos aseguró que ese instituto fue un horror para él. Hubo multitud de abusos, bofetadas que rompieron algunos tímpanos y agresiones sexuales. Concretamente su hermano fue violado por uno de los sacerdotes.
Otro estudiante de la escuela católica Notre-Dame de Garaison situada en los Altos Pirineos, aseguró haber recibido una bofetada con tanta violencia por parte de un supervisor de la institución, que le perforó el tímpano izquierdo. Ocurrió en 1987. Esta misma persona agredió violentamente a otra alumna de 13 años. Le agarró la cabeza y le golpeó de izquierda a derecha contra las paredes varias veces. Ella asegura que no recuerda absolutamente nada de lo ocurrido después de aquello. Esta misma ex-alumna presenció como los adultos rompían conductos nasales a los niños, les abrían las cejas a base de bofetadas e incluso los golpeaban con botas puntiagudas directamente en el ano.
También eran habituales los castigos corporales. Según los testimonios, alineaban a los alumnos para azotarlos con un cordón de cuero trenzado. Y en los duros inviernos de la montaña los sacaban en pijama para dar vueltas por el patio.
Siguen las denuncias de abusos en el país vecino
Y esta vez los hechos se sitúan en el instituto San Francisco Javier de Ustaritz. El sadismo estuvo presente en la década de 1970. Un alumno recuerda las camas húmedas y frías y el poco alimento que recibían. Querían a los estudiantes con miedo y con hambre. Presas fáciles para sus agresiones. Masacraban la inocencia de los menores y cuando alguno quería hablar y contarlo, nadie le creía.
Los encargados de vigilar y cuidar de estos niños y niñas en las duchas, miraban hacia otro lado cuando los mayores violaban y agredían sexualmente a los más pequeños. Un terror cotidiano en todos estos establecimientos escolares regidos y comandados por órdenes católicas.
La mayoría de todos estos delitos ya han prescrito, pero para todas estas personas jamás lo harán. Llevan grabadas a fuego todas las vejaciones y por fin años después, se atreven a verbalizarlas.