La PPSOE nos rodea con sus Anillos de Frodo para confundirnos. Este año, Sánchez le estrena una serie de sobremesa al General en todos los grandes medios de comunicación con la inestimable ayuda del equipo de opinión sincronizada. Y ahora acabamos de vivir el esperpento de Maduro y Venezuela. Resulta insoportable la sarta de mentiras y boberías que puedes ver en los medios. No las fabrican los youtubers ni los digitales, sino los imperantes y su séquito.
Maduro como la PPSOE
La realidad es que Venezuela es una dictadura socialista asquerosa desde el 98, cuando Chávez se hizo con el poder. Una dictadura que, como tantas otras en Hispanoamérica, ha sido jaleada y defendida, aquí en España, por todos los partidos de la izquierda, desde el PSOE hasta ETA BILDU (que montó allí un refugio para sus asesinos). Todos los apoyos que ahora le dan a Edmundo González y a María Corina Machado se quedan en las palabras. Nadie hace nada por ellos. Son un juguete roto. Allí manda el Tío Sam, aunque no lo parezca, y tiene a Maduro de portero de la finca.
En España pasa exactamente lo mismo: el Tío Sam ha puesto a la PPSOE de portero. No pintamos nada en el mundo y no podemos hacer nada. Que no te engañen. La PPSOE –y esto es lo preocupante para mí- cada vez se parece más a Maduro. Todavía recuerdo a Monedero bailando con las hordas chavistas o al rijoso Errejón presumiendo de que allí «se respetan las libertades» y «la gente hace tres comidas al día«. Todos estos tipejos le hacen el caldo gordo a Maduro y, a cambio, reciben cosillas. Que se lo digan a ZP, a Raúl Morodo (su embajador en Caracas, condenado por llevárselo crudo de la petrolera venezolana PDVSA) o al mismísimo Felipe González que, siempre cuco, te dice lo que quieres oír en cada momento. ¡Al carajo con todos esos mentirosos!
Lo que te debe preocupar es que aquí, en España, madure la autocracia. La corrupción va en aumento. Lo dice Transparencia Internacional y tú lo ves todos los días. En ese ranking, Venezuela tocó fondo en 2023, cuando quedó la penúltima del mundo (solo superada por Somalia). Otro dato bien claro es la gente fuera del país: Venezuela tiene aproximadamente 5,5M de ciudadanos fuera del país y sin derecho a voto. Nadie ha hecho nada desde el 98 para evitarlo. Los que callaron entonces, son los mismos que ahora te previenen contra el deterioro de la democracia en el mundo y llaman a defender Venezuela. ¿De qué democracia están hablando?
España como Venezuela, sin democracia
¡Qué mal estábamos antes y qué mal están, algunos, ahora! Franco y Maduro. Anillos de Frodo. Con ellos desaparece por completo la auténtica democracia y te cuelan el sucedáneo que tienen allí, en Venezuela, para venderte mejor el que nosotros tenemos aquí, en España. ¿Te enteras o no te enteras? Aquí las cosas no se han desmadrado porque, sencillamente, no ha hecho falta. Allí lo habían manipulado todo para cantar el alirón chavista. Estaban tan seguros de tenerlo todo atado y bien atado que no repararon en que las actas de las mesas pudieran significar algo. No pasa nada. Al cabo, las matemáticas no son democráticas. Lo que importa es el pueblo –es decir, ellos- y quieren a Maduro para seguir chupando. ¡Maduro, Maduro, Maduro!
Todo esto te demuestra que las elecciones no garantizan la democracia. Lo que te escandaliza en Venezuela, en España ni siquiera aciertas a vislumbrarlo. Existe, pero no lo ves. Has sido convenientemente manipulado por el servicio público de educación. ¿De quién? De la PPSOE. Ya van para tres generaciones y, por eso, cada vez te costará más verlo. Un mal día lo sentirás en tus carnes y despertarás. Para ti será ya demasiado tarde, empero a lo mejor no lo será para tus compatriotas si al final reaccionas.
Si defiendes, poco o mucho, la corrupción rampante de la PPSOE, tú ya estás en Venezuela. Si aceptas a sus comisarios políticos al frente de todas las instituciones, tú ya estás en Venezuela. Y, si te parece bien que terroristas y separatistas estén dentro del gobierno, tú ya estás en Venezuela. Háztelo ver porque estoy de acuerdo con esos venezolanos que dicen que cuando ven y escuchan a Sánchez, están viendo y escuchando a Maduro. Más claro, el agua.