De todos es bien sabido que mantenerse activos, caminar en torno a 8.000 o 10.000 pasos diarios e incluir entre las rutinas diarias el ejercicio físico, redunda en nuestra salud. Mover las piernas nos beneficia y hace que nuestro organismo se mantenga en buenas condiciones para luchar contra el temido sedentarismo. Pero nadie habla de caminar hacia atrás como los cangrejos. Este ejercicio no solo nos permite mantenernos con actividad, sino que ayuda a nuestro cerebro a trabajar funciones como el equilibrio y la estabilidad en general de todo nuestro cuerpo.
Basta con caminar unos 10 minutos marcha atrás para que todos los beneficios que se le presumen a este ejercicio, activen nuestro cerebro y nuestro cuerpo. De hecho en países como China, lleva años practicándose. Dicen algunos incluso que es el secreto de la eterna juventud de los chinos.
Este ejercicio tiene numerosas ventajas para nuestra salud. Fortalece la musculatura de las piernas, ayuda a controlar el peso, es beneficioso para el corazón. También ayuda a preservar los recuerdos y la memoria en general, agudiza los sentidos, oído y tacto. Incluso mejora el estado de ánimo en general, ayuda a descubrir otras habilidades y destreza o prepara la mente para anticiparse ante lo inesperado. Nos obliga a movernos y a estar atentos a esos movimientos que realizamos, que se salen de la pauta normal.
Además tiene un menor impacto sobre nuestras articulaciones. Lo convierte en una práctica muy beneficiosa si se padece de problemas de rodilla. Mejora la forma en que caminamos y ayuda a mantener un mejor equilibrio. Asimismo quema una mayor cantidad de calorías y fortalece las piernas. Mejora la aptitud cardiorrespiratoria y aunque caminar hacia atrás puede parecer algo sencillo, si se practica con asiduidad, nos daremos cuenta de que no lo es. Así, andar como lo hacen los cangrejos nos obliga a salir de nuestra zona de confort. Nos impone un reto que tiene más beneficios que pegas sobre nuestro ejercicio diario.
Caminar hacia atrás nos ayuda a entrar en la vejez más sanos
Si caminar hacia atrás se nos queda corto, siempre podemos probar a correr en este sentido. De hecho muchos deportistas lo incluyen en sus tablas de ejercicio diario como una manera de variar su entrenamiento. Están seguros de que haciéndolo de esta manera adquirirán mayor equilibrio y coordinación. Además puede reducir las lesiones y permite activar los músculos de su tronco inferior.
Según un artículo de la revista The Journal of Strength and Condition Research publicado en 2020, se estimó que entrenar durante al menos 8 semanas caminando o corriendo marcha atrás permitía mejorar a gran escala la potencia y la fuerza concéntrica. Además según otro estudio, caminar hacia atrás aumentaría también el coste metabólico hasta un 35%. Esto es la cantidad de energía que se consume andando o corriendo en este sentido frente a lo que supone hacerlo de frente. Sobre todo cuando se trata de caminar hacia atrás por ejemplo, en pendientes muy pronunciadas.
Para empezar se deberá probar primero en tramos muy cortos para luego ir aumentando las distancias. De esta manera nuestro cerebro se acostumbrará al nuevo ejercicio. Además habremos de hacerlo primero a baja velocidad para después, ir aumentándola progresivamente. Evitaremos primero las bajadas para más tarde incluirlas en nuestros entrenamientos.
Mantener la espalda recta, no girar de forma brusca la cabeza (para no forzar el cuello), prestar atención al movimiento del tronco superior y estirar antes de comenzar el ejercicio y cuando ya lo terminemos, hará que nuestra marcha hacia atrás sea uno de las prácticas más completas que hayamos hecho en mucho tiempo.
Como curiosidad: la capacidad de caminar hacia atrás puede determinar si se tiene o se va a tener un tipo de demencia llamada hidrocefalia normotensiva idiopática. Ésta no suele ser diagnosticada de forma correcta en sus primeros estadios porque llega a confundirse con otros tipos de demencia. Pero la forma de caminar hacia atrás o la facilidad/dificultad que pueda presentar este ejercicio podría determinar si nuestra memoria puede llegar a estar afectada por este tipo de demencia. Sobre todo en personas de edad avanzada. ¿El consejo? Entrenando nuestra capacidad cognitiva con algo tan sencillo como caminar hacia atrás, podemos hacer que nuestro aterrizaje en la tercera edad sea mejor de lo que nos podemos imaginar.