No siempre se atina al colocarle nombre a un caso de corrupción. El “Caso Mediador” derivó en “Caso Tito Berni” y ninguno de los dos me parece el nombre adecuado. Les cuento dos cosas que creo que no sabían. Recuerdan como el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, al ser preguntado por los nombres de los diputados que asistieron a la cena en el Ramsés previa al putiferio respondió al periodista: “¿Y que más da?”. Quizá lo entiendan ahora. Uno de los asistentes a la cena fue Patxi López, el mismo que grita en el Congreso. Recuerdan seguro que el PSOE dio con rapidez los nombres de los diputados que cenaron y después contrataron los servicios de prostitutas.
Antonio Navarro Tacoronte, el famoso mediador, llevaba a la cena lo que denominaban “el catering”. Un listado con fotografías de prostitutas, para que cada asistente eligiera a la que deseaba. El “catering” incluía cocaína y pastillas variadas. Bien, pues las diputadas socialistas que acudieron a esa cena también contrataron servicios sexuales de mujeres prostitutas. No sé por qué el PSOE, el señor Patxi López, no aporta raudo los nombres de estas mujeres, algunos de los cuales ya son conocidos. En esa cena había por lo tanto puteros y puteras y no es justo que López y el PSOE solo los señalen a ellos.
El PSOE y las responsabilidades en el caso «tito Berni»
El caso que nos ocupa ha tratado el PSOE de convertirlo en el “Caso Guardia Civil”, pero no es lo mismo. Y hablando de la Guardia Civil, el Gobierno ha pretendido convencernos de que la ya ex-directora general, María Gámez, dimitió en un ejercicio de honradez al ser acusado su marido en una causa judicial. No. El Gobierno obligó a dimitir a la señora Gámez, de la que Marlasca dice que ha sido “la mejor directora general” de la Benemérita. Para partirse la caja. Solo se sostiene la afirmación si tenemos en cuenta que ha sido la única directora general. Lo cual serviría también para decir que ha sido la peor.
Gámez ha sido obligada a dimitir al conocerse que ella compró dos pisos con un dinero que consiguió su marido, Juan Carlos Martínez, en uno de los negocios montados por el PSOE en Andalucía. Y también porque el Gobierno sabe que la señora Gámez tiene responsabilidades en el asunto de los cuarteles derivado del denominado “Caso Tito Berni”. Responsabilidades superiores a las golferías de su marido de los años de gobierno del PSOE de los ERES en Andalucía.
Conviene no olvidar que María Gámez convivió con los ERE de Andalucía y sabía que su marido estaba metido hasta el corvejón. Pero la han obligado a irse cuando el escándalo del tito Berni le ha salpicado al propio presidente del Gobierno y a su fiel lacayo Patxi López. Y para sustituir a Gámez han colocado a Mercedes González. Delegada del Gobierno en Madrid, quien se postuló para aspirar a la alcaldía de la capital antes de que Sánchez eligiera a Reyes Maroto. Otra de las salpicadas por el asunto del tito Berni.
Mercedes González, periodista y desde 2015 concejala socialista por Madrid, formó parte en el Ayuntamiento de la Comisión Permanente Ordinaria de Desarrollo Urbano, Equipamientos y Medio Ambiente y Movilidad y de la Comisión Especial de Vigilancia de la Contratación. De ahí a la delegación del Gobierno y de ahí a la dirección general de la Guardia Civil. Y veremos.
Y Además…
- El ministro Grande Marlasca ha culminado el proceso de acercamiento de los presos de ETA trasladando a Irantzu Gallastegui, apodada “Amaia”, pareja sentimental de Javier García Gaztelu, apodado “Txapote”. Amaia fue quien secuestró a Miguel Angel Blanco. Y “Txapote” fue quien le asesinó dos días después. Vaya por delante que creo que es correcto que los presos, todos, cumplan condena en sus lugares de arraigo para facilitar su reinserción y no penalizar a sus familias. Tal y como establece le legislación vigente. Con los traslados se está cumpliendo la Ley. Lo que me preocupa es que hay muchos indicios para pensar que, en breve, como consecuencia de los pactos del Gobierno de Sánchez con EH Bildu, una vez todos los etarras presos en prisiones vascas, lo que se produzca es su recalificación masiva de grado para que vayan saliendo a la calle. Eso es lo grave. Y lo que sería una burla a las víctimas de ETA y a tantos miles de presos con delitos menos graves que ni siquiera tienen acceso a un permiso. Y como Arnaldo Otegui no deja de recordar que ese es el pacto, me temo que queda poco para que no quede un preso etarra en prisión, a cambio de garantizar el apoyo de Bildu al Gobierno en el Congreso de los Diputados.
