No hay mejor remiendo que el del mismo paño. Eso es lo que están pensando las instituciones europeas que, en realidad, son los gobiernos políticos de los Estados Miembros. Esos 705 diputados del Parlamento Europeo que acabamos de elegir no representan a los ciudadanos. No nos representan, como tampoco los diputados españoles representan al ciudadano español. Tú lo único que eliges es el partido político que ha confeccionado una lista cerrada con los suyos.


La falsa democracia que vivimos en España y en Europa

Lógicamente, esos diputados representan al partido y no a ti. Por si las moscas, a esos eurodiputados ni siquiera les dejan proponer leyes. Esta es la realidad de la falsa democracia que vivimos tanto en España como en Europa. ¿Qué democracia es ésta donde nadie te representa? Pues eso.

En la UE destacan dos instituciones, aunque nunca están en primer plano. Hablo del Consejo Europeo. Ese cónclave de los Jefes de Estado o de Gobierno que marca las prioridades políticas. Y también del Consejo de la UE, el foro de los gobiernos de los Estados Miembros que es donde, de verdad, se decide todo. El corazón de la UE es el Consejo de la UE y no el Parlamento. El Consejo de la UE controla al Parlamento a través de esas listas cerradas y, a través suyo, controla también el Presupuesto y la Comisión. Todo viene decidido de antemano por los partidos políticos de gobierno de los Estados Miembros.

Incluso los jueces del TJUE y los abogados generales de la UE son nombrados por esos gobiernos.Todo está atado y bien atado también en la UE, a pesar de que ésta naciera bajo la impronta del principio cristiano de subsidiariedad. Esto es, de no desplazar a Bruselas lo que pueden hacer mejor sus socios. Sin embargo, las instituciones de la UE acumulan cada día más poder y lo ejercen en su propio interés y no en el de los ciudadanos. De ahí, por ejemplo, los recientes conflictos en materia agrícola o energética.

Históricamente, la UE nació en una abadía benedictina donde, en el 51, se reunieron Schuman, ministro de exteriores francés, De Gasperi, primer ministro italiano y Adenauer, su homólogo alemán, justo antes de firmar el Tratado de París que creó la CECA. Después, ésta dio lugar a la CEE que, con el tiempo, se convertiría en la actual UE27 (tras el BREXIT de 2020). La UE está inspirada directamente por el cristianismo tras la IIGM.


Los políticos construyen la nueva URSE

Tan es así, que su bandera, creada en el 55 y adoptada oficialmente en el 83, nada tiene que ver ni con sus fundadores ni con sus miembros, sino que adopta las 12 estrellas de la corona de la Virgen María tal y como lo describió el apóstol San Juan (“Apareció una gran señal en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”). Un número, por lo demás, muy religioso.  

Sin embargo, ahora, toda esa inspiración cristiana y sus principios han sido desplazados por la ambición de poder absoluto de los políticos. A imagen y semejanza de lo que ocurre en sede nacional, la UE está tomando un cariz dictatorial. Allí, los políticos se intercambian fichas y favores sin reparar en las consecuencias que luego puedan tener esos acuerdos para con sus nacionales. Solo reparan en el beneficio propio y en el de los imperantes y su séquito.

Por eso las políticas europeas son cada vez más difíciles de entender para el ciudadano de a pie. En definitiva, que los políticos están construyendo, en nuestras narices y gracias a nuestra estúpida colaboración, la nueva URSE. Una Unión de Repúblicas Socialdemócratas Europeas (URSE) que piensan manejar del mismo modo que se hizo en la URSS: desde un poder omnímodo aplicado por miles y miles de comisarios políticos. El pueblo tendrá que aguantarse y punto. 

¿Por qué no se reúnen exclusivamente los gobiernos que ya pagamos en sede nacional si son los que mandan en realidad? Por tres razones básicas: porque entonces serían los responsables directos de todos los fiascos que crean sin poder colgarle el sambenito a la Comisión o al Parlamento; porque esa acción directa parecería muy poco democrática y porque, sin todo ese tinglado, no podrían colocar a muchos de sus acólitos ni esconder sus jugadas.

La UE, que sin duda ha sido beneficiosa para España en el pasado, lleva tiempo siendo parte del problema. La UE es otro de los cuentos de la pera Murcia de la PPSOE. El que piense que la UE nos va a salvar de algo está muy muy equivocado. Si no cambiamos las cosas aquí, en España, vamos listos. En cualquier caso, el advenimiento de la nueva URSE, ese mal remedo de la antigua URSS, no augura nada bueno. Se están adelantando a Putin. Vivir para ver. 


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