Lo de La Sexta, cadena del Grupo Atresmedia, es un no parar. El jueves pasado se llevaron al programa «Conspiranoicos» al ex juez Baltasar Garzón a dar lecciones. Ahí estaba él, con cara de niño bueno yo no fui, repeinado, con su camisa blanca impoluta, dictando doctrina sobre ética judicial a las nuevas promociones de jueces y pontificando sobre cómo debe actuar la Justicia y poniendo a parir a sus ex colegas que osan investigar a presuntos delincuentes del entorno de Pedro Sánchez.
El mismo Baltasar Garzón que fue condenado el 9 de febrero del 2012 a 11 años de inhabilitación por el Tribunal Supremo como autor de un delito de prevaricación por haber ordenado en el Caso Gurtel, de modo indiscriminado, que se interceptaran las conversaciones de los acusados, que estaban en prisión provisional, con sus abogados defensores.
La cacería, previa a la Gürtel
El Caso Gurtel, corrupción que minó al PP, se pergeñó en 2009 en una cacería en una finca de Cabeza Prieta (Jaén), a la asistieron entre otros, Mariano Fernández Bermejo (ministro de Justicia y ex fiscal jefe de Madrid), Dolores Delgado (fiscal de la Audiencia Nacional pareja de Baltasar Garzón), Juan Antonio González (Comisario de Policía Judicial) y el propio Baltasar Garzón (magistrado juez instructor de la Audiencia Nacional). Allí se esbozó el Caso Gurtel. Y quedó constancia en imágenes de los jefes de la cosa posando con lo cazado, con sus cuernos y todo lo demás.
Por más que sea habitual, lo de La Sexta no deja de impresionarme. Hay que tener una jeta de cemento armado para llevar a un condenado por prevaricación a dar una lección magistral de ética judicial sin advertir de la condición de delincuente convicto del invitado. Y me sorprendió que ninguno de los que compartían mesa con él le recordaran su trayectoria y su condena por prevaricación.
El concepto de libertad de esta gente que se autodenomina progresista
Y ahí estaba, como casi siempre, de grupi de esta peña Antonio Maestre, el que habla de libertad de prensa cuando se dedica a agredir a los periodistas que se acercan a preguntarle y no le gustan, porque claro, son de extrema derecha. Y en La Sexta, con el tal Iñaki López a la cabeza, le ríen la gracia de arrancar el microfono del reportero y lanzarlo violentamente al suelo. Esa es el concepto de libertad de esta gente que se autodenomina progresista y antifascista.
Y el presentador de conspiranoicos, tan campanudo, tan progresista, tan lgtbi, tan feminista, callado, como todos en Atresmedia, sobre el compañero que presenta un programa estrella del grupo cuando está acreditado que fue protagonista masculino de una sesión de pornografia infantil del violador Kote Cabezudo. Si, Jorge Fernández, el de la Ruleta de la Fortuna.
Sin duda La Sexta y sus presentadores tienen todo el derecho a defender sus ideas y a ejercer de palmeros del Gobierno y sus esbirros, allá cada cual. Lo que me parece indecente es llevarse a un convicto por prevaricación a criticar a quienes investigan al fiscal general del Estado, sucesor de la mujer del convicto, sin advertir de su trayectoria. Es como llevar a El Dioni o a El Lute cuando era El Lute a afear la conducta de unos ladrones.
El Juez Garzón investigó los GAL a partir de artículos de prensa
Y respecto a la crítica que hizo el prevaricador a los jueces que investigan tras informaciones de prensa, alguien debería recordarle a Garzón que alcanzó su fama como instructor en el Caso GAL, que comenzó a investigarse por lo que publicamos algunos periodistas (ninguno de estos de La Sexta). Podría recordarle personalmente al prevaricador las informaciones que publiqué gracias a las cuales el pudo avanzar en sus investigaciones. Y podría recordarle también cómo pasó de investigar el terrorismo de Estado del PSOE de Felipe González a ser el número 2 de la lista electoral del PSOE de Felipe González. Este es Baltasar Garzón, el que da lecciones en La Sexta, que se gana con entusiasmo el calificativo de «La Secta» como se conoce en muchos ámbitos a esta cadena de televisión.
Hay que ser muy sectario para presentar a Garzón como «un juez muy conocido» y hay que tener una jeta insuperable como Garzón para, estando condenado por prevaricación, dar lecciones de pulcritud jurisdiccional. Y con Maestre a su lado también oficiando de demócrata defensor de la libertad. Cualquier día le arranca el micrófono de la solapa a cualquiera que ose discrepar de él en La Sexta. Pero no suelen llevar a muchos que se salgan de la doctrina oficial. El jueves Garzón se lució sin nadie que le recordara quién es él. Una lástima. Una verguenza.