SÁNCHEZ Y LOS RICOS INFLUYENTES

Pedro Sánchez tiene como socios de Gobierno a Unidas Podemos. Un partido investigado judicialmente por financiación ilegal con su máximo líder investigado en un asunto sucio al que quiso dar la vuelta con lo de “las cloacas”. Y un partido en el que todos sus máximos dirigentes (hombres y mujeres) tienen a sus parejas colocadas con sueldos procedentes del erario. Esta semana se inicia una ronda de contactos con el resto de los partidos políticos, incluido el PP. Pero la semana dialogante del presidente se inicia con una reunión en la Casa de América de Madrid con los máximos responsables de las empresas del Ibex 35.

Es decir, con los ricos influyentes de España, con los que manejan el cotarro. Entre ellos claro, Ana Botín (Banco de Santander), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), José María Álvarez Pallete (Telefónica) y Florentino Pérez (ACS). El presidente del Gobierno les va a vender que busca la unidad entre los partidos “para hacer las grandes transformaciones que necesita España y sacar adelante unos Presupuestos Generales de país”. Presupuestos de País, pues claro, no van a ser presupuestos de comunidad de vecinos.

El Gobierno se sienta con los ricos

Lo que le sucede a Sánchez es que tiene un problema con su socio de Gobierno que insiste por ahora (en breve rectificarán) en que no admiten un acuerdo con Ciudadanos. Y antes de sentarse con los líderes políticos prefiere sentarse con los que manejan la pasta. Son los que, cuando dejan la política, les colocan con el riñón bien cubierto a unos y otros. Todos los invitados que van a acudir, según me cuentan en Presidencia, lo que quieren es que su asistencia a la cita se vea correspondida. Ya veremos si escuchándolos, como debe hacer cualquier Gobierno con las empresas, con quienes crean empleo y riqueza. O si además después pasarán alguna otra factura por la foto con la que el presidente arranca su semana dialogante.

No va a estar Pablo Iglesias, flamante vicepresidente. Desde que ha comenzado a judicializarse su mierda y la de su partido, está escondido junto a su señora ministra denunciando escraches a troche y moche sin dar la cara, como le exigía él a Rajoy con la mitad de las sospechas que pesan sobre él. Y me cuentan que le ha afeado a su jefe Sánchez que arranque con los del Ibex 35, porque en opinión de Podemos “es una  imagen muy alejada del programa de Gobierno que firmaron con nosotros. A ver cómo se tumba la reforma laboral del PP, si el presidente se hace mimitos con los que manejan la pasta y han manejado todo en España desde hace años”.

Va a notarse la ausencia de César Alierta. Ex- presidente de Telefónica, ahora gravemente enfermo, que encarnaba el liderazgo de ese capitalismo de amiguetes y corrupción que tanto daño ha hecho a España, del que ya se están preparando obituarios hagiográficos en los medios a los que regó de dinero y al que echan de menos los partidos que tenían en él a su responsable de jubilaciones millonarias.


Sánchez y su miedo al dinero

Pero la foto va a ser interesante e indicativa del miedo que tiene Sánchez a lo que puede suceder porque el Gobierno no sabe aún cómo van a llegar los 140.000 millones de euros de Bruselas. El 15 de octubre Sánchez tiene que presentar en la Comisión Europea sus planes de cara al año 2021 y sus presupuestos. Solo a partir de ahí soltará la mosca Europa. Si es que no se fía de Sánchez por más que Nadia Calviño esté todo el día dando la matraca a los representantes económicos de los países de la Unión con que van a sacar unos presupuestos pactados.

Y la foto de Sánchez con los capos del Ibex 35 la van a repartir por Europa a braga quitada. Otra cosa es que después consiga sacar adelante los presupuestos que requiere Europa para dar el dinero que necesitamos. Con el PP no parece que vaya a haber acuerdo. Con Ciudadanos sí que lo habrá. Es entonces cuando Sánchez tendrá una oportunidad de oro para llamar a Iglesias, agradecerle los servicios prestados y liquidar un Gobierno que está siendo un desastre.

Pero no creo que lo haga. La incertidumbre catalana, la crisis institucional, la sanitaria, la súper crisis económica y social le hacen pensar que es mejor tener a Unidas Podemos en el Gobierno que en la calle liándosela parda. Si sale Podemos del Gobierno son centenares los suyos que se van al paro, mientras que ahora se lo llevan calentito disfrutando de las prebendas de sus cargos públicos.

Así está la cosa. Así arranca la semana. Con la pandemia creciendo y Sánchez iniciando una ronda de consultas que todo hace pensar que no va a cambiar nada las cosas. Pero eso sí, el presidente está a partir un piñón con los capos del Ibex. El resto del personal le interesamos menos. Una pena que no haya invitado a un grupo de autónomos. Pero claro, esos no venden. Los que venden son los que manejan el cotarro.


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