En un mundo donde las aplicaciones de citas y las redes sociales han dominado la manera en que las personas se conocen y forman relaciones, una peculiar moda ha surgido en España: ligar en Mercadona con una piña. Lo que comenzó como una broma en internet se ha convertido en un fenómeno viral, atrayendo la atención de usuarios de todas las edades y generando tanto diversión como críticas al respecto.
La última moda viral de ligar en Mercadona
El fenómeno tiene su origen en TikTok, una plataforma que ha demostrado ser el epicentro de muchas de las tendencias virales actuales. Todo comenzó cuando un usuario publicó un video que proponía un nuevo y sencillo método para ligar en el supermercado: llevar una piña en el carrito de la compra. Según el video, el gesto de colocar una piña boca abajo en el carrito serviría como una señal discreta, pero evidente para indicar que se está disponible y abierto a conocer a alguien. La hora: entre las 19:00 y las 20:00 horas.
Desde ese momento, la piña fue rápidamente adoptada como un código no verbal para coquetear en lugares tan comunes como un supermercado. Esta idea resonó con muchos, que encontraron en ella una manera ingeniosa y divertida de conocer a personas en un entorno cotidiano, lejos de la artificialidad que a veces caracteriza a las aplicaciones de citas. Pero no solo se ha hecho viral la piña; también existe otra señal no verbal en tendencia que consiste en que si llenas tu carro de la compra con latas de conservas, quieres una relación seria. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Impacto en redes sociales y críticas
En cuestión de días, el fenómeno de ligar en Mercadona con una piña explotó en redes sociales. Videos, memes y testimonios comenzaron a circular, con personas compartiendo sus experiencias de intentar esta nueva técnica de ligue. Las plataformas como Twitter (ahora X), Instagram y, sobre todo, TikTok, se llenaron de contenido relacionado con la piña, consolidando aún más la tendencia.
Este impacto generado se debe a que las personas se sienten atraídas por la idea de romper con la monotonía de la compra semanal y convertirla en una oportunidad para conocer a alguien nuevo, todo envuelto en un ambiente lúdico y espontáneo. La piña se ha convertido en un símbolo, un guiño entre los que conocen la “clave secreta” para identificar a otros que buscan lo mismo.
Sin embargo, todo esto no siempre trae consecuencias positivas, ya que esta nueva moda de ligar en Mercadona no ha estado exenta de críticas. Algunos señalan que podría generar situaciones incómodas o malentendidos, especialmente si alguien no está al tanto del significado de la piña en el carrito. Además, se ha debatido sobre la posibilidad de que esta práctica pueda hacer que algunos compradores se sientan invadidos en un espacio que no suele asociarse con el ligue.
Otro punto de crítica es la superficialidad de la moda. Y es que algunos argumentan que ligar de esta manera podría reducir la interacción humana a un simple juego, donde lo que importa es seguir una tendencia, más que la verdadera conexión entre personas.
La reacción de Mercadona
Mercadona se ha convertido de un día para otro en un supermercado de referencia para ligar con otras personas. De momento, la cadena de supermercados no ha hecho declaraciones oficiales sobre esta tendencia, pero sí que empiezan a notar los estragos de esta nueva moda viral. Los trabajadores se muestran cada vez más irritados cuando dan las 19 horas y los clientes habituales intentan evitar tener que presentarse en el supermercado durante la franja horaria en la que se liga.
De hecho, hace unos días Mercadona tuvo incluso que solicitar la intervención de la Ertzaintza para atenuar la masiva concentración de jóvenes en el Mercadona situado junto al estadio de San Mamés, en Bilbao. La buena noticia es que la situación se solucionó sin mayores problemas y la policía no tuvo que poner demasiada fuerza.
La moda de ligar en Mercadona con una piña es un reflejo del poder de las redes sociales y de lo que estas mueven los hilos de jóvenes y no tan jóvenes. Ya sea que se desvanezca en unas semanas o que inspire nuevas formas de socializar en espacios públicos, esta tendencia demuestra que el ingenio y el deseo humano de conexión siempre encontrarán nuevas maneras de manifestarse, incluso en los pasillos de un supermercado.
