A estas alturas, quien más quien menos sabe que algunas comidas resultan placenteras pero que las digestiones que traen consigo pueden ser pesadas y, por momentos, desagradables. Incluso hasta el punto de preguntarnos si valió la pena. Esto mismo le está pasando a Sánchez con su «Frankenstein 2.0». Un banquete placentero por la presidencia del gobierno del Estado, pero una digestión complicada como lo anticipa la inicial negativa de JxCat a aprobar el llamado «Decreto Ómnibus«, que incluye un paquete de medidas para la Justicia impulsado por la UE y ligado a 10.000M€ de Fondos Europeos, al entender que posibilita al Estado oponerse a la revisión de sentencias judiciales firmes frente a pronunciamientos del TEDH (donde esperan ganar sus correligionarios).
JxCat teme crear «un Gran Hermano judicial»
JxCat ve que la modificación de la LEC que permitirá «solicitar la revisión de una resolución judicial firme cuando el TEDH haya declarado que dicha resolución fue dictada en violación de alguno de los derechos reconocidos en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales … siempre que la violación por su naturaleza y gravedad entrañe efectos que persistan y no puedan cesar de ningún otro modo que no sea mediante esta revisión«, habilita al Estado a negar la necesaria demanda de revisión a través de la Abogacía del Estado.
Entienden que le da la oportunidad de «vengarse» en fase de ejecución. ¡Dime como piensas y te diré quién eres! Su oposición al «Decreto Ómnibus», aprobado por el Consejo de Ministros el 20.12.23, se extiende también a parte de los 129 artículos que lleva ese «Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en materia de servicio público de justicia, función pública, régimen local y mecenazgo», cuya activación permitiría a España solicitar el cuarto paquete de ayudas de la UE.
JxCat teme que esos decretos de digitalización de la Justicia faciliten un control total al Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes de Bolaños sobre los procesos judiciales en España, permitiéndole crear un “Gran Hermano judicial”. Teme la creación del «Punto de Acceso General de la Administración de Justicia” gestionado por dicho ministerio. También teme la suspensión de la causa principal que supone la presentación en un tribunal español de una cuestión prejudicial ante el TJUE porque afectarán a la aplicación de la futura Ley de Amnistía en cuanto se publique en el BOE y pretenda materializarse. JxCat, en el fondo, teme que el Estado pueda hacer todo lo que ellos ya hacen en Cataluña: controlarlo todo y a todos.
Preparando el «gran salto adelante»
Un banquete demasiado pesado este de la «Frankenstein 2.0». Una digestión imposible para el PSOE en todo aquello que no pueda amañar con su auténtico socio: el PP. Un PP que no puede colaborar con la amnistía porque supondría romper definitivamente sus bases y relegarle a la oposición muchos años. A Sánchez solo le queda volver a negociar esos RDL reconsiderando la inclusión de según qué cosas y dando más a cambio de no perder la activación de ese cuarto paquete de ayudas de la UE, toda vez que rechazan pedir los Fondos de Cohesión. No hay más votos disponibles en el Congreso para soslayar a JxCat. Eso, sin contar con la rebelión de Podemos y teniendo en cuenta, además, que lo de la suspensión de las cuestiones prejudiciales ante el TJUE no depende de España. Un sudoku irresoluble tal y como está planteado.
Es por eso que a la PPSOE la Ley y la Constitución se le quedan pequeñas. Odian que el terreno de juego tenga líneas pintadas porque les impide maniobrar a sus anchas a todos los niveles. La PPSOE busca su propio «lebensraum» como otrora lo hiciera Hitler, tanto dentro como fuera de Alemania. Cuando el fin justifica los medios aparece el autoritarismo primero y el totalitarismo después. La otra gran condición es hacerlo en beneficio propio.
Cuando se trabaja en pos del interés general, las líneas cobran sentido y las cosas se pueden explicar. Cuando se trabaja en beneficio exclusivamente propio las líneas solo son un obstáculo que saltar. De ahí la colonización de los Poderes Judicial y Mediático y del resto de instituciones. Están, queridos míos, preparando el «gran salto adelante«, la gran colectivización de España, y tendrás que decidir si quieres vivir libre o en una dictablanda como la del General. Vete pensándotelo.
