La semana pasada seguí atentamente los pasos de Alberto Núñez Feijóo. Mezcló intervenciones un punto más duras de contenido para plantar cara a Pedro Sánchez con la presencia en la presentación de la última novela de Esteban González Pons. Va de muertos vivientes y vampiros en el Congreso. Y terminó de tournée por pueblos diversos y haciéndose fotos con nonagenarios que dicen mantenerse en forma a base de castañas.
Parece confirmarse que España y Madrid no son Galicia y Santiago, y en el PP empieza a haber nervios con Feijóo. Me dicen: “ya en Galicia hizo una política lingüística muy próxima a catalanes y vascos. Le salieron tics autoritarios en la pandemia al plantear que la vacuna debía ser obligatoria”.
Y siguen contándome que “pese a los desatinos de Sánchez, el escándalo de la Ley del sí es sí, el deterioro institucional y las movidas internas del PSOE, Feijóo no aprovecha el viento de cola. Y las encuestas de este fin de semana en El Español, El Mundo y El País hablan de bajón de Feijóo y recuperación de Sánchez y el PSOE. Queda por salir la de Navidad del fiel lacayo Tezanos. Llegará a Presidencia del Gobierno como regalo de Papá Noel junto a la debacle de Ciudadanos, donde Edmundo Bal, Inés Arrimadas y Begoña Villacís andan a garrotazos de liquidación. Y las encuestas no apuntan a que los votantes de Ciudadanos se vayan al PP. O sea, que se irán mayoritariamente al PSOE y quizá algunos a Vox. Y el PP se pega una buena castaña como las del amigo de Feijóo”.
Feijóo esperando la debacle de Sánchez
Según me cuentan esos dos prebostes populares, Feijóo parece que está a la espera de la debacle de Sánchez. Imitando el estilo Rajoy. Aunque Feijóo no es Rajoy y esa táctica no le va a servir. Esteban González Pons debiera dejarse de novelitas y vampiros y ponerse a trabajar. Y Elías Bendodo es otro que no se ha enterado de que España y Madrid tampoco son Andalucía y Sevilla. Sánchez ya sabemos quien es. Tiene oficio en esta política española y sabe de qué va esto. E incluso está salvando la crisis con sus socios de la coalición Frankenstein y va a lograr que para nosotros sea un boomerang evidenciar esa crisis.
Sánchez sigue marcando la agenda como le conviene porque controla la mayoría de los medios, regados de dinero público y favores. Vamos a necesitar sí o sí a Vox para, en el mejor escenario, poder gobernar. Y en Vox lógicamente, no quieren saber nada de Feijóo. Vuelve la derechita cobarde y acomplejada. Y como colofón sale Luis de Guindos. Bien colocado en el Banco Central Europeo. Dice que la recesión no va a ser para tanto, cuando en la calle el personal está tieso y cada día son más los que no llegan a Navidad.
Es evidente que no hay peor situación en política que estar al frente de la oposición, me añaden, pero Feijoo no está siendo capaz de armar un equipo que transmita confianza. Y los barones están empezando a cansarse porque no se sienten parte del equipo y sin ellos Feijóo puede olvidarse de La Moncloa.
Y como Sánchez adelante las generales nos va a pillar en pelotas. Con Feijóo mirando el paisaje, esperando que Sánchez se estrelle solo. Sin enterarse de que Sánchez no tiene vergüenza. Eso sí, tiene el poder, el BOE, la Justicia, los medios de comunicación, un equipo potente en manipulación y una jeta insuperable. Y ahora, gratis, la proyección internacional de una Internacional Socialista de chichinabo, pero ahí está Sánchez, seguro de que la Economía le va a ayudar. Pero así no ganamos. Y ahí sigue Sánchez, con la Ley trans a punto tras la del sí es sí, con los separatistas al mando de la nave y con las encuestas que le dicen que sube.
Y además…
- Pedro Sánchez sigue trabajándose el control del Tribunal Constitucional y ha cambiado de caballo en mitad de la carrera. Ya no se va a empecinar en que sea Cándido Conde Pumpido el presidente. Y ahora, a la espera de que el Consejo General del Poder Judicial designe a sus candidatos, la actual magistrada María Luisa Balaguer, catedrática de Derecho Constitucional, es quien aparece como la candidata de Sánchez. En el TC andan a garrotazos también. Y como al presidente le eligen los miembros del Tribunal, y ya hay antecedentes de derrotas de candidatos del presidente, hay que trabajar los votos uno a uno. Bolaños, el hombre de Pedro Sánchez para estos trabajos ya le ha explicado a su jefe que “igual hay que ceder en la presidencia y tienes que decirle a Cándido que no ha sido posible, y ya controlaremos el TC a través de los magistrados. Ellos tendrán que hacernos el trabajo y tendrán que camelarse a María Luisa para que esté en la línea”.
- Imperdible la serie de entrevistas que está haciendo el magnífico periodista Daniel Ramírez en El Español a algunos de los protagonistas de los episodios más oscuros del felipismo. Comenzó con Narcís Serra, que confesó que el CNI, antes CESID, se dedicó a cubrir las andanzas económicas y personales del Rey Juan Carlos I. Ayer domingo le tocó el turno a Juan Alberto Belloch, ex biministro de Interior y Justicia y ex alcalde de Zaragoza, que sin despeinarse, le dijo a Daniel que negoció y pagó 300 millones al espía Paesa para que se entregara el entonces fugado Luis Roldán “porque temía que el CESID asesinara a Roldán para que no tirara de la manta”. Aterra pensar en las manos que hemos estado y estamos. Que un tío que ha sido ministro de Interior y Justicia, magistrado de carrera, se quede tan ancho tras decir que temía que el Gobierno del que formaba parte él mismo cometiera un asesinato. Y que no suceda nada es aterrador. Bueno, para los que ya tenemos trienios es la confirmación de lo que ya sabíamos. Se empieza asesinando etarras. Se sigue planteándose asesinar al ex director general de la Guardia Civil y se termina protegiendo a violadores de menores con sombrero australiano. Y todos a Eurodisney a disfrutar de la vida, y a las víctimas de todos ellos que les den.