Según datos del Ministerio de Sanidad, en España cerca del 23% de la población mayor de 15 años fuma prácticamente a diario. El 2,4% es fumadora ocasional y el 25,7% se declara exfumador (frente al 49% que afirma no haber fumado nunca). A día de hoy se estima que hay más de 8,6 millones de personas fumadoras en nuestro país. Fumadoras a diario. Y, según alertan desde laboratorios y profesionales sanitarios, el número de estas personas crece cada vez más y aumenta también el número de personas que empiezan a hacerlo a una edad más temprana.
El objetivo de este plan es reducir el tabaquismo sin prohibir fumar
Por ello, desde el Ministerio que dirige Mónica García, se quiere poner en marcha el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027. Una ambiciosa iniciativa que retoma gran parte del trabajo realizado hace casi dos años y que no llegó a culminar del todo. Y que comprende, entre otras medidas, la prohibición de fumar y vapear en “determinados espacios comunitarios” y sociales al aire libre como marquesinas de autobuses o terrazas. Así como hacerlo en otros espacios privados en presencia de menores. De hecho, dentro del Plan en este sentido se especifica que se quiere hacer “ hincapié en la concienciación sobre fumar en espacios privados cuando se convive con alguien más (tanto en el hogar, coche, etc) y especialmente en el caso de niños y niñas y personas con problemas de salud”.
El Plan se prevé presentar en la tarde de este jueves ante la Comisión de Salud del Congreso de los Diputados. Se estudia también subir impuestos, cerrar vías de iniciación al tabaquismo y aumentar las zonas sin humo en todo el país. En líneas generales, el objetivo del Gobierno es reducir el tabaquismo sin prohibir fumar. Y aún más, “alcanzar la primera generación libre de humo”. El Plan consta de cinco metas y 22 objetivos, que deberán quedar plasmadas finalmente en una reforma de la vigente Ley antitabaco. Se pretende además, que esa reforma quede aprobada a lo largo de este año.
Las nuevas modalidades de productos para fumar, es decir, cachimbas, vapeadores o pipas, también están en el ojo del huracán. Y serán objeto de debate en la reunión que se mantenga además con sociedades profesionales y en la propia Comisión de Sanidad. Productos que, entre otras, cosas, se presentan como atractivos para jóvenes. Y, como han indicado desde el propio Gobierno, “el objetivo de estos productos es intentar hacer un lavado de cara del consumo de nicotina”.
Salud y economía en el punto de mira
Por ello plantean, además, equiparar su promoción y publicidad a la de las formas de consumo más tradicionales. Esto conllevaría la prohibición de promociones en redes sociales, patrocinio de eventos, así como la regulación de la venta de este tipo de dispositivos electrónicos y sus consumibles, tanto de los que utilicen líquidos, cartuchos o recambios con nicotina como de los que no lo hagan. Asimismo, se está estudiando aumentar los tipos impositivos del tabaco para incrementar de esta manera el precio del mismo. Y se plantea también la creación de un nuevo tipo de gravamen específico para los cigarros electrónicos con nicotina.
Las opiniones, como siempre, no se han hecho esperar. Desde el sector hostelero protestan y se enfadan porque afirman que no saben calibrar aún las consecuencias que puede tener este plan antitabaco. Indican que se verán afectados por la futura ley antitabaco. E incluso se ha llegado a afirmar que “en Sanidad hay unos auténticos talibanes antitabaco”, tal y como expresó a la agencia EFE, José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España.
El presidente de la Unión de Productores del Vapeo (UPEV), Arturo Ribes tampoco se ha visto del todo convencido con este plan. Porque afirma que aunque sí considera que hay que regular de alguna manera el acceso de los menores a estos dispositivos, también habría que “hacerlo sin dejar sin opciones a aquellos fumadores que han encontrado una alternativa al tabaco«. Los estanqueros protestan por las subidas desproporcionadas en los precios. Y, por contra, los profesionales de la sanidad por la cada vez más temprana edad en el inicio del tabaquismo. Salud y economía de nuevo en el punto de mira.
