Dicen los medios internacionales que las relaciones entre España y Argentina son más tensas que nunca. ¿La razón? Unas declaraciones del ministro de Transportes, Víctor Puente, que en una mesa redonda organizada el Partido Socialista el pasado viernes en la Universidad de Salamanca, ante unas 200 personas, sugirió que Javier Milei, actual presidente argentino, podría haber consumido determinadas sustancias en la anterior campaña presidencial. Sobre todo durante sus actos públicos. Refiriéndose con ello también al comportamiento de Milei en una de sus intervenciones ante la televisión argentina.
Un comentario inapropiado de Víctor Puente a Javier Milei
Como no podía ser de otra manera, las reacciones no se han hecho esperar. En un comunicado publicado en sus redes sociales, el presidente argentino tacha de “calumnias e injurias” las declaraciones del ministro de Transportes español. Y su ministro de Interior, Guillermo Francos, ha afirmado recientemente que si él fuera presidente, “pediría su renuncia”.
Al otro lado del Atlántico, los titulares hablan de escándalo e incluso de crisis política o diplomática entre Argentina y España. Otros prefieren ser más sutiles y únicamente comentan el traspié cometido por el ministro español de Transportes. Teniendo en cuenta que, como han afirmado desde el gobierno argentino, Pedro Sánchez tiene, no obstante, problemas más importantes de los que ocuparse, como “las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa, asunto que lo llevó incluso a evaluar su renuncia”. A nadie le pasa ya desapercibido que quizá esos días de reflexión de nuestro presidente fueron más parte de una estrategia que sólo unos pocos son capaces de entender. En Argentina, al parecer, lo intuyen.
De puertas para adentro, También Núñez Feijóo ha pedido la renuncia o la dimisión de Puente. Indica a través de su cuenta en X, que “Puente y Sánchez disfrutan del lodazal en el que intentan meter a España”. Y por su parte, Puente, se defiende pidiendo a los políticos del PP que dejen de sobreactuar.
Desde el Ministerio de Exteriores han respondido con un escueto mensaje a la carta lanzada por Javier Milei. En él indican que “el Gobierno de España rechaza rotundamente los términos infundados del comunicado emitido por la Oficina del Presidente de la República Argentina, que no se corresponden con las relaciones de dos países y pueblos hermanos”.
El ministro admite el «gran error» ante la polémica causada
La polémica ha estado encima de la mesa unos días y no ha dejado de dar vueltas, ensombrecida en parte por la campaña electoral catalana. Pero ya parece que las aguas están volviendo a su cauce. Y desde Argentina los titulares indican que dan por zanjada la tensión. Quizá para que la próxima visita de su presidente a España, prevista para los días 18 y 19 de mayo, invitado a la convención nacional de Vox, no se tiña de nada más que de buenas caras y relativa calma.
Puente no ha rectificado. Simplemente en la rueda de prensa que ha ofrecido tras el Consejo de Ministros, ha admitido que dijo lo que dijo “en el contexto en que lo dije”. Y ha asegurado que si llega a tener “la mínima noción” de la difusión “y la repercusión” que han tenido sus palabras, no las habría dicho. Ha admitido “el gran error” por no haber pensado que se armaría la que se ha armado. Y si todos los grandes errores de este y los demás gobiernos pudieran borrarse así, a golpe de disculpas, quizá nuestra situación hoy también sería totalmente diferente.
La polémica ha llenado estos días los titulares. Pero Puente asegura que ya se ha quedado zanjado. Y cree “que se ha sobreactuado muchísimo este tema”. Tal vez se extrañe de que con cualquier cosita mínima, tanto los medios de comunicación como la oposición se echen encima de uno para tratar de flagelarlo. Da por finalizado “el incidente” y dice que “se ha acabado la historia ya”. La próxima semana, cuando Milei ya esté en nuestro país, veremos si hay segundo episodio de esta historia o nos aguardan otras tantas por el estilo.